30> Viejos

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Bajé las escaleras con calma aún buscando a mi esposa con la vista. Llegué a la cocina y ahí no estaba, en el comedor tampoco y en la sala menos. Caminé por el pasillo hasta el patio y abrí la puerta.

Paleta de colores y caballete gastado, algo pintado. Sus manos lentas trazando una línea delgada con el pincel dibujando el final de un puente.

Dianne: Creí que tardarías más -burló-

Payton: Mmmh -reí-

Dianne: ¿Podrías traerme agua, por favor? -volteó a verme con una sonrisa-

Asentí y volví adentro, tomé un vaso de vidrio y lo llené a la mitad de agua, salí de nuevo y se lo entregue.

Dianne: Gracias -asintió con delicadeza-

Metió el pincel al vaso y lo remojo unas cuantas veces para después escurrirlo un poco y pasar el pincel por otro color.

La tarde pasó tranquila, preparamos entre los dos una lasagna que vimos en una revista y también unas galletas que mayormente hizo ella.

Tomé su cintura don suavidad mientras dejaba la bandeja dentro del horno, cuando cerró la puerta de éste, hice que voltereta a mi.

✨🎼✨

Dianne: ¿Qué estás haciendo? -rió-

Admiré su rostro con lentitud y besé su frente. Cuando me separé vi a mi bella Dianne de 21 años mirándome con el cariño con el que siempre lo ha hecho.

Tomé su mano y la puse sobre mi hombro, me estiré a la bocina en forma de radio antiguo y subí el volumen a la canción que sonaba. Tomé su otra mano y le di un suave apretón, puse mi mano en su cintura y me tambalee de un lado a otro.

Ella recargó su cabeza en mi pecho y cerró los ojos.

Dianne: Parecernos viejos -rió por lo bajo-

Payton: Somos viejos, Dian -corregí-

Alzó su cabeza y me miró.

Dianne: ¿En qué momento todo pasó así de rápido? -preguntó al aire-

Besé su cabeza y la abracé sin dejar de tambalearnos.

Cerré los ojos e inhale su suave y dulce aroma.

Recordé la vez en que la vi, se había corrido el rumor de que sus padres fallecieron en un accidente reciente.

No hablaba con nadie desde que tengo memoria, se sentía tan atacada por todos que comenzó a llorar y corrió fuera, la seguí lo más rápido que pude y ella no dejó de correr hasta que llegamos al inicio de la carretera, se detuvo y comenzó a llorar, calló sobre sus rodillas y corrí a ella antes de que su cabeza cayera.

Se aferró a mi camisa con tanta fuerza que me pegó a ella, la abracé con firmeza y esperé una o dos horas a que se calmara, se convirtieron en tres y luego se quedó totalmente dormida.

Apenas había cumplido 16 años.

Recordé la vez que decidimos caminar lo más lejos del pueblo hasta donde nuestros pies aguantaran, no llegamos ni a medio kilómetro, pero la pasamos bien, cuando regresamos a tu casa, te dejé en la entrada, creí que había entrando y me voltee, pero ahí estaba tras de mi.

Me asusté un segundo y me iba a burlar, pero me rodeó con sus brazos y me besó.

Recordé la vez que lo hicimos la primera vez, terminamos justo cuando el sol comenzó a salir por el oriente.

La vez que el avión aterrizó en San Diego, se veía tan asustada que besé su cara entera para que se calmara.

Así siguieron los flashbacks hasta que paré cuando tu voz me sacó de mis pensamientos.

Dianne: Te amo -murmuró-

Cerré los ojos con más fuerza y terminé por abrirlos.

Payton: Te adoro










𝙞𝙛 𝙮𝙤𝙪 𝙨𝙩𝙖𝙮® | 𝐏.𝐌 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora