"No Quiero Verte Nunca Más".

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Kyoka se fue rápidamente de la escena. El peliverde se levantó rápidamente para ir tras ella. Kaminari se reía de la situación mientras se iba de ahí dejando a Uraraka en el suelo con una clara tristeza en sus ojos.

Izuku le hablaba a Kyoka pero o está no le prestaba atención. Midoriya, al ser un poco más alto de estatura, alcanzó a la pelimorada tomándola de la mano pero está se forcejeaba pero entonces se detuvieron ambos.

El peliverde la abrazaba mientras decía miles de la palabras de disculpa a una Kyoka que estaba bloqueado por lo que no escuchaba nada de lo que él le estaba diciendo. Se había encerrado en su propio mundo. La pelimorada, con lágrimas es en su ojos, empujó a Izuku. Él, al voltear la a ver, notó que sus ojos estaban llenas de enojo y tristeza.

- No quiero verte nunca más. - Dijo Kyoka mientras se iba molesta.

Aquellas palabras, fueron como un disparo al corazón de Izuku. Al levantarse, no tenía sentido de orientación ya que, al caminar, entro a los baños termales con ropa y, al haber piedras mojadas, se resbaló golpeándose en la cabeza y cayendo al agua. Bakugo saco a su amigo de ahí, el sabía que algo había sucedido pero el peliverde no decía nada.

Kyoka estaba en su habitación llorando. Escuchó que llamaban a su puerta por lo que rápidamente se limpio las lágrimas. Un rubio entro para sentarse con ella en su cama. Estaba muy mal todavía por lo que la pelimorada no pudo contener su llanto. Kaminari le daba unas ligeras palmadas.

- Sabía que lo iba a hacer. - Dijo Kaminari.

- ¿De qué hablas? - Preguntó Kyoka triste.

- Uraraka me había dicho que este viaje era una buena oportunidad para estar con Izuku. No sabía que hablaba en serio.

Claramente, Kaminari manipulaba a una Kyoka vulnerable. El rubio sabía usar sus cartas. El rubio había ganado.

Pocos minutos después, Uraraka se apareció en la puerta de Kyoka. La castaña entro diciendo varias palabras solo que estaba explicando la situación, pero, al mencionar a Kaminari, dejo de escucharla. La pelimorada tenía una mirada de enojo muy notable cosa que notó la castaña.

- Jiro... ¿Qué te dijo Kaminari? - Preguntó Uraraka preocupada.

- Lo suficiente para no creerte. - Fue la contestación.

- ¡Él te está manipulando!

- Sal de mi habitación, por favor.

Uraraka salió molesta pero no por la conversación con Kyoka, sino por Kaminari a quien fue a buscar rápidamente encontrandolo en la cafetería la cual estaba llena.

- ¿Qué le dijiste a Jiro? - Preguntó Kyoka molesta.

- Honestamente no mucho - Respondió Kaminari cínicamente. - ¿Gustas acompañarme?

- No me cambies el tema. ¿En qué problema me metiste?

- ¿Acaso importa? Al fin ambos tendremos lo que siempre quisimos. Tú estarás con Midoriya y yo con Kyoka.

Un fuerte golpe atrajo la atención de todos en el comedor mientras veían a Kaminari en el suelo con su comida en toda su ropa y cabello mientras veían salir a la castaña. Murmuros comenzaron en las mesas subsecuentes mientas que el rubio se sentía avergonzado por lo sucedido.

Al regresar a UA, Izuku mantenía un rutina no muy adecuada ya que cada día llegaba tarde a clases, sus notas bajaban y físicamente siempre se veía cansado debido a las notables ojeras que tenía.

Kyoka veía su techo mientras escuchaba música a alto volumen pero pudo escuchar que tocaban su puerta. Kaminari paso y platicaban. Parecía que la pelimorada había encontrado su soporte.

- ¿Qué pasará con Yorushika? - Preguntó Kaminari sin importarle realmente.

- Cuando regresamos, hablé con Izu... Con Midoriya por última vez. - Fue la contestación. - Le dije que terminaría el álbum pues ya habíamos avanzado... Aunque solo me manda las pistas. No sé que seguirá después...

- ¿Qué tal si ahora cantas para mí? Un nuevo proyecto.

- No lo sé...

- Permíteme contarte una historia. Aún recuerdo cuando una niña de mi escuela. Ella cantaba todos los días y brillaba pero, de un momento a otro, esa sonrisa, ese brillo, se perdió. Me enteré después que había sufrido un accidente y es por eso que quise aprender música para ayudarla. Eras tú, Kyoka. Midoriya te trajo de vuelta a este mundo que amas y ahora yo, no dejaré que lo vuelvas a abandonar.

Kyoka entraba a la habitación de Kaminari. No tenía tantos instrumentos como Midoriya y solo tenía un micrófono no tan profesional pero que haría el trabajo. El rubio le dió luz verde y, recordando a Izuku por alguna razón, Kyoka comenzó a cantar.

La Chica Semitransparente Parte II: Por Eso Dejé La Música.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora