Una tarde nublada, el sol no se asomó a tu graduación ese día. Y era bueno, los días calurosos eran una molestia, el único calor que necesitabas era el de su mano.
Kazutora te tomó firmemente durante toda la ceremonia, se le notaba nervioso y algo angustiado, pues él mejor que nadie sabía la decisión que habías tomado sin siquiera preguntarte. Solo deseaba atesorar cada instante a tu lado, antes de que te fueras lejos de él.
A tu evento escolar final asistió tu padre acompañado de tu pequeña hermana, Rin y por supuesto tu madre. Por tu mente pasaron demasiadas palabras de agradecimiento para ella, pues gracias a que decidió iniciar una nueva vida pudiste conocer a Kazutora.
— Madre... gracias por permitirme comenzar mi vida de nuevo... te aseguro que soy más feliz que nunca... gracias por esta oportunidad.
Tu madre te miró y te arrojaste hacia sus brazos extendidos. Algunas lágrimas salieron de los ojos de ambas. Ella no tenía las palabras adecuadas para tí, sin embargo con ese abrazo fue suficiente para tí.
Por otro lado tu padre estaba distante, no quería importunar y solo se quedaba mirando desde lejos. Aún así se le veía contento, ver a su hija graduarse lo emocionaba mucho, sin duda quería ver la mujer en la que te convertirías.
— Hey linda ¡Felicidades por tu graduación!
Era la madre de Kazutora.
— Muchas gracias señora, no pude haberlo hecho sin la ayuda de su hijo.
Su madre te tomó de ambas manos con gentileza y te agradeció por haber estado ahí para su hijo.
— Deseo con todo mi corazón que ambos puedan ser infinitamente felices.
Kazutora estaba parado detrás de ella, su mirada era triste, en verdad no quería perder esa imagen tuya parado frente a él. Te observó por un buen rato, quería memorizar a la perfección tus facciones y tu postura, porque sabía que en algún momento iba a necesitar visualizarte frente a él.
Ese día no pasó mucho, tú y Kazutora decidieron salir a celebrar yendo a cenar a un restaurante cerca de la ciudad. Al salir de su cena decidieron caminar un poco y viste al otro lado de la calle el salón de juegos donde salieron la primera vez.
Tomaste la mano de Kazutora y cruzaste la calle corriendo, él no tuvo más opción que seguirte, al ver que lo llevabas al salón de juegos se emocionó muchísimo.— ¡Quiero recrear nuestra primera cita! — dijiste muy emocionada.
Kazutora te miró y sus preciosos ojos se iluminaron de una forma que nunca habías visto.
— ¡Suena bien!
Ambos corrieron dentro y al mismo tiempo buscaron aquel juego donde bailaron la primera vez.
— ¿Bailamos? — Kazutora extendió su mano hacia tí y subieron a la plataforma para iniciar el juego.
Ésta vez ambos escogieron la canción. Emocionados y llenos de energía comenzaron a bailar. Te sorprendió demasiado ver cómo Kazutora había mejorado tanto en ese juego. En esta ocasión no había necesidad de guiarlo para que no perdiera el ritmo.
De pronto te sentiste desanimada, pensaste que él ya no te necesitaría más en su vida, lo cual era bueno, porque significaba que él ya había encontrado su propio ritmo. Aún así no pudiste evitar sentirte triste al pensar que tenías que estar lejos de él.— Mejoré mucho gracias a tí.
Tomó tus manos y se acercó recargando su frente en tu cabeza.
— ¿Sabes? yo jamás me hubiera atrevido a jugar este juego por mí mismo, ni hubiera estado dispuesto a estar lejos del club de basket por una persona, ni siquiera hubiera sido capaz de mostrarme vulnerable ante alguien. Pero tú... tú hiciste todo eso posible, te llevaste mis miedos y también te llevarás mi corazón repleto con todo el amor que siento por ti... no me gustan las despedidas, es por eso que no planeo hacer una para tí... pero quiero que sepas que no estoy dispuesto a decirte adiós, quiero que estos sentimientos se queden aunque tú tengas que irte. Y aunque me gustaría irme contigo tengo mucho que hacer aquí, no quiero dejar nada sin concluir, todo esto lo hago porque quiero ser una mejor persona para tí. Sé que si resisto esta distancia lo demás será más fácil para los dos... o al menos para mí.
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𝓜𝓮 𝓰𝓾𝓼𝓽𝓪𝓼 𝓽𝓾 // 𝕶𝖆𝖟𝖚𝖙𝖔𝖗𝖆 𝖝 𝖑𝖊𝖈𝖙𝖔𝖗𝖆
FanfictionTe enamoraste de Kazutora, pero ¿todo saldrá bien para ti?