—Todavía estamos en un punto algo delicado, lo suficiente como para que la mordida lo empeore—el doctor era cuidadoso con lo que mencionaba—, si no llegamos a estebilizar el embarazo en los dos últimos meses, entonces deben ser conscientes que llegara un punto donde tengan que escoger. —Las palabras golpearon duro en la mente de ambos, pero se mantuvieron firmes.
El doctor avanzó a la puerta del cuarto como si ya conociera la salida.
—Tienes que mejorarte, Capa. —La mano de Keigo bajo a su vientre cuando su hijo se movió ante la voz de Touya.
Un momento—¿Capa?
Touya asintió mientras se dirigía a despedir al doctor.
El departamento lucía ciertamente frío y sombrío, probablemente, si el embarazo se estabilizaba podían retomar el tema de la mudanza, con suerte la casa que habían visto anteriormente seguía disponible.
El mundo sigue girando, y él había recuperado su ritmo en la órbita.
También debía retomar su puesto como jefe en el bar, Tomura no podía seguir ayudándolo cuando el hombre tenía sus propias responsabilidades, debía agradecerle con algún regalo, un enorme cuadro de Mirko autografiado por la mismísima creadora de contenido, sí, eso suena bien.Asimismo tenía una charla pendiente con su hermano menor, debía encontrar las palabras adecuadas con él, debía ser precavido para evitar más preocupaciones al menor de las que ya tiene, el apoyo de un asesor infantil debería ser bueno.
—Sé que dije que aún es delicado—la voz del doctor sacó al peliblanco de sus pensamientos—, pero muy poca gente sale del punto donde estaba su prometido, debo decirle que se está comprometiendo con un hombre fuerte y tenaz, hay que confiar en él y que él no pierda la confianza en sí mismo. —El hombre alzó la mano en forma de despedida.
Claro que se casara con el hombre más increíble y fuerte del mundo, solo se habían perdido un poco.
—¿Todo bien? —La voz de su suegro llegó a sus oídos.
El hombre se veía cansado, tal vez igual que él, era algo que pasaría, después de todo, su único hijo estaba tan débil como nunca nadie lo había visto. Ser padre era difícil y doloroso cuando los hijos rozaban el dolor si quiera. Pero, si había un padre espectacular, era el señor Takami, haciendo de todo para que su hijo siempre se contrara en bienestar, enseñando que ser un omega no es cosa fácil, pero tampoco un imposible, que mandara a volar los estereotipos y fuera quién quisiera ser, formando a la persona más segura y fuerte del mundo. Como esperaba poder ser suficiente para su hijo y su futuro esposo, porque Keigo tenía la barda muy alta.
—Está delicado, si seguimos con las indicaciones y sobre todo mantenemos seguro a Kei, las cosas pueden ir mejor. La mordida será hasta que se estabilice el embarazo, de preferencia el sexto o séptimo mes, así evitamos perder a uno de los dos en parto. Pero si el embarazo no se estabiliza...
El hombre rubio pusó sus manos sobre los hombros de su yerno, sonriéndole en grande.
—Independientemente de que es mi hijo, tú sabes perfectamente que es alguien fuerte, dale lo mínimo y él hará cosas grandes.
Touya estaba sonriendo mucho ese día de hoy.
—Empiezo a sospechar que tendrá el carácter de los Takami, espero ser suficiente para él o ella.Cuando Touya Todoroki apareció en su puerta, pensó que Keigo definitivamente se estaba excediendo con las asesorías, entendía que le gustara enseñar, empero los excesos siempre son malos; desgraciadamente, hizo a un lado ese pensamiento, llegando a una conclusión que no le gustó mucho. No lo malentiendan, los tatuajes y los aretes no eran nada malo, él a su edad adulta tenía un par, el problema era el aura de "tengo dinero" que desprendía, ¿Acaso iba con ropas de seda y finas? No, se vestía como cualquier chico universitario que renta un departamento y que regresa a su pueblo en finales, y podría engañar a cualquiera menos al señor Takami, él conocía mucho de niños ricos. Al final tuvo razón en su conclusión, ese mocoso privilegiado quería cortejar a su bebé,rtamento y vuelve a su pueblo a finales, pero ahí estaba esa vibra, y nadie podia cuestionarlo, porque él sabía se hubiera opuesto de verdad, sin embargo, el chico Todoroki hizo circo, maroma y teatro para que tan siquiera lo aprobara, eso demostraba su tenacidad y su ganas de querer salir con Keigo de una manera formal y honesta, sin mencionar que esos ojos azules y oscuros se iluminaban con la sola presencia de su hijo.