II

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II. Arcángeles

 Arcángeles

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Grace

Genuinas son esas sonrisas que matan y a la misma vez alimentan mi día.

Los días se me pasan volando, pierdo la noción del tiempo entre mis terapias, mi régimen, el entrenamiento y mis pequeños.

No me quejo.

No podría pedir nada más.

He estado haciendo algo en secreto. Aunque mis sueños iniciales se vieron interrumpidos y truncados, uno de ellos sería prioritario para mi hasta el final de los tiempos. Debo preveer un comodín, para mi y para mis hijos.
No sólo se trata de salvarme el culo a mi misma, se trata de alejarlos a ellos de toda la mierda que nos persigue, protegerlos. Ellos son mi única prioridad, antes que para lo que me estoy preparando.

Me veo más formal que nunca.

Como siempre debió ser.

Labios rojos, vestido azul marino, tacones altos, abrigo largo, joyas, perfume y una excelente presentación.

—¿Lista? —Shane viene por mi. Jamás lo había visto así de elegante, vistiendo un traje de gala y a la espera por mi—, saldremos por la entrada auxiliar.

Asiento, sarciorandome de tomar lo necesario.

—¿Yusef...?

—Está con los mellizos. —me tranquilizo. Suspiro y me resigno a lo que tanto he estado esperando. Aferrada durante semanas a conseguir.

Nos sacan de contrabando y con mi hermano, nos adentramos a una blindada.

Nos escoltan demasiadas camionetas con escoltas dentro, listos para cualquier intromisión.

Después de lo que sucedió la última vez que estuve en el exterior, tomamos precauciones sobre absolutamente todo.

Al paso de las horas, nos encontramos aparcando en el gran edificio lleno de seguridad. Nos identificam con nuestras respectivas identidades falsas, Shane es quien habla el idioma y por ende, soluciona lo demás.

Nos guían hasta el último piso donde se llevará a cabo el privado evento.

Los representantes del comité aguardan por nosotros sentados en fila horizontal tras un largo escritorio.

Con ellos no debo fingir que soy alguien más, saben mi verdadero nombre y la razón por la que he venido.

—¿Todo listo? —pregunta mi hermano sin bajar la guardia. Dudo que alguno le quiera hacer la mala. La altura, los tatuajes, la cara de pocos amigos y el que venga armado hasta los dientes se las pone difícil.

𝐃𝐎𝐌𝐈𝐍𝐈𝐎 #𝟐 |njh| ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora