Don't (WangXian)

Capítulo 8

El primer día en que Wei Wuxian estuvo atrapado en los Túmulos Funerarios fue un asco.

Todo lo que Wen Xu trató y logró hacer, las humillaciones de Wen Chao junto a los golpes y heridas de los guardias Wen.

Se sentía un señuelo de entrenamiento.

Sin embargo, cuando lo que intuía era la noche llegó, fue diez veces más horrible de lo que pudo haber imaginado.

Wei Wuxian y apenas estaba consciente cuando empezó a escuchar voces llamar su nombre, voces que por más que rebuscara en su memoria no podía recordar.

Aunque él sabía que era prácticamente imposible para una persona común el estar en estos territorios totalmente infestados de resentimiento, había alguna esperanza en él de que alguien se apiadaría y lo sacaría de este lugar; y pensándolo mejor, era un milagro que ahora siendo alguien común continuara con vida.

Y de todas maneras, no había nadie alrededor que lo sacara de ahí.

Al abrir sus ojos peleando contra sus párpados que empezaban a sentirse pesados, su sangre se heló por completo y el aire frío revoloteó por su nuca y cabellera haciendo que su piel se erizara.

Ahí, frente a él, había una multitud de espíritus y fantasmas viéndolo sin moverse con sus ojos vacíos y destelleantes, la silueta de las túnicas rasgadas y con manchas de suciedad y sangre, todos con su cabello suelto levitando en el aire con semblantes sonrientes. Pareciera que en cualquier momento sus caras se rasgarian por lo exagerado de el gesto.

Wei Wuxian se ha enfrentado a este tipo de seres, pero nunca en tal cantidad, y sin núcleo.

A pesar de que quiso gritar, no pudo hacerlo. Su garganta dolía demasiado y su voz apenas y salía en un hilo cuando todos aquellos seres se abalanzaron contra él tan rápido que apenas y pudo seguirlos con la vista.

La sensación era asfixiante, abrumante, peor que caer en un mar profundo sin saber nadar, o peor aún, ahogarse por nadar tanto tiempo sin descanso.

Intentó gritar, intentó respirar, intentó escapar o simplemente moverse, pero sentía todo adentrarse en su ser por donde sea que pudieran entrar.

Wei Wuxian pensó que la sensación más dolorosa de su vida sería cuando su núcleo fue removido.

Esto era cien veces peor.

Ah, lo único que podía pensar era regresar a sus años de estudio en Gusu para poder molestar a los Lan.

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Cuando Wei Wuxian dijo que iba a entrenar hasta dominar la energía resentida, realmente lo decía en serio.

Habían pasado un par de semanas, y a pesar de el toque de queda – que Wei Wuxian jamás respetó – se la pasaba hasta altas horas de la noche en un espacio apartado de los demás lidiando con aquella energía.