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Edgar tenía el corazón acelerado y su respiración intranquila, el simple hecho de estar frente a frente con Byron le hacía sentir tantas cosas y más ahora que estaba ahí, viendolo directo a los ojos, tenía ese misterioso encanto que no podía escapar, como el de una serpiente hipnotizando a su presa con sus movimientos tan elegantes, Edgar nunca fue el más querido desde su llegada y el tacto tan humano que sentía cada vez que Byron hacia algo tan sencillo como darle la mano se sentía como lo mejor del mundo, era embriagador, -Todo listo Edgar, está debería ser ya tú última dosis de antídoto- Byron le dió la espalda acomodando sus instrumentos de trabajo y quitándose unos guantes que uso para la aplicación del antídoto.

El sanador se mordió el labio disimuladamente obligándose a seguir, -Mañana podrás volver a tu vida normal...-, Edgar sintió una mezcla de alegría y tristeza, claro que le hacía feliz estar completamente sano ahora y seguiría visitando a Byron como dijo antes, pero ya no estaría ahí todo el tiempo, ni dormiría bajo el mismo techo, incluso extrañaría ver a Byron cocinar para él mientras descansaba, ¿acaso estaba extrañando estar envenenado?

Algo más ocupaba la mente del joven, la sensación de aquel beso, realmente ya no hablaron al respecto, solo se habían tomado de la mano pero, ¿acaso no habría algo más?, Edgar reunió el valor para comentar al respecto, -Byron, sobre lo del bar...-, bajó la mirada para no cruzarse con los ojos del sanador y perder toda esa confianza, Byron sonrió inconscientemente y se acercó para posar su mano en el cabello de Edgar, -¿Algo que te incomode al respecto?-, habló con calma mientras el joven suspiraba.

La mano de Byron se deslizó suavemente por la mejilla de Edgar haciendo que el chico levantará la vista, -¿O acaso estás asustado?-, el sanador se acercó despacio mientras hablaba, el joven podía sentir la respiración pacífica del mayor y todo su cuerpo parecía dejar de funcionar, -¿Asustado?, pero si eres perfecto-, contesto en voz baja Edgar deseoso de acabar con el espacio entre ambos, su lenguaje corporal revelaba todo, su respiración ligeramente acelerada, su pecho que subía y bajaba visiblemente agitado, Byron sonrió seductoramente al joven el cual sentía que ya ni siquiera podía pensar.

Byron tomó la mano del chico guiandola hasta sus labios plantando un beso en ella lo que le dió como respuesta un suspiro del chico, -¿Te quedarías conmigo?-, siseo tranquilo el sanador a lo que Edgar asintió con una suave sonrisa y el rostro ligeramente enrojecido, el pobre estaba tan profundamente enamorado de su héroe que todo parecía tener un filtro color de rosa, nada le gustaría más que pasar todo ese tiempo al lado de Byron.

A la mañana siguiente Byron se encontraba en el pueblo terminando sus ventas, decidió pasar a la repostería de Piper por un postre para Edgar, -¿Cómo ha ido todo Byron?-, preguntó la chica con la dulce voz que tanto la caracteriza, -Oh Piper, todo ha ido de maravilla, me encargaré de enviar un obsequio especial para Barley y para tí-, la voz de Byron era realmente diferente cuando se le veía hablando con sus compañeros, mucho más amable, -¿Hay noticias de esos peligros criminales?-, Piper aguanto una risita al final de la pregunta, -Nada más que sus parloteos en papel-, respondió Byron con seguridad.

Ambos Brawlers hablaron un largo rato hasta que Byron se tuvo que despedir, -Por cierto Byron, puedo notar que alguien se encargo de pintar tus uñas de negro -, la chica agrego antes con una de sus clásicas risitas, Byron sonrió al momento, -Si bueno, ¿Qué puedo decir?-, y salió del lugar con destino a su casa, el camino había sido bastante tranquilo, al menos hasta que fué interceptado por Shelly y Spike, -Buenas tardes señor Byron, ¿me podría dar un poco de su tiempo?-, la chica habló aunque parte de la atención de Byron iba dirigida al cactus, hasta donde sabía Spike no ayudaba a los sheriff, cosa que Shelly notó, -Esta cubriendo a Colt, no se preocupe por él-, aclaró.

Shelly hizo un par de preguntas sobre Edgar, principalmente centradas en posibles heridas o marcas en el cuerpo del chico, al parecer Willow y Angelo habían sido abandonados por la banda a las orillas del pueblo y al interrogarlos comprobaron que la banda los había secuestrado luego de que escucharán a  Barley hablar sobre como el último caso de envenenamiento habia permanecido un misterio, el plan de la banda seria envenenar a los sheriff y escapar sin alboroto pero alguien más hizo estallar la comisaría y su plan se hizo pedazos, parte del misterio es que los explosivos no habían dejado granalla ni nada asi que según Dynamike, quien les ayudo a identificar la explosión, no eran los clásicos explosivos de la banda.

Con esta información Byron les apoyo dándoles algunas teorías, la historia parecía tan conectada con todo que era factible, y si esos malvados bandidos habían planeado el primer ataque para mantener alertas a los sheriff sobre otra cosa?, después de todo el banco fue robado un par de días después, y sobre los explosivos, había más presos ahí dentro que escaparon, algunos de ellos pudo tener ayuda externa al mismo tiempo, hay muchas posibilidades, por ahora no les queda más que dejar en paz el asunto y tratar de recuperar a los criminales que escaparon, habían personas realmente malas ahí adentro y no quisieran que los inocentes brawlers del pueblo y alrededores salieran heridos.

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[Kalmia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora