𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟎 - 𝐀𝐠𝐨𝐭𝐚𝐝𝐚

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Al día siguiente, Sarah despertó todavía encadenada, desnuda y toda pegajosa en todo su cuerpo, porque ayer su tío la empezó a tocar por todos lados y como éste se había tocado antes en su miembro, entonces sus manos estaban embarradas de su sémen.

No sabía lo que sucedía, por lo que tuvo que esperar a que viniera él para poder soltarse de estas cadenas.

Mientras que el tío se encontraba en su cocina, llamó al padrastro de Sarah para que él viniera a buscarla y que también tenía que hablar una cosa en privado con él.

Una vez que llegó en su auto, tocó el timbre y éste le abrió la puerta para que pasara. Le preguntó por Sarah, pero Henry dijo que tenía que ver una cosa primero, entonces ahí fue cuando le mostró el video de la cámara de seguridad que tenía en la pieza de Sarah una vez que fueron de visita a su cabaña, en la cual se veía como el padrastro violaba a la pequeña Sarah, a lo que él dijo de qué quería a cambio por callarse, aunque el tío solo guardó silencio y le señaló para que éste viniera con él.

Sarah escuchaba pisadas que bajaban del sótano, pero no podía ver nada, debido a que la puerta secreta no se lo permitía.

Y una vez que la puerta se abrió, estaba su tío y su padrastro impactado al verla desnuda y encadenada ahí.

-¿Qué diablos le hiciste? -Estaba aguantando las ganas de golpear al tipo que le hizo eso a su Sarah, pero debía contenerse, ya que éste le estaba amenazando con exponer el vídeo de lo que él le hizo a su hijastra en las vacaciones.

-Solo me divertía con ella en Año Nuevo, ¿Qué tiene de malo? -Lo miraba con tranquilidad -Ya te la puedes llevar -Le pasaba las llaves de las cadenas.

El padrastro entró rápidamente al cuarto y se desesperaba al tratar de abrir aquellas cadenas que asujetaban a Sarah en cada extremo. No esperaba más para poder abrazarla y pedir perdón por pegarle ayer y que no volvería a suceder.

Sarah solo observaba el rostro de preocupación que tenía su padrastro al verla así, no podía moverse mucho, debido a que le dolía ahí abajo y también sus brazos, debido a que anoche la colgó de ellos con unas cadenas que colgaban en el techo del sótano mientras éste se lo hacía. Una vez que soltó todas las cadenas, el padrastro la tomó en brazos, llevándola arriba hasta una habitación. La metió en la ducha y empezaba a refregar el jabón por todo su cuerpo para ayudarla a sacar la sustancia pegajosa que llevaba, mientras lo hacía, veía sus marcas rojas, mordeduras en su pecho, en su abdomen y en su cuello y los moretones que traía, también las marcas de cigarros que anteriormente él le había hecho y las marcas del cinturón de ayer. Luego de ducharla, la llevó para secarla con una toalla arriba de la cama que había en la habitación, le puso su ropa interior y un vestido que era lo más fácil que tenía para ponerse y se fue inmediatamente de esa casa.

La acostó suavemente en el asiento trasero de su auto y conducía hacia unas cuadras más hasta que paró en una esquina de la calle. Pensaba en llevarla a un hospital, pero no podía ya que harían preguntas acerca de lo que le sucedió, por lo que no era una opción. Entonces se volteó para verla y ella solo miraba a la nada.

-Sarah...., tienes que decirme que sucedió anoche.... -Le preguntaba hasta esperar alguna respuesta, pero al ver que ella no emitía algún sonido, se preocupó -¿Qué te hizo ese hombre anoche? -Al ver que no contestaba, se volteó y no pudo aguantar llorar por lo que le habían hecho a su pequeña, a pesar de qué éste abusaba de ella, ya había empezado a tratar de dejarla en paz y no seguir haciéndole más daño, pero ayer se descontroló al saber que pudo haberse acostado con otros muchachos por lo que le habían dicho, pero se lamentaba, porque sabía que Sarah no le podía haber hecho eso, por lo tanto se lamentaba de haber pérdido el control y haberla golpeado con su cinturón de cuero.

-Si no te hubiera golpeado.... -Lo decía con una voz angustiante -Nada de esto te hubiera sucedido.... -Seguía llorando por como el tipo la había dejado y lo que más le dió rabia, es no poder haber hecho algo, debido a que lo estaba amenazando con exponerlo, entonces le dió una impotencia las acciones de ese hombre, generando un gran odio hacia él.

-Solo.... -Sarah trataba de emitir alguna palabra, pero estaba tan agotada y con fiebre, que le costaba mucho decirlo.

-¿Qué? -Se volteó a verla -¿Qué quieres decir cariño? -Le acariciaba el rostro.

-Solo.... quiero ir..... a casa..... -Lo decía con dificultad.

-¿A casa? -Se preguntaba a sí mismo -Está bien, vayamos a casa -Prendía el auto y se secaba las lágrimas para que su esposa no lo viera en este estado en el que se encontraba.

Al llegar al departamento, Oliver abrió la puerta, y entró con Sarah en brazos, a lo que la madre los observa.

-¿Y ahora que le sucede? -Seguía fumando su cigarrillo.

-Shhh... solo esta dormida -Le susurraba fingiendo que Sarah en realidad dormía para que no sospechara.

-Está bien... -Seguía viendo la televisión.

La llevó hasta su cuarto y abrió las sábanas para que pudiese acostarla ahí, la abrigó, pero una vez al tocar la frente de Sarah, vió que estaba muy caliente, a lo que fue a buscar un medicamento para que se recuperara lo más luego posible y después la dejó dormir tranquila.

Mi Alma QuebrantadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora