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Advertencias del capítulo: (Lenguaje obsceno)
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HILO ROJO
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CHAPTER 20
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FIGHT N' APOLOGIZE
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-Acaba de entrar un caso de emergencia - la voz demandante de su jefa le hizo levantar la mirada del expediente que estaba revisando.
Mikasa observó a su alrededor, dándose cuenta que sus compañeras se habían dado la vuelta y alejado. La mirada fija sobre su persona le hizo soltar un suspiro cansado e irritado.
-Ahora debo ir a solicitar unas muestras para el paciente del cubículo...
-Eso puede esperar, te toca.
-Pero... - dio una mirada rápida al reloj en la pared.
-Hemos estado apretados este día Mikasa, entiendo que te sientas presionada.
-Tengo cuatro pacientes ya - empezó a relatarle los casos clínicos rápidamente... - Debo estar pendiente de los exámenes de la 23 y solicitar las muestras de la 25.
-Yo lo hago ahora... pero necesito que atiendas a este paciente - la mujer se inclinó para susurrar - Está un poco irascible y se niega a dejarse tomar muestras.
Eso la obligó a rodar los ojos.
-Porque siempre me traes estos casos complicados a mi, Hima - suspiró dejando el expediente con más fuerza de la necesaria sobre la superficie. Sus años de compañerismo y familiaridad le permitían referirse a ella de esa manera.
-Porque eres la única capaz de tratar con este tipo de paciente - la mujer mayor sonrió, para nada ofendida - Ahora levanta el culo y ve ahí, el Dr. Kirschtein está evaluándolo ahora.
Mikasa le lanzó una mirada rápida.
-Esto es personal - se levantó, pero la señaló antes de salir de la habitación - Presentaré una queja.
-¿Con quien? - se rió la mujer entre dientes.
Mikasa salió de la central con el ceño fruncido. El turno no había sido de lo mejor, aunque rara vez lo era dado que estaba en la emergencia del Aiiki Hospital, uno de los hospitales más completos de Japón y convenientemente construido en el centro de Tokio.
Se había decidido por enfermería desde la escuela y sus metas nunca se desviaron. Se graduó a los veintiún años, de eso habían transcurrido siete años y aunque amaba su carrera, en algunas ocasiones no podía evitar sentirse presionada.
Pero era lo que amaba, la adrenalina, el contacto directo con los pacientes, no siempre era todo un caos, algunas veces pese a que estaba abarrotada de trabajo también tenía capacidad de sonreír y comportarse con mayor soltura. Había conocido mucha gente en su medio y tratado con todo tipo de personas, también había tenido tantas experiencias que bien podrían durarle toda una vida.
Mientras se encaminaba por el largo pasillo, recordó que no le había preguntado a su jefa el cubículo en el que estaba su nuevo paciente. Estaba por volver sobre sus pasos, más irritada que antes, cuando escuchó como una voz masculina le llamaba.
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Hilo Rojo [EreMika]
FanfictionEran amantes eternos; buscarse, encontrarse y amarse una y otra vez era su destino. Porque su hilo rojo podía enredarse y estirarse, pero nunca romperse. Pequeños relatos que nos demuestran que Eren y Mikasa estaban destinados a amarse en todas sus...