ESPOSA

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La guerra fue declarada, la pelea se ejecutó, hubo un ganador, los traidores fueron ejecutados tras perder la batalla. Los que quedaron, supieron que no había poder que hiciera cambiar el corazón del emperador.

Khun Agüero Agnis emperador de las tierras frías, cuya magia no parecía debilitarse ante ningún tipo de magia diferente a la suya, sino que parecía incrementarse según el poder del enemigo.

Cualquiera que lo conociera, sabía que parecía el típico emperador desinteresado de su pueblo, pero contrario a eso, se preocupaba por ellos y procuraba su bien a través de sus administradores que eran Ran, su hermano, e Isu, su mano derecha y confidente.

No era que Khun pareciera ser un anciano decrépito, pero el pueblo comenzó la exigencia de un futuro heredero para los hijos de los habitantes del pueblo, a pesar de la magia que aseguraba una mayor longevidad al emperador y su corte, sabían que no lo haría eterno y que tarde o temprano necesitaría un sucesor, querían a alguien tan o más fuerte que su padre, más inteligente que el mismo, alguien de cualidades inimaginables para asegurar la prosperidad de la nación, por eso era que se exigía uno pronto para poder darle la adecuada instrucción desde temprana edad.

El pergamino chocó contra la pared cuando el emperador lo arrojó.

— ¡Tontos!

— Su preocupación es fundamentada. No seremos eternos —Isu fingía seriedad ante el malhumor de su emperador, pero por dentro se reía.

— ¿Me ves a mi casado? No, por supuesto que no, y quién será la madre de mi hijo... ¿Una mujer a la que no ame?

— ¿Esa es tu preocupación? Si es así, entonces mandaremos cartas a todas las provincias para que envíen a las mujeres más hermosas de sus tierras, las evalúas, la que más vistosa sea será elegida... La cortejas, la conquistas, te casas, tienes un hijo, nación satisfecha.

— Y si esa mujer no me ama —Isu se quedó un momento pensativo antes de soltar una carcajada que escuchó hasta Ran que iba llegando y se encontraba a varios metros.

— Uno, la mujer elegida no tiene elección, pero generalmente todas son ambiciosas y creen que su belleza hará el resto, que no crean que eres atractivo, ni los ciegos fueron tan tontos, ellas pelearán entre sí por ganar tu favor y más que nada, buscarán darte el hijo que la nación desea, por sus naciones harán lo que sea.

— ¿Y porque no elegimos a una de la nación?

— Políticamente hablando, me sorprende que estés tan ausente... ¿Sigues sin procesarlo?

— Ah, como sea, no me quiero casar, no tengo ningún interés en ello, pero bien, nos convendría que enviaran a una mujer de una nación fuerte.

— La nación Jah es un buen candidato.

— Esa nación tiene a un gobernante líder, nadie de sus súbditos dudarían en seguirlo, pero aún le falta carcter, sobre todo cuando cree que sacrificarse por los demás será útil, pero es un buen inicio.

— La nación de Dann.

— Ni muerto, sus mujeres no están mal, pero es una nación demasiado pequeña para venir, pero podemos enviar la invitación para quedar bien.

— La de los conejos —Khun se estremeció ante lo escuchado y negó.

— O me mandan a alguien mayor o a una niña... La única de mi edad es esa tal Xia Xia, y ni en dos vidas la tomaría por mujer.

— Las guías.

— Lo mismo, parecen ser de mi edad, pero pueden ser más ancianas de lo que crees, además de les conoce por su inteligencia, no quiero arriesgar.

KhunBam (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora