Ohm no supo que decir al escuchar a su cuñada, tan segura de que, si él, no hubiera aparecido, Fluke estaría en un futuro más prometedor con Dean García. Se quitó el saco del traje y lo arrojo al sillón, hacía más de tres horas que había dejado la casa de los Natouch, había recurrido a la compañía de Mila, ella siempre estaba dispuesta, y le ayudaba a olvidarse de todo por unas cuantas horas. Pero por una extraña razón sus besos no le sabían como siempre, y menos sus caricias.
Maldijo en voz baja, era la primera vez que le pasaba. Mila era ardiente, con unas curvas hermosas, de pechos grandes y trasero de igual magnitud, pero no lo había excitado lo mas mínimo. La pobre chica lo había mirado con sus grandes ojos, totalmente desnuda, pero él no había querido tocarla de nuevo y había salido de su apartamento, sin darle ninguna explicación, y mucho menos una disculpa. Le había ordenado a su chofer llevarlo hacia la mansión Thitiwat.
Piner, el ama de llaves, al recibirlo le había ofrecido la cena, pero el la rechazo, y subió a su vieja habitación. Él tenía su propia casa en Bangkok, pero esta vez, se había instalado en la casa de su tita, anqué no estuviera ella ahí, se sentía acompañado por ella.
Se deshizo de la corbata y se desabrocho la camisa. Después de rechazar el cuerpo desnudo de su amante, lo había aceptado, sentía celos de Dean, pero no de una manera romántica, si no de la forma de que Fluke era suyo desde antes de su nacimiento, siempre había sido posesivo. Fluke Natouch tenía la marca al igual que él, le pertenecía por herencia, sus familias estaban unidas, esa era la única razón de sus estúpido celos, no estaba celoso de Fluke como persona, o de forma romántica, solo estaba demasiado presionado por hacer feliz a su tita, esa era la única respuesta.
Se terminó de desvestir y fue a preparar el jacussi, vertió sus esencias favoritas, ese olor a limón que tanto le gustaba. Entro en la enorme tina, y se acomodó cómodamente, no entendía por qué ese chico olía de esa manera. Estaba incomodo solo de pensar en esos estúpidos celos. Él no estaba celoso por nadie y por nada, él era Ohm Thitiwat, el gran magnate griego con sangre tailandesa, las únicas personas que le importaban eran su madre, hermana y su abuela, nadie más.
Le molestaba en gran manera haber sentido ese tipo de celos por un chico, aunque el chico fuera Fluke Natouch, su pareja destinada, la persona que, según la historia de su familia, sería la persona que más amara, eso era tan ridículo, el no podía amar a un hombre, por muy bien parecido y buena persona que fuera, no dejaba de ser un hombre.
No podía dormir, y no podía llamar a su tita, solo tenían tres horas de diferencia. Los negocios era lo único que lo salvaba, así que fue y abrió su portátil y se dispuso a revisar los correos pendientes mientras se secaba el cabello con la toalla. Un llamado en la puerta lo interrumpió.
-Señor Thitiwat, tiene una llamada de su abogado Nine- anuncio el hombre canoso entrando en la habitación.
Gracias- dijo molesto por la interrupción, se levantó a tomar el aparato.
-No podrías haberme llamado a mi celular- se quejó.
-Me mandaba a buzón, por cierto, hola a ti también.
-¿Que quieres Kao?- cuestiono.
-El contrato esta hecho- le anuncio su amigo.
¿Tan pronto?- cuestiono sorprendido Ohm.
-Soy el mejor.
-Te veo en media hora- ordeno Thitiwat.
-Ahí estaré- colgó.
Ohm sonrió soltando el teléfono.
-¿Qué te parece?- pregunto su amigo sentándose en una de las salas de la mansión.
-Excelente- respondió Ohm.
-Creo que abarca lo que tú quieres- se recostó en la silla con una gran sonrisa.
-El pequeño Natouch quiere imponer sus reglas.- le confeso.
-Eso era obvio, ¿ya te ha dicho que desea?
-No, como ya te dije, pidió un contrato matrimonial, pero no dijo nada más.
-Y, ¿Cuándo lo hará?- pregunto divertido, sin que ese tono burlón pasara desapercibido.
-Mañana- respondió.
-Léelo de nuevo- señalo la carpeta que su amigo tenía en sus manos- me dices si quieres que cambie algo.
-Gracias- miro a su amigo- ¿Estás seguro que no quieres dormir aquí?
-Intouch me espera- dijo Kao refiriéndose a su abuela paterna.
-No la hagas esperar. – lo despidió.
Leyó de nuevo el contrato, todo estaba bien estipulado, a su pequeño prometido le daría un mini infarto, pero no tenia elección.
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-Fluke, estamos hablando de tu futuro- insistió su padre.
Todos estaban en la sala, después de que Ohm se fuera, Phoebe les pidió que la siguieran, y salieron del comedor.
-Lo se mamá, creí que ya todo había quedado claro- respondió el menor con un tremendo dolor de cabeza.
-Si, pero no. No alcanzo a comprenderlo.- dijo frustrada mirándolo.
-Lo que sucede, es que todo está pasando muy rápido- Off trato de tranquilizar a su esposa- por eso nos sentimos así, no es que esté pasando algo malo. Nuestro pequeño por fin va a lograr estar con su destinado.
-Lo entiendo, solo estoy preocupada por mi bebé- dijo compungida de nuevo la mujer más grande- todo es tan repentino, que siento que algo no está bien.
-Como dijo papá, Fluke por fin lograra su sueño, lo último que necesita es que su familia no lo apoye.- intervino la melliza, mirando a su hermano, que se le veía bastante incómodo.
-Samantha tiene razón cariño- abrazo a su mujer- no se los pongamos difícil.
-Tienen razón, lo siento. Lo que pasa, es que esperaba una relación de algunos años y después viniera el matrimonio. Ohm le lleva veinte años- miro al castaño con disculpa- además estas en la mitad de tus estudios, si al menos se hubieran esperado a que terminaras la universidad.
-La boda se adelantó solo por la salud de la señora Del, nosotros realmente queríamos esperar a que yo terminara la universidad.- dijo serio su hijo apretando sus delgadas manos. Nosotros hablamos mucho de la situación, Ohm quería venir a hablar con ustedes, y pedirles permiso para hacer formal nuestra relación, pero la salud de su abuela lo cambio todo.- mintió.
-Es que han explicado todo a tan grandes rasgos- se quejó Phoebe.
-Todo has sido de esa manera por la forma en que se dieron las cosas, pero todo estará bien.- los tranquilizo su hija.
-Pero tienes que contarnos todo con lujo de detalles- le pidió su madre a Fluke con los ojos llenos de lágrimas.
-Resuelto todo- dijo su padre levantándose- no queda más que felicitar al novio- con una gran sonrisa extendió los brazos hacia su hijo.
El castaño se levantó sintiéndose aliviado y abrazo a su progenitor.
-Me siento muy feliz por ti- lo apretó- serás muy feliz hijo mío, te lo mereces.
-Gracias papá- le regreso el abrazo.
-Ven acá mi cosa preciosa- se levantó su madre también- muchas felicidades por casarte con la persona que siempre fue para ti- lo abrazo con una gran sonrisa, ya con las lagrimas en su rostro.
-Gracias mamá- contesto con voz quebrada.
-Yo ya te había felicitado- mintió su hermana- pero ven acá- le extendió los brazos.- Todo estará bien, te mereces lo mejor, y todo saldrá bien- le dijo bajito acercándolo más a ella.
-No creas que hemos olvidado tu conspiración en todo esto señorita- dijo su padre muy serio.
-Que conspiración, ni que tu…
-Samantha- le interrumpió su madre.
Eso causo la risa de los cuatro.
Después de eso empezaron a hablar de la despedida de soltero, y la melliza siempre salía con sus comentarios sarcásticos y subidos de tono, lo que hizo más ameno y divertido el momento, aunque pusiera a todos en un aprieto, haciendo que los colores subieran a sus rostros.
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Fluke salió de la casa de sus padres, otro día de clases. Su hermana tomaría el avión hasta la noche, así que todavía podría disfrutar de su presencia. Solo tenía que tomar tres materias, para las once de la mañana estaría libre. Tenía que contarle a Dean que se iba a casar, no sabía cómo decírselo, pero no podía esperar más, la boda seria en unos días.
-¿Todo bien en tu casa?- me recibe en el aula con una gran sonrisa.
-Buenos días para ti también- dijo el castaño sentándose a su lado.
-Estabas algo tenso ayer, así que estoy preocupado- se encogió de hombros.
-Todo en orden, gracias por preguntar- saco su cuaderno.- tengo algo importante que decirte- confeso antes de arrepentirse.
-Sabía que algo pasaba- contesto mirándolo fijamente.
El profesor llego en ese momento, así que el castaño se salvó de responder. Las tres clases terminaron en un parpadeo. Fluke se fue al baño de hombres de ese piso, no había puesto mucha atención en clases, y eso lo molestaba mucho. Ohm estaba trastocando su vida, y eso lo cabreaba más. Mojo su rostro con el agua fría del grifo, se sentía acorralado, molesto y triste. No se quejaba de poder hacer feliz a la señora Del, le molestaba la manera en que lo haría, un matrimonio forzado.
Todo se sentía tan irreal, el mintiéndole a sus padres, eso solo lo había hecho cuando a sus trece años había confirmado que le gustaban los hombres, y no sabía cómo decirles. La que le había ayudado a tener el valor, fue Samantha, después de eso había sido sincero con ellos, sin importar nada, que si se había saltado una clase, que si había arruinado la alfombra del despacho de su padre, que si no quería ir a clases por que le hacían bullying por sus preferencias, y la vez que se había reusado a ir a clases por un mes gracias al rechazo de Ohm Thitiwat. Todo eso su familia lo había sabido, y después de tanto tiempo, llegaba este multimillonario hombre a amenazarlo, y Fluke les había tenido que mentir. Estaba destrozado.
-¿Quieres helado de limón?- cuestiono su amigo abrazándolo.
-Necesito un montón de helado de limón- respondió agradecido de que su amigo lo conociera tan bien.
Fueron a la heladería que estaba a la vuelta de la universidad.
-¿Me dirás que es eso que te tiene tan en la luna?- cuestiono Dean probando su helado de fresa.
-Lo hare, solo que no sé cómo hacerlo- confeso el más bajo.
-Fluke, nos conocemos desde hace dos años, y en ese tiempo, hemos sido amigos.
-Lo sé- le sonrió por primera vez en ese día.
-Entonces desembucha- le devolvió la sonrisa hablando en español, lo que causo la carcajada del otro.
-Me voy a casar- dijo de golpe en voz baja.
Dean se atraganto con su helado, y empezó a toser.
-¿Estas bromeando?- pregunto el pelinegro con los ojos bien abiertos.
-Hace tiempo que estoy en una relación- empezó sin levantar la voz y bajando su mirada- y por situaciones ajenas a nosotros, decidimos casarnos.
-Pe… pero nunca me dijiste nada- su amigo no lo dejaba de mirar- nunca te vi salir con nadie.
-Nuestra relación fue secreta- levanto la vista sabiendo que si seguía comportándose así, el otro lo descubriría.
-Tan secreta que ni yo sabía nada.- respondió molesto.
-Mi familia tampoco sabía nada, hasta hace unos días- confeso avergonzado.
-Me estás diciendo que, ¿Se lo ocultaste a tus padres?- soltó su cuchara.- ¿Con quién te casas?, debes de estar bromeando.
-Con Ohm Thitiwat.- dijo reticente.
-Debes estar bromeando- Dean se empezó a reír.
-No es broma- le dijo incomodo Fluke.
-Claro que lo es. Tu nunca te casarías con el- lo señalo con el dedo.- Él te rechazo, nunca podrías casarte con ese homofóbico- termino con tono desesperado.
-No es homofóbico- lo defendió el castaño muy a su pesar.
-¿Perdón?- pregunto incrédulo.
Ambos se miraron por largo rato, ninguno se atrevía decir nada, era su primera discusión, si se podría llamar de esa manera.
-Es algo largo de contar- rompió el silencio Fluke.
-Eso es obvio, de verdad que tengo muchas preguntas.
-Es comprensible, y te pido disculpas de nuevo.
-¿Me contaras como paso todo?- cuestiono aun sin poder creerlo.
-En este momento no puedo entrar en detalles- se disculpó de nuevo Fluke- la boda será en unos días- dijo casi en un susurro.
-¿U…unos días?- abrió más su ojos.
-Surgió algo, por eso adelantamos la boda.- bajo su mirada. No sabía cómo explicar la situación, sin tener que decirle la verdad.
-¿Tus padres están de acuerdo?, solo tienes veinte años, él tiene cuarenta, y te rechazo- dijo su amigo con voz incomoda.
-Ellos están de acuerdo, y lo otro paso hace mucho- se defendió.
-Te hizo sufrir mucho- Dean frunció sus pobladas cejas.
-Eso está en el pasado.
-Está bien- acepto sin dejar de fruncir el ceño- si tú dices que está bien, que Samantha lo acepto y tus padres también, yo no tengo más que decir.
-Gracias por entenderme.
-No te entiendo Fluke, no lo hago, y tampoco entiendo como Samantha y tus padres pudieron aceptar que te cases con el magnate Thitiwat.- respondió diciendo con voz amarga esto último.
-No sé qué más decirte- se encogió de hombros el mas bajo.
-La verdad, eso es lo que podrías decirme.- se levantó de su asiento- trato de comprender por qué lo haces. Yo no creo que ese hombre haya llegado a tu vida, así como sin nada, y haya hecho que los amaras de nuevo, no después de todo lo que te hizo.- sin más salió del lugar.
Fluke se quedó quieto, sin saber que más hacer, solo miro fijamente al vacío. Acaba de perder a su único amigo, alguien que después de su familia de verdad lo entendía, y todo por Ohm Thitiwat. Estaba perdiendo todo por ese hombre, y no podía hacer nada, no mientras la salud de la señora Del fuera delicada, y sus niños estuvieran en peligor de dejar de recibir su ayuda económica.
Siete personas estaba dependiendo de él, solo de él y se sentía tan impotente. Salió del lugar al sentir que las lágrimas empezaron a inundar su rostro. Empezó a caminar por las calles de la ciudad, necesitaba encontrar un lugar en cual poder desahogar todo lo que sentía, todo lo que tenía atorado. Se dirigió a un parque, el más cercano de esa zona, le gustaría poder salir de la ciudad, del país, del planeta, pero no podía, sus recursos monetarios no llegaban a tanto.
Busco un lugar alejado, el parque cubría más de un kilómetro, algo podría encontrar. Camino esquivando algunas personas, y lo agradecía, que el lugar estuviera algo vacío a comparación del fin de semana, eso ayudo a que avanzara más rápido. Después de varios minutos, se giró para ver a su alrededor, y al no escuchar y ver a nadie se dejó caer en un banco bajo un enorme árbol. Suspiro pesadamente quedándose quieto.
Las aves volaban a lo lejos, el lago estaba a varios metros, era una bella imagen, debía guardarla en su mente. Todos tenían la misma incógnita, como, quien lo había rechazado y que era heterosexual de repente lo amaba. No sabía cómo responder todo eso. Solo estaba siguiendo los pasos indicados de Ohm.
Y lloro, lloro todo lo que no se había permitido en esos días. Los había sentido como años, todo era tan difícil, es como si llevara el peso del mundo a sus espaldas. Grito y berreo con ganas, sabiendo que nadie lo veía ni escuchaba.
No supo cuánto tiempo estuvo lamiéndose las heridas, y lamentándose de su mala suerte, pero cuando su llanto seso, tomo otros minutos para terminar de calmarse y se levantó, su familia lo esperaba.
Salió del parque y empezó a caminar hacia la casa de sus padres, seguía necesitando un tiempo a solas, pero no podía permitírselo, no sabía cómo enfrentarlos. Disfruto del paisaje, el cielo estaba azul, y el sol demasiado brillante.
Miro a las personas pasar a su lado y las de la otra acera, se veían tan tranquilas, felices y ensimismadas en su vida, que eso lo hizo sonreír, todos se miraban tan felices. Las mujeres a esa hora, la mayoría eran amas de casa, y otras estaban en su hora de almuerzo que sus trabajos les permitían. Pocos niños estabas ahí, los que eran demasiado pequeños para ir a la escuela, se veían felices. La mayoría de los hombres llevaban traje, otros eran obreros. Pero el solo se fijó en sus sonrisas, solo eran personas viviendo su vida.
-Joven Natouch- lo llamaron.
Fluke brinco en su lugar, y se giró, topándose con un s amplio pecho.
-El señor Thitiwat lo espera-le anuncio un hombre que parecía gorila.
-Ohm- susurro con rabia. Lo siguió, era obvio que ese hombre tenía guardaespaldas, y no solo lo protegían, sino que también lo vigilaban. Camino detrás del enorme hombre, el cual le abrió la puerta de un coche, subió con los dientes y emociones apretadas.
-El contrato está listo-anuncio el pelinegro ignorando el mal humor del otro.
-Eso ya lo veremos- se puso el cinturón de seguridad.
Llegaron a su destino, Ohm anticipándose al menor le desabrocho este.
-Hemos llegado-dijo el pelinegro muy satisfecho.
Fluke salió rápidamente del coche, no quería que lo tocara.
-¿Dónde estamos?- cuestiono Fluke mirando a su alrededor.
-Es la casa de mi a vuela Del- respondió el más alto.
-¿La señora Del esta aquí? –pregunto sintiéndose un tonto.
-Dije que era su casa, no que ella estaba aquí- respondió el mas alto.
El castaño se puso rojo, así que se bajó de la camioneta y lo siguió.
-¿Qué hacemos aquí?- cuestión siguiendo al mayor.
-Lo que querías- respondió Ohm.
-Bienvenido señor Thitiwat- dijo en la puerta Piner, el ama de llaves.
-Estaremos en mi oficina- le dijo este entrando en la mansión.
El castaño lo siguió, sabía que era un maldito mal educado, así que la reverencio.
¿Qué es eso tan importante que me arrastras aquí?- pregunto tratando de reprimir su enfado.
-Exigiste un contrato matrimonial- respondió mirándolo.
-¿Se trata de eso?- pregono incrédulo.
-Quero que lo leas- dijo sacando una carpeta, y arrojándola en el escritorio.
Fluke se acercó y tomo las hojas esparcidas.
-Estas bromeando- rio Fluke.
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Uña de Dios
RomanceINTRODUCCION Las familias Natouch y Thitiwat llevaban una extraña y prestigiosa carga a sus cuestas, desde hacía varios siglos, estas familias estaban unidas, era algo muy curioso e incrédulo. Algunos miembros recibían el destino de un lunar, pero n...