La lluvia no estaba cesando cosa que no les extrañaba, ese lugar tenía dos cosas, una contaminación increíble y un clima impredecible, lo que si les tomo por sorpresa fue el timbre sonando una y otra vez, por la velocidad en las timbradas ya suponían quien era pero era curioso que Colette visitará tan tarde en medio de la lluvia, Byron abrió la puerta y la chica albina estaba ahí con el fleco mojado en toda la cara pero con su enorme y afilada sonrisa de siempre, —Hola Señor Byron!, Puedo pasar?—, qué clase de pregunta era esa!?, Si no la hacía pasar de inmediato esa chica se iba a enfermar.
En un instante Byron la tomo del brazo haciéndola pasar, —Pero qué haces en la lluvia a esta hora!?, Acaso ya terminaste de volverte loca?, Ve al baño y secate, en seguida te llevo algo de ropa!—, a Byron se le subió el instinto paternal, y ni siquiera era hija biológica solo una muchacha despistada que quiso cuidar, Edgar mientras observaba en silencio, también se preguntaba que hacía Colette ahí, antes de que pudiera deducirlo ya estaba la pálida Colette frente a el con una gran camisa de pijama a rallas que le quedó hasta las rodillas, parecía más un camisón, —Hola Edgar, cómo está mi mejor amigo?—, al menos parece estar bien pensó Edgar.
Byron sirvió chocolate para Colette exigiendo una explicación con solo su fría mirada, —Bueno, me quedé a hacer inventario en la tienda y el señor Griff estaba ocupado con una nueva clienta así que salí sola, me quedaba más cerca este lugar—, la albina no paro de explicar dando círculos a lo que ya había dicho en realidad hasta que el sanador la detuvo, —Esta bien niña, creo que deberías pasar la noche aquí, puedes quedarte en mi habitación—, Byron sugirió con la mirada sería pues eso significaba el sofá para él, su casa solo tenía dos habitaciones y Edgar ya ocupaba la segunda.
Colette estaba encantada, quizá encontraría algo para pegar en su libro de recortes teniendo ahí a Edgar y Byron juntos, después de todo el chico jamás la dejo cortarle un mechón de pelo, era un exagerado según ella, incluso Spike nunca se quejo ni le dijo nada cuando le cortó una flor, —Gracias!, Me encanta la idea!—, la chica acepto antes de girarse a Edgar, —Y qué tal la cura?, A mí siempre me funcionan—, Colette se burló de todas las veces que ha sido envenenada en combate o accidentalmente en el laboratorio de Byron.
El día fue una completa rutina para Byron, Edgar por otro lado tuvo la compañía de Colette el día entero, sin embargo al atardecer el teléfono de la casa comenzó a sonar, Byron se encargo de contestar mientras preparaba la cena, -Si soy yo- respondía casualmente, estaba atento a cada palabra de la llamada mientras los jóvenes lo observaban con un poco de curiosidad, -No sé si se encuentre en condiciones de una interacción como esa, más allá de su salud física esto podría traer un shock para él-, Byron contestaba al teléfono con un tono de voz exigente.
Tras varios minutos de llamada Byron finalmente le dio una mirada a Edgar, -Bien él está aquí mismo, se lo preguntaré-, Byron camino hasta el joven de pelo negro y con una voz tranquila le explico, -Capturaron a la líder de la organización del brazo dorado como sospechosa, creen que ella fué quien te envenenó-, cada palabra ponía más ansioso al chico, ya habia pensado en no salir de nuevo a solas no sabía si podía darle la cara a quien quiza le hizo eso, su frente se llenó de sudor y su respiración se volvió pesada.
El sanador podía ver esto claramente al igual de la chica junto a él, ambos lo tomaron de las manos cada quien estando a lados opuestos del chico, -No tienes porque aceptar ahora Edgar -, le dijo la chica tratando de calmarlo, Byron por su parte se dedico a dar pequeñas caricias a la mano del joven, Edgar respiro profundo y respondió, -Solo si Byron me acompaña en caso de sentirme mal-, el mencionado sanador sonrió victorioso, -Lo haré con gusto, quiero que te sientas completamente seguro-, y con esto dió la respuesta al sheriff que había esperado tanto al teléfono.
Edgar suspiro aliviado, no sabía si era buena idea pero si Byron estaría con él no tenía nada que temer, ni al veneno, ni a esa malvada mujer, Byron colgó el teléfono con una sonrisa que solo podría describirse como malvada, con Belle como la principal sospechosa solo harían falta unos cuantos ajustes y tanto él como sus compañeros no tendrían nada más de que preocuparse.
Por la noche se dedico a escribir la carta para Barley y Piper con una detallada lista de instrucciones para llevar a cabo su despreciable plan, al final Belle y él ya tenian su enemistad bien marcada, esa mujer se quedaría encerrada está vez.
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Me perdona?
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[Kalmia]
FanfictionKalmia Latifolia, la hermosa flor capaz de matar a cualquiera... Byron x Edgar El trío del pueblo es de los más pacíficos del lugar, un amable cantinero robótico, una adorable dama reportera y un vendedor de remedios que han ayudado más de una vez...