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VI. Última palabra

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Grace

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Grace

Los pasos duros que doy resuenan entre el piso y las paredes de los corredores de la mansión hasta que llegó a su oficina y abro la puerta sin tocar encontrandomelo detrás del escritorio con un trago en mano, un cigarrillo y la mirada fija en el portátil.

Lo cierra despacio una vez me mira y no me dice nada.

Es como si ya supiera a lo que vengo.

—¿Y cuando se supone que pensabas decírmelo?

—Hija...

—¡Una mierda! ¿En qué año estamos?
Me vas a arreglar un matrimonio del que apenas estoy consciente. —inhala profundo—. No puedes hacerme eso.

—Si puedo Grace —si, ya no más muñequita—Créeme que me habría gustado que fuera de otra manera, pero así son las reglas. Han sido así desde sus inicios, no pueden alterarse o cambiarse.

—¿Y si yo no quiero qué? Tengo derecho de escoger con quien quiero o no casarme.

—Perdóname cariño, pero no puedo hacer más aunque quisiera. Son reglas antiguas, machistas sí y limitantes pero eso no quita que te asegure un futuro, tanto a ti como a los mellizos. —maldita sea—. A ver esque, no me cabe en la cabeza el porqué no deseas casarte con Niall, ¿Qué no lo quieres? —resoplo y me río completamente carente de gracia.

—Lo anotas, re lo repites todos los días en ayunas como mantra; el amor es un error. —me mira con el ceño fruncido—. El amor solo sirve para arruinarte la vida, padre. Todo lo que necesito lo tengo aquí —apunto mi sien— ¿De verdad me tienes tan poca fé y en ese concepto? No estudié una carrera y me preparé para quedarme como las estiradas de aristocracia dando hijos como si fuese una máquina, cociendo telas o compartiendo los chismes de quien sabe quién. Soy una mujer independiente que hace y dice lo que quiere... y nisiquiera tú o quien sea, me hará cambiar de opinión.

Doy media vuelta en el intento de irme.

Elijah no me detiene, pero sus palabras si.

—Los preparativos de la boda están en marcha desde hace cinco meses —me detengo en seco—, en tres días se anunciará tu compromiso con el Underboss, específicamente en la celebración del cumpleaños de tu futuro marido. La boda será en Octubre y esa es mi última palabra.

No lo miro, porque si lo hago querré romperle la puta botella en la cabeza.
Aprieto los puños y salgo de la oficina hecha furia queriendo asesinar al primero que se me atraviese.

No puedo creer que todo esté tiempo me hayan ocultado semejante cosa.
¿Y quién más podría saber esto y armar todo el alboroto?

Llego al salón principal donde se encuentran mis hermanos, mi tía con mi abuelo y los Larssen.

𝐃𝐎𝐌𝐈𝐍𝐈𝐎 #𝟐 |njh| ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora