025; Con Juguetes

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Todoroki llevaba un tiempo planeando una "noche especial" junto a su bello novio, algo especial o diferente era lo que quería probar con él, y ya tenía una idea de lo que quería hacer más o menos.

Navegando por internet en modo incógnito, compró algunos objetos que estaba seguro, que al rubio le gustaría. O eso quería creer, aquellas imágenes que el rubio tenía guardadas en su galería no decían lo contrario.

Los días pasaron y el paquete con los objetos que había comprado llegó, agradecía que el envío era discreto y así ninguno de sus compañeros iba a saber lo que realmente había dentro de esa caja misteriosa.

Citó a Denki en su habitación esa misma noche, con la excusa de que quería pasar tiempo con él. En cierto modo era verdad, pero no sabía cómo.

Una vez estuvo en su cuarto, Todoroki lo tomó de las manos llevándolo hasta su cama donde lo hizo cerrar sus ojos, fue ahí donde sacó de aquella caja unas esposas rosadas y se las colocó al rubio menor, tomándolo por sorpresa.

- Quiero jugar contigo... - Susurró el bicolor en su oído, percibiendo cómo el cuerpo del contrario se tensaba.

Aún así accedió, recordó la vez en la que su novio lo mantuvo amarrado a la cama y lo hizo suyo sin tener compasión, dio su consentimiento para que el mayor lo tomara.

Todoroki amarró las muñecas del chico a la cabecera de la cama, comenzó a desnudarlo exponiendo su cuerpo a la vista ajena. Se relamió los labios y sin esperar demasiado se deleitó con su cuerpo, pasando su lengua por el pecho de Denki, aprovechó que el chico estaba amarrado para sacar algo más de la caja.

Un anillo vibrador y "aguja" para su miembro.

El anillo lo colocó en el principio de su miembro encendiendolo y esperando a que se erectara. Poco a poco esto iba ocurriendo al mismo tiempo que el rubio soltaba varios gemidos, esa sensación era nueva para él pero le encantaba.

Cuando estuvo erecto por completo tomó el pequeño juguete que parecía un silbato para perros de unos 12 centímetros de largo, y lo acercó al glande del chico. No diría nada, si al rubio le duele lo quitará de inmediato.

Sin dar vueltas, fue introduciendo aquel juguete dentro del pene del rubio. Kaminari gritó de dolor, haciendo que el chico se detuviera y lo mirara inexpresivo.

- ¿Me detengo? - Preguntó el bicolor, esperando una respuesta positiva, pero para su sorpresa el rubio negó y le pidió que siguiera.

- Estoy bien... - Gruñó. - Puedo... Puedo aguantar. - Respondió respirando de forma agitada.

Todoroki dudó por un segundo, pero siguió acatando las ordenes de su novio y atento de cualquier expresión de disgusto o incomodidad que pudiera hacer.

Una vez estuvo dentro de su miembro, optó por retirar el anillo. Ese pequeño y fino juguete tenía como función, evitar que la persona llegara al orgasmo sin importar qué tan desesperada esté por venirse.

Algo que Todoroki disfrutaba de Denki, era oírlo suplicar a la hora del sexo, era jodidamente excitante para él escucharlo entre leves sollozos de desespero pedirle que le haga ciertas cosas.

Vendó los ojos del menor para sacar un juguete vibrador en forma de bala, el cual fue pasando por todo el largo de su falo, recibiendo nuevos gemidos del rubio menor.

Kaminari se sentía raro, pero no en el malo sentido, y es que la vibración se sentía diferente por el juguete que tenía en su interior. Todoroki continuó por el vientre, abdomen, pecho y hasta llegar a sus pezones los cuales recibieron más atención.

- ¿Por qué no hacemos que te sientas mejor? - Rozó sus dedos fríos por su miembro, dejó de lado la bala para tomar con firmeza las piernas del contrario abriendolas y dejando su entrada expuesta.

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