Hicieron un picnic bajo un enorme árbol, donde pusieron una pequeña mesa y sillas desplegables. Llevaron sándwiches de jamón con queso y de pollo con aderezo, ensalada de frutas y otra de verduras, y vino para la ocasión. Lo pasaron realmente bien, con el rio frente a ellos, platica amena, bromas, nada de turista.
De vuelta a la casa, donde empacarían todo para regresar a la ciudad, estaba una camioneta gris, estacionada frente a esta.
-¿Conocen esa camioneta? – pregunto Off, todos negaron.
Era extraño que recibieran visitas en ese lugar, nadie más que ellos habían estado ahí. El señor Natouch metió el mueble en el garaje.
-Seguro están con algunos vecinos- dijo muy segura Phoebe.
-Necesito una ducha- Samantha bajo de la camioneta.
Empezaron a bajar las cosas y meterlas en la casa, pero Fluke se sentía incómodo, como si lo miraran. Trataba de ver disimuladamente hacia la camioneta negra frente a su casa, pero todos los vidrios estaban polarizados, no se veía nada dentro. Era obvio que estaba vacía, y que si, estaban de visita con alguien más, pero la sensación de cosquilleo en su nuca no seso.
Fue a tomar un baño, tratando de sacudirse ese malestar sin lograrlo, así que cuando termino de secarse el cuerpo fue directo a la ventana, con cuidado separo un poco las cortinas y miro para ver si la camioneta seguía fuera, y si, ahí estaba. Se giró con presura, necesitaba vestirse e ir a revisar ese maldito mueble. No entendía por que se sentía así, pero hasta no ver que no hubiera nadie ahí, no se sentiría tranquilo.
Se puso un pantalón corto de vestir color gris, y una camisa color turquesa, y así con el cabello aun húmedo, se apresuró a salir de su recamara, bajo las escaleras, cuando estaba a punto de abrir la puerta, alguien llamo a esta. A través del vidrio, vislumbro una silueta mucho más alta que él, pero no lograba identificar quien era, abrió la puerta.
-Ho…- se quedó con el saludo atorado en su garganta.
-Linda casa- observo a su alrededor y su oscura mirada recayó en el pequeño frente a él.
-¿Qué demonios haces aquí?- susurro desubicado, sin podérselo creer.
-Ese modo de maldecir- puntualizo con cesura entrando de nuevo en su hogar sin ser invitado.
-Espera, ¿Qué estás haciendo?- se giró incrédulo, ese hombre era un sinvergüenza.
-Vine a conocer a mi cuñada y suegros- fue directo hacia la sala, sin dejar de observar el lugar- bonito casa, sencillo, pero bonito, no como tu departamento.
-Te pido que te vayas- solicito con voz temblorosa, sin entender las intenciones del otro, realmente ni lo estaba escuchando, sus oídos pitaban extrañamente, tenía que sacarlo de ahí.
-No lo creo- se atrevió a sonreírle coquetamente.
-Mi familia está en el piso de arriba, en cualquier momento van a bajar, por favor vete.
-Es domingo.
-Sé que día es- le dijo desesperado acercándose a él.
-Eso es bueno.
-No me importa que día sea, tú, te vas ahora mismo- ordeno apuntándolo con el dedo.
-Te dije que quería tu respuesta hoy.
-Mi respuesta es no- dio un paso más hacia adelante- no acepto tu estúpida propuesta.- respondió rabioso.
El pelinegro sonrió, lo que causo que el pequeño cuerpo de Fluke temblara.
-No lo entiendes.
-Entiendo que no debes de estar aquí, y que ya denegué tu propuesta.
-No puedes rechazarme- respondió muy pagado de sí.
-Claro que puedo, lo acabo de hacer- lo miro directo a los ojos con el rostro levantado, estaba muy cerca, y era más bajo.
-Hola- saludo Phoebe desde el umbral.
Ambos se giraron hacia esa dulce voz.
-¿Señor Thitiwat?- cuestiono impresionada la mujer, mirándolos con los ojos bien abiertos.
-Mamá- exclamo con la voz teñida de pánico.
-Un placer por fin conocerla señora Natouch, ¿O debo llamarla Phoebe?- saludo acercándose a ella y la reverencio.
-El placer es mío- lo imito sin sabes que más hacer, y mirando de nuevo a su hijo, el cual estaba quieto con los ojos bien abiertos.
-Lamento presentarme sin avisar.
-No tiene por qué disculparse- siguió esta confundida.
-El señor Natouch y Samantha deben de estar aquí.- dijo sin dejar de sonreír.
-Sí, ellos están arriba.- respondió- Pero que modales los míos, por favor tome asiento, ¿Gusta algo de beber?.
-Solo un vaso de agua mineral, por favor.- el pelinegro tomo asiento.
El castaño veía todo totalmente pasmado, vio a su madre salir presurosa.
-¿Qué tramas?- se giró para mirar al pelinegro.
-Nada cariño- contesto en tono burlón recostándose en el respaldo.
-¿Ca… cariño?- dijo odiando su nerviosismo.
-¿De qué otra manera podría llamarte?- subió una ceja- eres mi prometido.
-¿Pro… prometido?, ya te dije que rechazo tu propuesta- exclamo exasperado, mirándolo con los ojos bien abiertos.
-Eso ya lo veremos.
-Todavía es tiempo de que te marches, ya me inventare algo.- dijo suplicante.
-Tu padre y hermana no tardan en bajar- anuncio su madre entrando con una bandeja.
-¿E… ellos ya saben…?- pregunto inseguro Fluke.
-Me alegra poder verlos- Ohm tomo el vaso con la bebida fría interrumpiendo a su prometido.
-Así es, aproveché y subí para decirles de su presencia- contesto mirando a su hijo buscando respuesta a la situación.
Habían pasado solo unos segundos cuando la melliza entro en el lugar con sus ojos bien abiertos, cuando su madre había mencionado al señor Thitiwat, bajo corriendo las escaleras.
-Fluke- le llamo en un susurro.
-Un placer conocerte- Ohm se levantó del sillón- he escuchado mucho de ti.
-¿De verdad?- pregunto la rubia sin apartar su mirada.
-Estudias en el extranjero, ciencias políticas, veo que sigues los pasos de tu padre.
-Así es.- confirmo insegura.
-Samantha, tus modales- se quejó Phoebe.
-Lamento la tardanza- llego Off.
-Cariño- lo recibió su esposa.
-Es una gran sorpresa tenerlo aquí señor Thitiwat- le dijo tomando la mano de su mujer y mirando fijamente al hombre que había rechazado a su hijo.
-Perdón por aparecer de esta manera, pero esta noticia no podía esperar.
-¿Qué noticia?-lo miro fijamente el padre del pequeño.
-Nos vamos a casar- tomo la mano de un Fluke congelado.
-¿Qué?- grito la madre del pequeño.
-Fluke y yo estamos prometidos.
-¿Qué malditamente dices?- pregunto escépticamente Samantha.
-Fluki y yo estamos en una relación, desde hace más de medio año.
-¿Hijo?- el señor Natouch volteo a ver a su pequeño.
-Que… quería que fuera una sorpresa- informo, sintiendo como si un hoyo negro lo estuviera succionando.
-¿De qué hablas hijo?-cuestiono Phoebe con voz histérica.
-Hace un poco más de seis meses me encontré con Ohm,- empezó su hijo- hemos tenido tiempo para conocernos- los miro, y trago saliva. Esa situación se iba a salir de control, le estaba mintiendo a su familia, y no solo eso, le había seguido el juego a Ohm, había aceptado casarse con él. Definitivamente, no actuaba inteligentemente en el estado de histeria en la que se sentía.
-Reconozco que no le informe a Fluke que venía- miro al susodicho y le regalo una dulce sonrisa- pero estoy tan deseoso de casarme con él, que, me atreví a venir con ustedes.
-Pero, ¿Por qué no nos habías dicho nada?- cuestiono preocupada Phoebe mirando a su hijo.
-Yo también sabia de su relación- soltó la melliza.- lamento que lo hayamos mantenido en secreto.- bajo su cabeza avergonzada y llena de furia.
-Samantha- exclamo su padre impactado. Sabía que sus hijos eran muy cercanos, pero esto lo sorprendía.
-Si mi presencia los incomoda, me retiro.- ofreció Ohm.
-Señor Thitiwat- llamo la señora Natouch.- eso sería una descortesía-miro a sus hijos y esposo- sería un gran placer que nos acompañe a cenar.- suavizo su tono.
-No quiero ser descortés, agradezco su hospitalidad, y por favor llámenme Ohm.
-Venga por aquí- le indico guiándolo por las escaleras-lamento que no tengamos algo mejor.
-No se preocupe- la tranquilizo entrando en el cuarto.
- Lo esperaremos abajo- cerro la puerta.
-¿Que está pasando?- le pregunto Off a su hijo.
-Ohm y yo nos conocimos hace varios meses.- repitió como robot.
Se habían reunido en la cocina, que era el lugar más alejado de la habitación que le habían dado al recién llegado.
-¿Qué demonios está pasando?- entro furiosa su madre, ella rara vez maldecía y rara vez se molestaba.
-¿Por qué no nos sentamos?- sugirió Samantha.
-Tenemos a Ohm Thitiwat en nuestra casa de campo, ¿Y quieres que nos sentemos?- la fulmino Phoebe.
-Cariño- intervino su esposo, posando sus manos en sus hombros- todos estamos desconcertados, pero tenemos que tranquilizarnos y dejar que Fluke nos cuente que está pasando.
-Lo siento- se disculpó suspirando- pero estoy bastante impresionada- se fue a sentar en una silla.
-Todos estamos impresionados- secundo serio Off mirando fijamente a su hijo.
-Lamento todo esto- dijo el castaño con voz temblorosa, sentía que en cualquier momento se desmayaría, así que también se sentó.
-Tranquilo- la rubia se sentó a su lado y tomo una de sus manos, tratando de darle apoyo.
-Más vale que seas rápido, el señor Thitiwat no estará arriba por mucho tiempo- lo urgió su padre tomando asiento frente a sus hijos.
-Ohm, me busco, ya que tenía curiosidad por conocerme.- empezó su más grande mentira, se lamio los labios.- yo de verdad estaba sorprendido cuando lo tuve frente a mí, y admito que sentí rabia al principio, pero conforme lo fui conociendo, me di cuenta del gran hombre es, ama a su familia- les dio una sonrisa que rogaba a Dios que pareciera sincera.
-¿Por qué no nos dijiste nada?- pregunto angustiada su progenitora.
-Tenía miedo- respondió su hija- imagínense que de repente llega y dice que está saliendo con la persona que rechazo hace cuatro años.
-Es lo que ha pasado hace un momento- puntualizo su padre.
-Pero en ese entonces no conocía a Ohm como hoy, no me sentía muy seguro de decirles lo que estaba pasando, y sé que él nos dio una gran sorpresa hoy, pero me alegro que lo hiciera. Yo no sabía cómo enfrentarlos, y esta situación ayudo a que la situación saliera a la luz.
-Pero se supone que es heterosexual- exclamo frustrado su padre.
-Todos cambiamos- trato de justificarse Fluke, ya que no sabía que más mentiras decir.
-El amor es amor- dijo su hermana.
-Aquí están- entro el alto pelinegro en la cocina.
-Señor Thitiwat- se levantó presurosa Phoebe.- Disculpe, la cena todavía no está lista.
-Insisto, llámeme Ohm- sonrió mirándolos.
-¿Le gustaría cenar algo en especial?- pregunto Off también levantándose al igual que el resto.
-Nada muy elaborado, veo que no tienen servidumbre.
-No es necesario, vinimos en un pequeño viaje familiar, teníamos tiempo sin estar reunidos.- anuncio la señora Natouch yendo hacia la nevera.
-Dígame, ¿En qué le puedo ayudar?- dijo Ohm quitándose el saco, poniéndolo sobre el respaldo de una de las sillas y arremangándose la camisa.
-No es necesario- se apresuró a decir Fluke- tu puedes esperar en la sala.
-Aunque parezca un inútil, no lo soy. Me defiendo muy bien.
-Señor Ohm, de verdad- pidió el mayor.
-Somos prácticamente familia, y que mejor manera de convivir que cocinar juntos, además Fluki y yo ya lo hemos hecho- abrazo al más bajo y les regalo una enorme sonrisa que no llego a sus ojos.
-Ya veo- opino la madre.
Era normal que si su hijo y su prometido, hubieran cocinado juntos, para Fluke era una parte muy importante en su vida, no la compartía con cualquiera.
-En ese caso señor Thitiwat, ¿Qué propone para la cena?- le dijo su cuñada pidiendo disculpas con la mirada a su hermano.
-Samantha, habíamos quedado en que me llamarías Ohm- le guiño un ojo.
-Está bien Ohm- fingió su sonrisa.- ven Fluke, dinos que vamos a degustar esta vez.- lo guio hacia la estufa.
El castaño sintiéndose drogado, le ordeno a su madre tomar unos tibons del congelador.
-Padre, sacas unas papas y aguacates por favor. Samantha, tú te harás cargo del postre, y Ohm, tu harás la ensalada.- le dijo mirándolo con reproche, no le creía ni una pisca de que hubiera puesto un pie en una cocina.
Y así, entre monosílabos incomodos, se dispusieron a cocinar. Los padres soltaron preguntas para comprender como es que su hijo había terminado en una relación con ese hombre, algunas veces contestaba Fluke y otras el propio Ohm, que, era la situación de su desconcierto.
Al terminar una cena bastante incomoda, decidieron tomar camino. Fluke tenía clases al día siguiente, aunque Samantha no regresaría a Londres hasta el Miércoles.
-Mis hombres les ayudaran a empacar- anuncio Ohm.
-¿Hombres?- lo miro Fluke.
-Mis guardaespaldas, ellos están fuera- dijo.
-No es necesario- intervino la señora Natouch- nosotros podemos hacerlo.
-Por favor, permítame serles de ayuda.- Abrazo al castaño- Fluki y yo nos adelantaremos.
-Pero- susurro desconcertado el menor.
-Está bien- dijo Off- gracias.
-Estaremos bien- expreso su hermana- nos veremos en Bangkok, le regalo una sonrisa incierta a su mellizo.
-Nos vemos en casa- se despidió Fluke, dejándose llevar por el mas alto, mientras dos hombres de traje se presentaban a su familia.
Detrás de la camioneta polarizada, estaba otro coche, donde subieron subieron, y tomaron camino fuera del pueblo.
El viaje de una hora se hizo en completo silencio. Ohm quejándose mentalmente de que el castaño oliera delicioso, porque tenía que tener ese olor a cítricos, al maldito limón que amaba.
-Bien, gracias por arruinarme la vida- dijo el menor quitándose el cinturón y saliendo del mueble.
-¿Quién arruino la vida de quién?- cuestiono siguiéndolo.
-Tú la mía, eso es obvio- entro en la casa con paso marcado.
-Señorito Fluke- lo saludo Martha.
-Martha, él es el madito Ohm, Ohm ella es Martha.- dijo sabiéndose seguido por el más alto, y siguió su camino.
-Un placer conocerla Martha- dijo el pelinegro subiendo los escalones siguiendo a su prometido, dejando a la mujer con los ojos bien abiertos, conocía a ese hombre, era Ohm Thitiwat.
-Creo que deberías de irte- le dijo girándose para mirarlo- lograste lo que querías, acepte este maldito matrimonio, espero estes feliz.
-La verdad estoy muy satisfecho- respondió el más alto cerrando la puerta de la recamara.
-Te dije que te fueras- grito estallando por fin- ya nos hiciste pasar un mal momento a mis padres y mi hermana.
-Yo no lo diría con esas palabras.
-Por favor vete, ya me tienes en tus manos- se dejó caer en la cama sintiéndose derrotado.
-Te dije que esperaría hasta el domingo, y eso fue hoy.
-Manejaste la situación a tu antojo- le recrimino- realmente nunca esperaste mi respuesta.
-Aprendes rápido cariño.
-No me llamas así- grito desesperado.
-Es un apelativo cariñoso, tendrás que acostumbrarte.
-Suena tan asqueroso de tus labios- se levantó molesto.
-Tendrás que acostumbrarte- se encogió de hombros- se supone que te amo y me amas.
-Ni en un millón de vidas- escupió Fluke.
-Eso ya lo veremos- sonrió de manera que hizo estremecer al pequeño.
-No soy tonto, ¿Crees que no te sentí?- pregunto acercándose tomándolo del brazo- ¿Crees que no me di cuenta de que tu cuerpo temblaba en cuanto hacia contacto con el mío?
-Estas imaginando- se trató de defender el castaño, se levantó.
-No lo hago, tu vena homosexual, disfruto de mi cercanía.
-No puedo creer que seas tan idiota- se soltó de su agarre con coraje- los homosexuales no somos unos enfermos que nos dejamos ir con cualquiera de su mismo sexo- lo miro.
-Tu cuerpo no decía lo mismo- bajo su voz a un susurro ronco y sexi- todos ustedes son iguales- le recrimino, y salió del lugar.
Fluke se dejó caer en el suelo, y empezó a llorar, sabía que su familia no tardaría en llegar, pero no pudo evitarlo.
ESTÁS LEYENDO
Uña de Dios
RomanceINTRODUCCION Las familias Natouch y Thitiwat llevaban una extraña y prestigiosa carga a sus cuestas, desde hacía varios siglos, estas familias estaban unidas, era algo muy curioso e incrédulo. Algunos miembros recibían el destino de un lunar, pero n...