CAPITULO 5 DECISIÓN

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-Fluke- Ohm dijo su nombre en un susurro y se acercó más, quedando a unos centímetros del otro- el dinero es poder, tú lo sabes- le sonrió.
Ese hombre era el demonio, pensó Fluke mirándolo con los ojos bien abiertos. Solo su hermana Samantha sabia de su patrocinio con esos niños de México, ni sus padres estaban enterados, ¿Cómo se había enterado Ohm Thitiwat?
-Veo que, necesitaste más investigación de la que dan los medios masivos- le dijo agriamente.
-Necesito tu respuesta para mañana- le ordeno indiferente.
-¿Mañana?, no puedes estar hablando en serio.
-¿Qué tan enserio te tomas la ayuda que les das a esos niños latinos? – cuestiono sin separarse del más pequeño.
-Estas diciéndome que si no me caso contigo, ¿Harás algo contra esos pequeños?- apretó los labios obligándose a no bajar la mirada.
-Tienes varias vidas a tu cargo- siguió el pelinegro- mi abuela, y a esos niños.- se encogió de hombros y se alejó de el tranquilamente.
-¿Cómo puedes ser tan vil?- siseo sintiendo como su sangre hervía.
-Este es mi número- saco una tarjeta negra de su cartera y la dejo sobre la barra de la cocina- tienes hasta mañana- sentencio y salió del pequeño apartamento dejando a Fluke de piedra.
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Ohm subió en la limosina que lo esperaba, la situación no había ido tan mal como él había creído, sonrió satisfecho, Fluke tenía buen corazón, eso haría que su matrimonio con otro hombre no fuera tan insoportable, ya que sería sumiso, era lo único que salvaba toda esa situación.
El tipo era bien parecido, por algo era modelo, además tenía buena educación y valores bien arraigados, si Fluke fuera chica, no hubiera dudado en casarse con él, a pesar de los veinte años de edad que tenían de diferencia. Algunas de sus amantes también les llevaba varios años, ese no había sido impedimento para acostarse con ellas. No era exigente en cuestión de etnia, mientras fueran hermosas y dispuestas a compartir su cuerpo, todo estaba bien.
Solo les dejaba bien claro que la situación era pasajera, sin ataduras ni compromiso, y ellas habían aceptado, no se quejaban. Pero con Fluke Natouch era diferente, no tenía pecho ni vagina, y no era tan delicado como estas, o al menos eso creía, nunca había tocado a un hombre, y no lo haría obviamente, su matrimonio solo se debía a la precaria salud de su Tita, solamente.
La situación lo tenía bastante estresado, nunca creyó que se tuviera que casar con un hombre, la situación era de locos, pensó masajeándose las cienes.
-Señor Thitiwat, ¿Lo llevo al hotel?- pregunto el chofer.
-No, llévame al departamento de Mila- ordeno, con esperanza de olvidar la situación con una buena sesión de sexo.
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Fluke salió de bañarse como autómata, seguía sin creer lo que había pasado hace un momento. Todo tenía que ser un sueño, un aterrador sueño. No podría ser cierto que Ohm Thitiwat se hubiera aparecido en su departamento a las siete de la mañana, chantajeándolo y exigiéndolo casarse con él, por Dios, si era el hombre más heterosexual y homofóbico que nadie más. ¿Cómo podría casarse con él?, se preguntó aturdido frente al espejo.
-Ese maldito desgraciado- susurro secándose enérgicamente el cabello.- ¿Cómo puede hacerme esto?- siguió incrédulo.
Sus padres y su melliza lo esperaban, así que tratando de ignorar como se sentía, se dispuso a alistarse. Tomo un pantalón de mezclilla, y una camisa azul cielo, se llenó la cabeza con cuatro trenzas, y se calzo sus vans de Harry Potter.
Tomo un taxi a la vuelta de su departamento, y trato de tranquilizarse, ya que la tarjeta negra que había encontrado en la barra de su pequeña cocina le había abierto los ojos. Ohm Thitiwat si lo había visitado, el si había estado ahí, chantajeándolo y exigiéndole que se casara con él, a pesar de que no le gustaban los hombres, todo esto estaba pasando solo por su abuela Del, que había tenido un ataque al corazón, del cual se había librado por poco, y a pesar de que estaba mejor, seguía delicada. Suspiro contrariado.
Pero también lo había amenazado con que sus pequeños protegidos, no recibirían su ayuda, no sabía cómo lo haría, pero si sabía que el dinero es poder, y ese hombre tenía mucho, pero mucho poder, como este lo había puntualizado. Aun no podía creer que alguien preocupado por la salud de su abuela, pudiera dejar desamparados a unos niños indefensos, Ohm lo confundía.
Llego a su destino, se forzaría a parecer feliz y normal, pero quería hacerse un ovillo y llorar.
-Fluke, mi pequeña diva- Samantha abrió la puerta del taxi.
-¿Cómo es que estas aquí tan temprano?- le cuestiono saliendo del mueble.
-Tomé un vuelo en cuanto salí de clases el día de ayer- lo abrazo con fuerza- moría por verlos.
-Estoy tan contento de verte- la apretó, dios, la había extrañado tanto.
-Por fin, todo juntos- expreso Phoebe feliz de tener a la familia junta.
Off los miraba desde la puerta con una sonrisa de satisfacción.
Los cuatro entraron a la mansión, y el castaño fue recibido con sendos abrazos de parte de Martha y Sebastián. Su padre les informo de sus planes para ese fin de semana, quería que fueran a su casa en un pueblo cercano, por eso los había citado tan tempano.  Quedaba a una hora de camino, incluso el auto estaba ya lleno de los suministros necesarios para el par de días.
Todos estuvieron de acuerdo y montaron la camioneta. Bajaron las cosas en cuanto llegaron al lugar que les daba tan bonitos recuerdos, hacía años que no iban.
-Se siente bien estar de vuelta- exclamo feliz Samantha respirando el aire limpio y puro.
-Sabía que era buena idea- presumió su padre. – hemos vividos bellos momentos aquí.
-Estoy tan feliz de que todos estemos juntos de nuevo- expreso Phoebe muy sonriente.
-Quedan unas bolsas- le dijo su hija sacándola de su ensoñación.
-Extrañaba tu falta de respeto- bromeo la mayor tomando las ultimas bolsas de la parte de atrás del carro.
Fluke siguió a su familia sin dejar de sonreír, eso era lo que necesitaba, estar con las personas que amaba, y que lo amaban. Los había extrañado más de lo pensaba, además, como había dicho su padre, este lugar, le traía bonitos recuerdos.
Desempacaron sus pertenencias, y bajaron a acomodar la comida que les habían puesto. Fluke estaba encantado con todos los ingredientes, podría hacer deliciosos platillos con eso.
-¿Cómo te fue en el desfile?, rabeo de pensar que no pude estar contigo- se quejó la rubia guardando las verduras en el refrigerador.
-Todo muy bien, igual que siempre, pero a mayor escala- se encogió de hombros sin dejar de meter las latas en la alacena.
-Te vi en internet, te veías fabuloso.
-Creo que lo dejare- soltó sin pensárselo.
-¿Qué?- pregunto girándose con una lechuga en la mano.
-Hace tiempo que lo vengo pensando- dejo la caja de arroz, sobre la encimera.- quiero ser un universitario promedio- siguió, tragándose que, si se casaba con Ohm, eso no podría ser.- alguien común, con un trabajo normal de medio tiempo- la miro.
-Pero Fluke, ¿Por qué tan de repente?- cuestiono.
-No es de repente Samantha, te digo que llevo rato pensándolo- se acercó a ella.
-Pero te gusta modelar- le recordó.
-No estoy diciendo que no me guste, simplemente ya no quiero hacerlo- le tomo las manos- aunque solo lo haga ocasionalmente, me quita mucho tiempo.
-¿Y no te lo quitaría cualquier otro trabajo?- pregunto angustiada.
-Sera diferente- le sonrió comprensivo, su hermana amaba que el fuera un famoso modelo, pero él no lo amaba, solo le gusto mientras lo hizo, pero nada más.
-¿Que vamos a almorzar?, tengo mucha hambre- entro Off a la cocina interrumpiendo.
-Filete de pescado en aluminio- contesto detrás de el su esposa- con verduras al vapor, y arroz lanco. ¿Qué les parece?
Los hermanos voltearon a ver a sus progenitores.
-¿Qué sucede?- pregunto su padre frunciendo el cejo.
-Nada- se apresuró a contestar Fluke- nos estamos poniendo al día- sonrió volteando a ver a su hermana.
-Así es- secundo esta- yo también quiero comer pescado- soltó las manos de su hermano y le regreso la sonrisa.
Los cuatro se pusieron a cocinar, después de comer, fueron a pasear al pueblo, donde pasaron el resto de la tarde. Volvieron a la casa antes de que ocultara el sol, y decidieron hacer pizza.
-Me estas dejando en la ruina- se quejó a viva voz la rubia.
-No tengo la culpa de que caigas en mis países- se rio extendiendo la mano hacia esta.
Sus padres reían divertidos, estaban jugando al turista, y como siempre Samantha era la que menos propiedades tenia, y por supuesto dinero.
-Por eso les dije que no quería que jugáramos a esto- los fulmino con la mirada, entregándole en dinero de juguete a Fluke, lo que causo la carcajada de los otros tres.
Fueron a la cama después de las diez de la noche, querían levantarse temprano, ya que irían a un día de campo.
-No te vas a librar de mi- lo amenazo tomando del brazo a su hermano antes de que entrara en su recamara.
-Ya te habías tardado hermanita- le sonrió con tristeza.
-¿Me vas a decir que está pasando?- se sentó en la cama quedando frente a el.- has estado muy raro, tratas de aparentar que todo está bien, pero no es así.
-¿Tan trasparente soy?- cuestiono haciendo una mueca.
-Para mí sí, así que suéltalo de una vez- le indico- para empezar, eso de que ya no quieres modelar.
-Simplemente ya no quiero hacerlo- se encogió de hombros- me gusto, fue algo bueno, algo que jamás contemple, pero esa etapa de mi vida ya se acabó, llevo meses pensándolo, y si acepte este último trabajo, fue como despedida.
-¿Estás seguro?- pregunto no muy segura.
-Claro que sí, lo he pensado mucho, incluso Gulf me ofreció hablar con su padre, y me consiguió un puesto como ayudante de cocina, y sé que no es mucho, pero es un restaurante muy famoso, y por algún lado tengo que empezar.
-¿Por qué no me lo dijiste antes?- pregunto algo dolida.
-Quería decírtelo en persona- se acercó a ella y se sentó a su lado.
-Pero eso no es todo ¿Verdad?- le tomo la mano- has estado nervioso, y constantemente miras a todos lados, como si buscaras a alguien- lo miro sin parpadear.
Fluke apretó los labios molesto, solo de recordarlo, le hervía la sangre.
-Es algo que nunca creí que pasara- empezó este- incluso, aun quiero creer que solo fue una pesadilla.
-Pero, ¿Qué dices Fluke?
-Ohm Thitiwat- susurro con furia- eso es lo que digo.
-¿Ohm Thitiwat?- frunció el ceño.
-Ese maldito bastardo, que cree que puede chantajearme.- se levantó de golpe.
De acordarse de él, le hervía la sangre, entrando en su modesto departamento y en su vida, como si tuviera derecho, con su caro traje hecho a medida, exigiendo lo que no le pertenecía, porque él no le pertenecía, claro que no, los cielos se caerían antes de que eso pasara.
-¿Qué tiene que ver el con que dejes el modelaje?- también se levantó, y se asustó un poco al ver tan enfadado a su hermano, era raro verlo en ese estado.
-Hoy se presentó en mi departamento a las siete de la mañana- siguió con los puños apretados- y tan fresco, me dijo que tenía que casarme con él.
-¿Qué?, espera, espera, ¿Casarte con él?- levanto la voz Samantha.
-¿Puedes creerlo?- se rio algo histérico- primero, me rechazo hace cuatro años, porque el tipo es un homofóbico y un mujeriego, y ahora que se le ofrece, resulta que es muy conveniente nuestro matrimonio.
-Primero tranquilízate- pidió la rubia tomándolo de los hombros e instándolo a sentarse, parecía que a su mellizo le iba a dar un ataque de histeria en cualquier momento.- respira profundo, eso, así.
-Ahora sí, empieza desde el inicio- le dijo con voz pausada, no quería que se alterara de nuevo.
El castaño empezó a relatarle como habían sucedido las cosas esa mañana, y entre más escuchaba esta, más se empezaba a enfadar.
-¿Dónde está la maldita tarjeta?, ese Ohm Thitiwat me va a escuchar.- se levantó volteando a todos lados, como si la tarjeta negra con el número del susodicho, fuera a aparecer frente a ella.
-Está en mi mochila- contesto todavía ensimismado en sus recuerdos.-Espera- grito cayendo en la cuenta de lo que su hermana quería hacer- Samantha Natouch Halliwell, deja eso si es que quieres seguir disfrutando de mis platillos.- amenazo cuando esta ya tenía dicha mochila en su poder.
-Pero Fluke- dijo frustrada, apretando sus puños.
-Tu sabes si te arriesgas- dijo sin dejarse llevar por la mirada suplicante de ella.
-Ese Thitiwat, se merece dos que tres palabras.
-Lo sé, nadie más que yo esta rabioso por su osadía, créeme que con gusto lo estrujaría ese cuello suyo- dijo apretando los labios, junto con sus puños frente a su rostro.
-Entiendo lo de abuela, pero que usara a tus niños, eso no tiene nombre.
-Yo también lamento lo de Del Thitiwat- dijo Fluke dejándose caer en la cama- pero, aún sigo sin entender su comportamiento.
-Es un bastardo, como lo dijiste antes- se puso a su lado- un bastardo que se preocupa por su abuela, pero al ver que eso no te hizo ceder…- lo abrazo.
-El problema es que, diciéndome lo de su abuela, y si me lo hubiera pedido de otra manera, puede ser que hubiera aceptado.- reconoció de mala gana.
-Tienes un corazón blando- le sonrió apretando su hombro- es obvio que si hubiera llegado con una propuesta decente, hubieras accedido a un matrimonio de apariencia.- lo consoló.
-Pero como fue un estúpido- siseo- amenazo con mi patrocino de mis pequeños niños- se desinflo con esto último.
- ¿Qué piensas hacer?- cuestiono preocupada.
-No lo sé Samantha- contesto frustrado.
-Esto es muy grave, él tiene mucho poder, no creo que no cumpla su amenaza.- dijo angustiada.
-Me siento tan ofuscado, y tan furioso, y, ¿Cómo demonios exige una respuesta para mañana?- se volvió a levantar- es que no me cabe en la cabeza, que sea tan, tan, tan.
-¿Griego?- levanto la ceja.
-¿Qué tiene que ver que sea parte griego?- pregunto volteando a verla.
-Ya sabes, esas novelas donde el hombre rico y poderoso, es un magnate griego que solo hace su voluntad
-Samantha te estas saliendo del tema- se quejó su hermano.
-Perdón, creo que estudiar en Londres me ha afectado. Todas esa novelas románticas.- se excusó.
-Cómo has dicho esto es muy serio, y solo tengo unas horas para resolverlo.
-Creo que solo le estamos dando vueltas al asunto, ambos sabemos que no tienes otra salida, a menos que estés dispuesto en hacer infeliz los últimos días de la matriarca Thitiwat y que dejes a un destino incierto a tus niños mexicanos.
-¿De verdad tengo que hacerlo?- pregunto angustiado.
-De verdad me gustaría decirle todas sus verdades, bien coloridas y en palabras fluorescentes, pero sabemos que no podemos hacer nada, y ni pienses en decirle a nuestros padres.
-No pensaba hacerlo- – se apresuró a decirle Fluke- no quiero meterlos en este asunto. Imagina si se enteran de este vil chantaje- termino de decir acongojado.
-Esto es una pesadilla, si tan solo pudiéramos decirle a padre- se estrujo las manos.
-Pero si acabas de decir que no les dijera nada- la miro confundido.
-Solo me deje llevar por la protección de nuestra familia- le sonrió triste- imagina lo que pasaría si nuestros padres se enteran de este chantaje, no solo nos concierne a nosotros, también estaría en medio los Thitiwat.
-Ellos no me importan- grito pasándose las manos por el cabello.
-Eso no es cierto Fluki- le dijo cariñosamente- no es cierto que no te importa la familia Thitiwat- lo abrazo- eres muy bueno, tu corazón es de oro. Lo que pasa es que estas molesto con ese hombre molesto, muy molesto.- dijo enojada.
-Tengo miedo- confeso apretándose a su hermana.- mucho miedo.
-El matrimonio durara poco tiempo- le acaricio la espalda- el solo quiere que su abuela sea feliz lo último que le queda de vida.
-Pero, ¿Cómo puedo casarme con él?, rechazo nuestro lazo, no le importo que el tatuaje fuera a juego, me rechazo por ser hombre, no le importo la herencia de las familias, solo pensó en él, sin darme una oportunidad de hablar con él, yo hubiera entendido que no le gusten los hombres.
-Por lo que sabemos es un homofóbico y muy machista- dijo quedamente- ponte en su lugar.
-¿Lo estas defendiendo?- se alejó con los ojos llenos de lágrimas.
-No lo hago, sabes a lo que me refiero- lo miro.
-Samantha- dijo con voz quebrada fue de nuevo hacia ella y la brazo- sé que no tengo alternativa, no quiero que las familias se enemisten, ni que la señora Del esta triste, y que mis niños no reciban mi ayuda- sollozo, por fin rompiéndose, solo habían sido más de doce horas, pero Fluke estaba al límite, no sabía cómo soportaría el matrimonio con ese hombre.
Ese hombre ni se había dignado en ir a verlo y darle su respuesta negativa, Fluke había sufrido mucho, no solo el mes que estuvo sin ir a clases, si no mucho más, más de lo que les había dejado ver a su padres y familiares, solo su melliza había estado junto a él, acompañándolo en las noches mientras el lloraba desconsolado, y en las mañanas sonreía como si la vida no le fuera tan dolorosa.
-Sabes que siempre estaré aquí para ti- lo consoló- no dejare que ese hombre te haga daño, lo prometo.
-No siempre podrás estar para mí- lloro- no sabemos qué planes tiene ese hombre.
-Mis exámenes han terminado, y solo queda una semana de clases, estaré aquí para ti.
-Sera una semana muy larga.
-Nunca te dejare, y nuestros padres tampoco.
-Lo sé- sollozo agradecido, estaba muerto de miedo.
-¿Puedo dormir contigo?- pregunto con voz ahogada.
-Te extrañe- la estrujo sintiéndose aliviado.
-Yo también, pero no me aprietes tanto- rio sin poder evitarlo.
-Lo siento- la soltó con una sonrisa y lágrimas cayendo por sus mejillas.
-Pido el lado izquierdo de la cama- anuncio está, acostándose.

Uña de DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora