Él.

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Luego del incidente de la fiesta, toda la escuela estaba preocupada por lo sucedido, aunque afortunadamente Reira estaba a salvo, tuvo que ser internada por atentar contra su propia vida.

Por otro lado, oficialmente tú y Kazutora comenzaron una relación de pareja. Aunque debían ser sumamente discretos al respecto. Ambos estaban muy felices por tenerse el uno al otro.

Pasados unos cuantos días, Kazutora te acompañó a casa cómo de costumbre y al abrir la puerta te encontraste con la sorpresa de que tu padre estaba ahí, conversando con tu madre, lo cual te dejó sin palabras. 

Resulta que tu madre se vió en la necesidad de llamarlo, pues querían ofrecerle a ella otra ubicación de trabajo permanente demasiado lejos, y ella muy preocupada por tí y tus futuros estudios universitarios decidió que no te llevaría con ella.

Cuando ella te lo comentó apretaste fuertemente la mano de Kazutora, quien no te dejó sola al ver que estaba ahí tu padre. Volteaste a verlo y su mirada se veía distante.
Le pediste amablemente a Kazutora que por favor te esperara en tu habitación, porque definitivamente querías hablar con tus padres.
Él ni nadie se opuso, así que subió las escaleras con cuidado y buscó tu habitación, se sentó en la orilla de tu cama, bajó su mirada y comenzó a temblar de miedo, pues no quería que lo dejaras atrás.

— Linda por favor trata de comprender está situación. Tú quieres estudiar en la zona cercana donde vive tu padre.

— ¡Pero no me molesta vivir aquí! ¿Qué hay de todo lo que dejaré atrás?

— Sé honesta, en estos momentos no estás pensando en tí, estás pensando en tu novio.

Te quedaste en blanco. Era verdad, pensabas solo en él.

— Entiende que es lo mejor para ti. Tu padre se ha comprometido a cuidarte y solo brindarte lo necesario. En cuanto termines tu carrera puedes volver aquí si quieres, o ir conmigo. Pero por ahora no es posible que me acompañes.

Tu padre no emitió ni un ruido durante el tiempo que tú y tu madre hablaron.

Mientras Kazutora seguía en tu habitación escuchó que alguien intentaba abrir la puerta, así que se levantó y la abrió; era tu hermanita, quien se había quedado ahí jugando.

— Hola pequeña. ¿Cómo te llamas?

— Rin ¿tú cómo te llamas? me gusta tu cabello.

Al final tu padre decidió hablarte.

— Hija... sé que es difícil para ti estar cerca de mí. Sin embargo estoy dispuesto a sufrir este rechazo incluso teniéndote bajo el mismo techo que yo. Solo busco ayudarte y ser un apoyo para ti. La traición que les hice a ambas no tiene perdón, pero te suplico que me des la oportunidad de enmendarlo.

Lo miraste seriamente, te dirigiste hacia las escaleras y le dijiste que era algo para pensar un buen tiempo.
Cuando entraste a tu cuarto viste a Kazutora sentado en el piso con tu hermanita jugando con algunos juguetes de peluche que tenías al alcance.
Ver esa imagen de tu novio te resultó adorable y muy discretamente tomaste una foto.

— Hey y qué piensas de _____?

— Mi papá me habla de ella, dice que es mi hermana y que algún día podremos jugar juntas.

— Estoy seguro de que algún día jugará contigo Rin.

Al escuchar esa pequeña conversación se te hizo un nudo en la garganta. Querías entrar y abrazarlos a ambos. Sabías que tu pequeña hermana de cierto modo te necesitaba, querías verla crecer, querías jugar con ella y hacerle saber que desde el primer momento en que la viste la quisiste.

𝓜𝓮 𝓰𝓾𝓼𝓽𝓪𝓼 𝓽𝓾 // 𝕶𝖆𝖟𝖚𝖙𝖔𝖗𝖆 𝖝 𝖑𝖊𝖈𝖙𝖔𝖗𝖆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora