Capítulo 16

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Narra Mark:

Hace apenas dos semanas que el juez dictó sentencia y aunque la abogada trató de apelar, no consiguió nada. Hoy se debe ejecutar la sentencia, pero no dejamos salir a Pineare por nada, su estado de salud aún es muy delicado y solo el doctor puede decir si ella puede salir.

- ¿Por qué Perth se fue sin mí? - Me reclamó.

- Pineare, tu embarazo es de alto riesgo y es mejor que no vayas, por tu estabilidad.

- Oye, ¿y cuándo iremos a la tienda que te había contado?

- ¡Dije que No! ¿Cómo podré comprar en un lugar así?

Desde hace unos días, cuando Pineare descubrió que hemos suspendido nuestro viaje, se ofreció a ir conmigo para comprar; eso fue muy tierno, el problema es que quiere llevarme a comprar juguetes y vestuarios sexuales, ¿cómo me presentaré ante Perth con esas cosas?

La verdad es que después de algunos meses logró convencerme y cuando le dijeron que ya todo estaba bien con ella, fuimos a la tienda, con su barriga grande y sin rastros de los moretones. Pineare andaba muy feliz, por fin podía salir a caminar, despejar su mente, estar tranquila; sobretodo por los guardaespaldas que nos puso Perth.

- ¿Qué te parece esta? ¿Te gusta?

- Si supiera qué es, te diría si me gusta o no.

- Es ropa interior comestible; te la pones y Perth debe comérsela.

- ¿Estás loca? ¡No me pondré eso! - Me sentí avergonzado; pero me convenció.

Me hizo comprar algunas cosas, que de verdad no sé si me las pondré, solo con imaginarme usando eso ya me avergüenzo. Después de aquel día en el que Pineare quedó viuda, Perth se hizo responsable de vender todo lo qué pasó a su nombre y crear una cuenta a nombre de ella.

En caso de que le llegase a pasar algo, sus hijos son los beneficiarios, ella debe determinar quién será el administrador y esa persona debe presentar registro de cada gasto que haga, para asegurar que el dinero de sus hijos no se desperdiciará y ella estaba feliz, los escuché desde la puerta.

- Gracias Perth, aún sigo sin creer que me hayan perdonado.

- No fue nada; y realmente no nos hiciste nada malo... Piénsalo, gracias a ti me di cuenta de todo el amor que siento por Mark.

- Hablando de eso, vayan al viaje que habían planeado; yo ya estoy bien y me pusiste muchos guardaespaldas, no se preocupen, estaré bien. ¡Prometo cuidar bien de todos!

Después de algunos minutos, Perth iba a salir y yo corrí hasta la habitación para que no viera que los había espiado. Entra corriendo y empieza a preparar nuestras cosas, luego me agarró de la mano, me metió al auto y nos llevaron al aeropuerto, donde Perth pidió que cuidaran a todos.

Llegando al precioso hotel donde Perth y yo estaríamos el fin de semana, me encerré en el baño para decidir sobre ponerme lo que Pineare me hizo comprar. Porque sí, mi esposo en su afán de salir rápido, agarró las cosas entre mi ropa y ahora me tocaba pensar si seducirlo o no.

- ¡Mark! ¿Qué haces? - Perth entra en el baño y me cubro con una toalla.

- ¿Por qué entras? ¡Debiste esperar afuera!

- Llevas una hora en el baño, soy yo quien debería preguntar, ¿por qué te tardas tanto?... Y ¿desde cuando te cubres con una toalla delante de mí? - Me puse nervioso y noté que vio el espejo de atrás. - ¿Qué traes puesto? ¿Qué es eso?

- ¡No Perth! ¡Déjame! - Entonces empezó una lucha por la toalla, hasta que logró arrancármela y se sorprendió al verme.

- ¿Es ropa interior? ¿De qué está hecha? - Me tocó y sollocé porque la ropa es muy suave.

Fiscal Tanapon "PerthMark"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora