CAPITULO 13 ENFRENTAMIENTO

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Alejandra se atraganto con su bebida y su hija soltó un alto ¿Qué?.
-¿De qué hablas Del?- cuestiono incrédula su nuera tratando de controlar su tos y limpiándose  la boca con una servilleta de tela.
-Sabía que solo yo lo sabía- les dijo muy sonriente y muy pagada sí misma.
-¿De dónde sacaste esa absurda idea tita?- pregunto Yiwa con los ojos bien abiertos.
-¿Es que acaso le pidió a Rebeca matrimonio?- siguió Alejandra.
-¿Rebeca?- la miro la mujer mayor tratando de disimular el desagrado en su voz.- Gracias a Dios no.- tomo una biscocho.
-Rebeca es a la única que podría aceptar Ohm como su esposa- indico la pelinegra.
-Esa mujer no es para mí Ohm- hizo un gesto desdeñoso con la mano- mi pequeño oso tiene a alguien mejor, a la única persona adecuada para él.
Las dos más jóvenes se voltearon a ver sabiendo que nunca le había caído muy bien Rebeca Nikolaou a Del, la soportaba y se comportaba educadamente en su presencia por Ohm, aunque algunas veces le dejaba muy claro a la bella mujer que no le agradaba. Además, la matriarca podría estar desvariando, y eso estrujo su corazón.
-Del, creo que no fue buena idea que te agitaras tan pronto, deberías de descansar de nuevo.- recomendó Alejandra mirándola detenidamente.
-Nada de eso, ya me siento mucho mejor, la cama me tiene cansada. Y no cambiemos de tema, es obvio que creen que estoy desvariando- las miro con sus ojos tas oscuros como los de su nieto- si no me creen, hablen con el- ofreció- pero de aquí no me muevo, y ustedes tampoco, el día está demasiado hermoso para estar encerradas.
Las más jóvenes se voltearon a ver de nuevo y suspiraron, era difícil ganarle a esa mujer.
-Está bien tita, le llamare en este momento- cedió su nieta y tomo su celular de la mesa.- si aquí son las tres de la tarde, haya deben ser las ocho- les dijo viendo la hora en el aparato. Busco el número de su hermano y llamo poniendo la llamada en altavoz, volvió a dejar el teléfono sobre la mesa. Al segundo timbre este contesto.
-Yiwa- le saludo al otro lado de la línea- que milagro que me llamas.
-Hola Ohm, ¿Cómo te va en Tailandia?, ¿Cuándo regresas?
-Todo en orden, gracias por preguntar, y espero regresar en unos días.
-Eso me alegra, mamá y tita también te extrañan.
-Yo a ustedes, espero mañana terminar con mis asuntos y estar de vuelta con ustedes, pero tú nunca me llamas solo para saludar- le dijo.
-Oye, eso no es cierto- se quejó esta.- siempre me preocupo por ti y trato de estar al pendiente.
-Está bien- concedió Ohm- pero no llamas por nada, ¿Qué sucede?
-Tita, mama y yo estamos tomando el té, tomando el fresco.
-¿Tita ya se levantó de la cama?- pregunto contento su hermano.
-Así es, de hecho, te está escuchando- le confeso.
-Tres contra uno- rio sin poder evitarlo. – hola tita, hola mamá- les saludo con una sonrisa en su rostro.
-¿Cómo te trata Tailandia?- pregunto feliz Alejandra.
-Bien, todo en orden, ¿Ustedes cómo están?
-Fresca como lechuga recién cortada- respondió Del.
-Tita, que alegría escucharte tan recuperada.
-Soy fuerte como un roble- presumió esta.
-Tita nos dijo algo muy interesante- interrumpió la nieta.
Por unos segundos nada se escuchó a través de la línea telefónica.
-Ohm, ¿Sigues ahí?- cuestiono su madre creyendo que la llamada se había cortado.
-Si, aquí estoy. - respondió incomodo- veo que tita ya les informo de mi futuro matrimonio.
-¿Entonces es verdad?- pregunto de nuevo su progenitora.- ¿Te vas a casar?
-¿Te vas a casar, y no nos has avisado?- le reclamo Yiwa.
-No es que no quisiera decirles- se empezó a excusar.
-Ohm, estas comprometido- exclamo sorprendida, no era pregunta, sino afirmación- ¿Cómo paso?, no lo puedo creer- dijo su madre con voz entrecortada.
-Era una sorpresa- empezó- lamento no haberles dicho nada- se disculpo. Tita eres como una niña- la acuso cariñosamente sin poderlo evitar, sabía que ella hablaría antes de que llegaran dispuestos a la boda.
-Soy una niña de ochenta y ocho años- rio divertida.
-¿Quién es la afortunada?- se obligó a preguntar Alejandra con un nudo en la garganta.
-Afortunado- susurro la canosa, tosiendo fingidamente.
-Tita dice, que Rebeca no es, lo cual es extraño, ya que es la más cercana a ti, además te conoce casi tan bien como nosotros.- intervino Yiwa.
-No es Rebeca- confeso de mala gana, ya que era lo que esperaban de él.
-Ohm, ya es suficientemente extraño que nos ocultes que te vas a casar, y ahora nos dices que no es Rebeca.- dijo su madre sintiéndose inquieta.
-Me casare con mi pareja destinada.
-¿Pareja destinada?- pregunto su madre sin entender.
-La marca- susurro desconcertada la menor.
-Así es, Ohm se casa con Fluke.- dijo muy orgullosa Del.
-Fluke Natouch- dijeron al unísono las otras sin poder creerlo.
-Espero que estemos en un par de días por haya, ya que la boda será el fin de semana- les dijo.
-¿En unos días?, pero Ohm, ¿Por qué tan pronto?- cuestiono sorprendida- no entiendo. Ohm, ¿Qué has hecho hijo mío?
-Madre, ¿Confías en mí?- pregunto la voz varonil desde el otro país.
-Siempre- respondió sintiendo que algo no estaba bien.
-Les contare todo cuando lleguemos.- trato de tranquilizarlas.
-¿Lleguemos?.- pregunto su hermana.
-Los Natouch irán conmigo.
-Dios- susurro Alejandra.
-Me entra otra llamada, tengo que colgar- se despidió el pelinegro colgando.
Su tita lo había hecho, y grande, se quejó Ohm internamente dejando caer su celular en la cama, aunque ya lo esperaba, esa mujer no podía quedarse callada más de dos segundos. Se puso los gemelos, y se miró por última vez en el espejo, mañana se vería con la familia de Fluke, y ya todo quedaría concreto.
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Fluke leía el mensaje que Ohm le había enviado por Whatsap, eso era de esperarse, ya que no le había contestado ni una de sus llamadas. Acaba de terminar la clase de gastronomía industrial. Dean seguía evitándolo, eso lo mortificaba y entristecía a la vez, se sentía solo, y lo extrañaba, pero se lo merecía, suspiro levantándose de la banca. Típico de ese Ohm, avisarle del golpe, cuando ya se lo había dado. Camino con paso lento fuera del aula, texteando un mensaje para su amigo, pidiendo disculpas de nuevo, sabía que no recibiría respuesta, pero era lo menos que podía hacer.
-Esta vez llegas directo y sin retraso- lo recibió Thitiwat.
-Eres transporte gratis- respondió poniéndose el cinturón de seguridad.
-Lo único positivo que has dicho sobre mí- se burló el mayor.
-No eres tú, es el medio con el cual llegare a casa de mis padres- dijo desafiante.
-Me agradas- respondió sonriendo satisfecho el pelinegro.
-Te odio- le dijo mortificado.
-Solo son pequeñeces- contesto sin inmutarse, y dio órdenes a su chofer.
El castaño resoplo molesto, y de uno de sus bolsillos saco el anillo y se lo puso, todo tenía que salir bien. Sus padres estaban preocupados y nerviosos por toda la situación, miro a su prometido, el cual hablaba por teléfono tan quitado de la pena. Después de varios minutos eternos, en los cuales Ohm no dejaba de charlar en lo que parecía griego, si, era griego, lo miro amargamente el pequeño.
-Espero que tú y tu familia estén preparados, ya que mi familia nos espera.
Eso sí que sorprendió al castaño, era la primera vez que mencionaba a su familia, y no solo a la señora Del.
-¿Tu familia?- le pregunto.
-Ayer hable con ellos- le dijo.- y están impacientes por conocerlos.
-Ya veo- dijo Fluke lleno de pánico- ¿Ellos saben la verdad?, me refiero a…
-No- lo interrumpió- ellos creen que es un matrimonio normal, que nos amamos. Así que espero que nada cambie- giro su rostro que antes estaba fija en el paisaje por la ventana.- es prudente que nadie sepa la verdad, sin contar con Samantha y tu abogada.- le sonrió, lo que lo hizo sentir incómodo.
-Lamento que las cosas no resultaran como tu las planeaste, pero así son las cosas.- respondió envalentonado.
-He de decir que no me espere lo que paso ayer.
-Claro, esperabas a alguien demasiado estúpido- dijo cínicamente el castaño- Un homosexual que siguiera tus pasos, ya que somos menos, según tu- recalco- pues déjame decirte que ni soy estúpido, ni soy menos que tú. Te estoy haciendo un favor, este gay te está salvando el trasero- se señaló su pecho.
Ohm se tragó lo que quería decir, todo lo que decía el menor era cierto, pero no estaba dispuesto a reconocer la verdad.
-Hemos llegado- anuncio agradecido, no se le ocurría una respuesta razonable y bajo de la camioneta.
-¿Qué les dirás?- cuestiono rodeando el auto y llegando hacia Ohm, se lamentaba ser tan débil.
-La verdad, que mañana viajaremos a Grecia- camino hacia la entrada de la mansión.
-¿Mañana?- pregunto detrás de él.
Fueron recibidos por sus padres, y entraron en el lugar. El pelinegro le había tomado la mano, y Fluke quería soltarse, pero la sonrisa de sus progenitores le dio fuerza para seguir con la farsa.
-Teníamos días sin verlo Ohm- le dijo Phoebe dándoles el paso hacia la sala principal.
-Estuve ocupado estos días- respondió el más alto.- perdón por mi ausencia- se disculpó.
-He de imaginar que alguien con sus responsabilidades está muy ocupado, pero no es excusa para hacer lo que hace. – Off lo miro molesto- En pocos días se casará con mi hijo.
-Cierto, usted tiene razón en cierta parte, pero le digo que también tengo negocios, como sabe, mi itinerario es muy ocupado.
-Nada más importante que la familia, no más importante que Fluke.- respondió molesto.- Soy un funcionario público, alguien que sirve a su país, pero eso no me ha impedido dejar de ser padre.
-Me disculpo- respondió Ohm después de algunos segundos en los que no supo que hacer- tiene razón. He sido descuidado con la situación.
-Vamos Off, no lo incomodes- dijo Phoebe.
-El señor Thitiwat se ha disculpado- interrumpió Piper entrando en la habitación seguida de Samantha.- no es momento de criticar.- se sentó junto con su novia.- Nadie somos perfectos.
-Piper tiene razón- secundo la madre de los mellizos- no hagamos más grande la situación- tomo del brazo a su esposo, sentándolo con ella.
-Mañana viajaremos a Grecia- anuncio el magnate ignorando el ambiente negativo- mi familia nos espera, se sorprendieron por lo presuroso de la unión, pero lo aceptan. Ya arreglamos todo en la universidad de Fluke, espero usted no tenga problemas por tomarse unos días de su trabajo.- miro a su suegro, sabiendo que el castaño se había quedado de piedra al escuchar que el había ido a hablar a su universidad.
-Ya se lo comenté a mi superior, no creo tener problemas, pero no creo poder ir con ustedes mañana.- les dijo- tengo que dejar todo en orden.
-Es comprensible. - le contesto Ohm sujetando más fuerte la mano del pequeño que había empezado a temblar.
-Ohm, ¿Por qué siempre hacen todo por su cuenta?, siempre nos dicen las cosas cuando ya están hechas. –los miro seria Phoebe.
-Lo lamento, estamos haciendo las cosas de esta manera solo por mi abuela, no suelo comportarme así.- se disculpó de nuevo, parecía que con los Natouch era solo disculpa tras disculpa. 
-Lo entendemos, pero nos gustaría enterarnos de las cosas, nosotros podríamos ayudarles y apoyarlos.
-Señora Natouch, usted y mi madre se llevaran de maravilla, y que decir de mi abuela.- le aseguro.
-Señores Natouch, ustedes no se preocupen, si me permiten, Samantha y yo iremos con Ohm y Fluke mientras ustedes terminan todo aquí.
-Excelente idea Piper- le dijo agradecido el señor Natouch- y ya les hemos dicho a ustedes dos- la señalo y también a Ohm- que no nos digan señor o señora Natouch, solo llámenos por nuestro nombre.
-Si eso les parece bien- acepto este.
Pasaron al comedor para tomar el almuerzo, retomaron el tema de la boda, y Phoebe menciono la despedida de soltero. Thitiwat les conto que su abuela ya había salido de la cama y que podrían tener el festejo antes de la boda.
-Lamento que nos retiremos tan pronto- dijo Fluke al terminar su postre- pero Ohm y yo tenemos unas cosas que hacer antes de partir mañana- se levantó de su silla.
-Es… está bien- le dijo su madre sorprendida por lo presuroso de su partida.-
-Ya pudimos hablar más a fondo del asunto.- dijo satisfecho Off.- solo no llegues muy tarde Fluke, tienen que dormir temprano.
-¿A qué hora nos iremos?- cuestiono la pelinegra.
-Nos esperan en el aeropuerto a las once de la mañana- respondió levantándose- no necesitan comprar boletos, nos iremos en mi avión.- saco una tarjeta negra- este es mi número personal, quiero que me llamen y me avisen día y hora en que pueden viajar para que el avión esté listo para llevarlos a Grecia.
-Muy amable de tu parte Ohm- le sonrió satisfecha su suegra- nosotros te avisaremos con tiempo, espero que no pase de pasado mañana.
-Nosotros nos retiramos- dijo el castaño tomando la mano de su prometido por iniciativa propia por primera vez, quería sacarlo de ahí lo más pronto posible, estaba rabioso, no entendía como había mantenido la compostura durante todo ese tiempo, pero Ohm lo escucharía.
Se subieron a la camioneta donde les abrió la puerta el chofer de Ohm.
-¿Cuáles son esas cosas pendientes que tenemos que hacer?- cuestiono el más grande cuando la camioneta ya había tomado camino y su prometido no decía nada.
-Vayamos a un lugar que tenga muy buena acústica- le contesto sin mirarlo desde el otro lado del asiento.
-¿Acústica?- pregunto son las cejas enarcadas.
-Así es, quiero que mis gritos se escuchen hasta México- le dijo sin girarse a verlo.
-Ya veo a donde va todo esto- sonrió- Dimitri, vamos a casa- ordeno a su chofer.
-Espero que tu casa tenga paredes muy gruesas- le dijo un castaño malhumorado.
Ohm volvió a sonreír, le gustaba más ese Fluke peleonero, que el sumiso. Debía agradecer que se comportara bien frente a su familia, si no fuera modelo, pudiera ser actor.
El castaño trataba de controlarse, sentía que en cualquier momento se lanzaría contra el otro y lo estrangularía, no antes de decirle dos que tres cosas. ¿Cómo se atrevía Ohm a hacer las cosas sin consultarle?, ¿Cuándo había ido a hablar a su universidad?, ¿Qué les había dicho?. Lo miro de soslayo, se veía tan frio y tan seguro de sí, lo odiaba, realmente lo hacía, era la persona que más daño le había hecho, y se lo seguía haciendo.
Se bajaron del automóvil y entraron a la enorme casa. Fueron recibidos por alguien de la servidumbre, el pelinegro pidió que les llevaran bebidas a su oficina, fue seguido por el otro, que en cuanto entro, cerró la puerta.
-Así que no quieres esperar a que nadie nos interrumpa.- le dijo Ohm sentándose en su silla tras el escritorio.
-No veo que tu casa tenga mucha acústica- miro el alto techo- ni paredes muy gruesas- miro estas- pero al menos mi familia no está aquí.
-Es lo que hay- se encogió de hombres y lo miro. Ese pequeño hombre se veía muy furioso, y no entendía por qué eso lo emocionaba.
-¿Por qué demonios tomas todas las malditas decisiones?, ¿Es que acaso estoy pintado?. Soy tu prometido, te guste o no, estamos en esto- le grito muy molesto- Si tan solo me hubieras pedido el favor, solo para hacer feliz a tu abuela, yo hubiera accedido, no tenías por qué amenazarme, ni tratar de humillarme, haciendo sentir menos- dio unos pasos adelante, cuando vio que Ohm diría algo para interrumpirlo, siguió hablando. - Pero no, tenías que llegar con tu actitud de soy mejor que los demás, y se hace lo que yo digo. –trago saliva- me obligaste a mentirle a las únicas personas que amo, nos orillaste a todos a aceptar tu palabra, sin preguntar siquiera nada. No tenías derecho a interferir en nuestras vidas- le grito más alto- por eso te odio.
-Tú fuiste quien se interpuso en mi vida- se levantó molesto el mayor mirándolo con furia- tu, que tenías que tener la marca. ¿Sabes cuánto tiempo estuve esperando a mi pareja destinada?, ¿Cuan altas fueron mis expectativas?
-No fuiste el único, yo también tenía altas expectativas en mi pareja destinada- le aseguro- los dos crecimos con esto, así que no me vengas a poner escusas de tu pobre comportamiento. Eres vil y egoísta, solo piensas en ti, mientras manejas a los demás a tu antojo.
-Si fuera egoísta, no estaría en este teatro, lo hago por mi abuela, solo por ella.- rodeo el escritorio como una pantera al acecho.
-Solo te importa tu familia- sentencio el castaño sin dar un paso atrás- la mía no te importa nada. Yo respeto mucho a tu abuela, solo la trate muy poco cuando era más joven, y aun así, si hubieras hablado conmigo sobre su salud y lo que querías hacer para complacerla, yo te hubiera ayudado. En cambio, nos arrastraste a todos en esta gran mentira.
-Era necesario.
-No lo era- le volvió a gritar- te justificas con tu homofobia- lo acuso dando un paso adelante- no comprendo que tienes en contra de los homosexuales, y no me interesa saberlo, pero has sido un idiota. Llegando de la nada a mi departamento, amenazándome con mis niños, y después apareciéndote en la casa de campo de mi familia- se señaló el pecho- soltándoles de golpe que estamos prometidos, diciéndoles que su hijo, el que nuca se mete en problemas, les había estado mintiendo.- tomo aire, su corazón latía mil veces por hora- No sabes cómo se siente familia, y sé que no te importa pero te lo diré, ellos están asustados, tienen miedo de lo que me pase.
-Pero si no te va a pasar nada- contesto mortificado, aparentando que sus palabras no le habían afectado- solo es como un contrato clandestino.
-Contrato hiciste a tu beneficio- dio otro paso delante, estuvo a punto de confesarle que, si no hubiera sido por Samantha y Piper, estaría totalmente en sus garras.- No me sorprende viendo lo ególatra que eres. ¿Cuándo fuiste a mi universidad?, ¿Qué les dijiste?- cuestiono a menos de un metro del mas alto.

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