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Advertencias del capítulo: (Lenguaje vulgar)
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HILO ROJO
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CHAPTER 22
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COMB THE HAIR
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—¡Laird Jaeger!
El llamado obligó a Eren a desviar la mirada de sus hombres y fijarla en la pequeña mujer mayor que estaba a unos metros.
Ava no solo era la persona que estaba a cargo de la administración de su castillo, sino también era casi una segunda madre para él. La había conocido cuando no era nada más que un pobre huérfano, y su ciega confianza en él y disposición, se habían ganado no solo su cariño, sino también su respeto y un puesto muy importarte en su vida.
Le dirigió una mirada de reojo a su comandante, indicándole que siguiera con el entrenamiento mientras se alejaba con paso firme.
La mujer le siguió sin refutar, Eren sabía que necesitaba la privacidad, pues si Ava había ido a buscarlo personalmente, solo podía significar algún problema.
—Dime — volteó hacía ella y apoyó las manos en su fuerte cintura —. ¿Qué sucede? — su tono fue duro, un poco brusco, pero la mujer no se inmutó, aunque vaciló, lo cual le hizo darse cuenta de la gravedad de la situación.
—Laird…
—Habla — demandó con firmeza, pero rápidamente se obligó a moderar la voz —. Lo resolveré.
—La muchacha desapareció.
Eren parpadeó una, dos y tres veces, luego frunció el ceño, dando un paso amenazante en su dirección. La mujer mayor no retrocedió, aunque lucía preocupada, más por las noticias que por su reacción.
—¿Qué quieres decir con que desapareció?
—Ha estado indispuesta estos días y… le dimos su espacio, tal como ordenaste, pero… hace una hora, cuando me dispuse a llevarle el desayuno, no estaba en vuestros aposentos.
—¿Buscaste en algún otro lugar?
—En cada rincón, pero nada… no sabemos donde puede estar y nunca ha puesto un pie fuera del castillo ¿Podría haberse perdido?
—Sabe que no debe salir — soltó en un gruñido, luego frunció el ceño —. Es peligroso para ella, esa pequeña idiota — sus fosas nasales se dilataron con una inhalación profunda de contención —. Voy a dar una orden de búsqueda ahora, tú encárgate de dar una mirada dentro del castillo una segunda, tercera o cuarta vez, cuantas veces sea necesarias ¿escuchas?
—Estoy vieja, no sorda — la mujer alzó la barbilla arrogantemente en su dirección.
—Perderás la lengua por insolente — le advirtió Eren con los ojos entrecerrados, sin embargo su tono de voz fue más bien sardónico.
Ava hizo un movimiento de manos sin importancia y le dio la espalda, recogiendo las faldas de su vestido y encaminándose en dirección al castillo.
—Ten cuidado jovencito… recuerda que fuiste tu quien acaba de perder algo de invaluable valor.
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Hilo Rojo [EreMika]
FanfictionEran amantes eternos; buscarse, encontrarse y amarse una y otra vez era su destino. Porque su hilo rojo podía enredarse y estirarse, pero nunca romperse. Pequeños relatos que nos demuestran que Eren y Mikasa estaban destinados a amarse en todas sus...