Compartir

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El concepto de compartir no es algo que Shoto predicara como evangelio, de hecho, ni siquiera era parte de su muy posesivo vocabulario.

Era berrinchudo y posesivo como ninguno, no es culpa de él, todo siempre se lo dieron a manos llenas, entonces no entendía porque sus padres estaban constantemente hablandole de compartir en estos últimos meses.

Pero lo comprendió todo cuando entró a la casa de su hermano.

El amigo de Keigo estaba allí con una taza de algo, su hermano estaba nervioso en el sillón que compartía con un Keigo con vientre enorme, sus padres le pusieron la mano en el hombro. Él lo sabía, no era tonto, su maestra del preescolar también había tenido un vientre enorme antes de traer fotos de un bebé en un llavero.

No conocía la lógica detras del embarazo, así que se acerco curioso. Tocó aquel enorme vientre, sintió algo moverse y parecía tan raro.

Entoncea se dio cuenta.

Alguien vendría a la vida de Touya y Keigo, un bebé que ya no era él, ahora sería un hermano mayor tonto como Natsuo. No. Esto no le podía pasar a él, él era el único pequeño en casa y así estaba acostumbrado a vivir, no quería cambios, no le gustaban los cambios. Por eso su hermano lo alejó, ya no lo quería más, ya no lo necesitaba, ya no le importaba.

Su mochila de cosas secretas se cayó de sus hombros, para posteriormente dejarse caer como una martir.

Keigo, con demasiada cuidado, bajo del sillón para quedar justo enfrente del menor.

Peinó aquellos cabellos bicolores, aquellos que hace tanto no tocaba; y Shoto se dejó hacer porque lo necesitaba.

—¿Podemos jugar antes de qué ya no me quieras? —El fin del mundo en una pregunta.

Shoto se acercó hasta quedar cara a cara con su eterno rival.

—Yo te amo con todo lo que soy, Shoto—el niño asintió como alguien que no cree lo que se le dice—. Desde que eras un pequeño cachorro que no sabía andar hasta ahora que eres un niño grande y maravilloso, y probablemente el mejor de los tíos.

Shoto junto su mano con la que descansaba en el vientre de Keigo

—¿Tu enfermaste a Takami? —Touya esperaba la pregunta, Shoto siempre buscaba la respuesta a todas sus dudas.

Una patada fue dada y Shoto simplemente asintió como si lo comprendiera todo.

—Shoto...

El hombre de cabellos negros detuvo lo que fuese a decir su hermano.

—Tou y Takami no me necesitan más, eso significa que ya no puedes enfermar a Takami, él no es feliz enfermo y tampoco Tou. Necesito que los quieras como yo a ellos, a ellos les gusta mucho cuando hago esa cosa de brincar de un lado a otro, siempre se asombran, no lo harás tan cool como yo, pero puedes intentar. No voy en contra de bebés, no es propio de un niño grande como yo, lo aprendí de Takami, él enseña muchas cosas. —Shoto alejó su mano con delicadeza y tomó su mochilita para colocarla en sus hombros.

La mano de Keigo viajo al estómago del menor y lo atrajo, mientras que Touya se acercaba sigiloso para darle un par de besos en la mejilla a su hermano.

—Te crie durante un par de meses, no te vas a deshacer de mi como si fuera un paquete, pequeño travieso—el niño rio cuando sus mejillas se volvieron a llenar de beso—. Aparte, ¿quieres saber un secreto? —El menor asintió efusivo.

Entonces Keigo tomó su manita para ponerla en su vientre.

—Este pequeño de aquí dijo que espera con ansias conocerte, dijo algo sobre jugar en aquel río del campamento y quiere aprender mucho de su tío Shoto.

El niño sorprendido presionó el vientre un poco más.

—¿Es cierto? —Una patada fue respuesta suficiente.

Una sonrisa se extendió mientras abrazaba ese enorme vientre.

Sí, ser cuidado y mimado era algo que Shoto predicaba todos los días de su vida, en especial con Takami y su hermano; pero siempre admiró como Keigo enseñaba y orientaba, como tomaba las riendas para que otros supieran andar más adelante. Así que cuidar y mimar a alguien era el nuevo sentimiento que Shoto quería aprender de Takami, quería enseñarle a su sobrinito lo cool que podia ser, el gran hermano mayor que llegaría a ser como Touya.

Probablemente su aceptación rápida y eficaz era que Takami olía a una mezcla entre su olor y el Touya; o que Keigo y su hermano dijeran las palabras necesarias para aplacar sus inseguridades; tal vez fue que su instinto le pedía proteger lo que sea que existiera en el vientre de Keigo. Pero eso ya no importaba, lo importante era que un pequeño vendría a formar parte de los molestos Todoroki, Geten contaba como uno.

Geten, seguramente él no podría con la noticia, él era sumamente celoso. Ah, Shoto de verdad tendría que ayudar a su fiel compañero de lo importante que seria ser hermanos mayores.

—¿Quieres verla? —Los ojos de Shoto se abrieron con sorpresa, era una ella, no un él. 

Asintió rápidamente, necesitaba conocerla ya, en su familia no abundaban las mujeres, la mayoría eran varones, entonces conocer una bebé era realmente un interés enorme.

Su hermano le extendió una ecografía y Keigo le explicó. Shoto no entendía pero asentía fascinado, una hermanita pequeña, ahora ya tenía dos hermanas, una grande y una chiquita, eso era muy justo.

—¿Crees que se parezca a Yumi?

Keigo fingió pensar.

—No lo sé, probablemente, esperemos que sea igual de bonita que su tia Yumi.

Shoto asintió emocionado y sonriente.

Los últimos meses habían sido muy pesados para él, difíciles para cualquiera y un partirio para su edad. Empero la noticia hizo que la tormenta, que había arrasado, fuese solo un mal sueño, porque la noticia de una hermanita y un Keigo y Touya felices le hacía sentir extrema felicidad, comprendía y compartía el amor por ese pequeño ser que llegaría pronto, y él no podía esperar, quería enseñarle el mundo y todo la belleza de la sencillez.

Estaba feliz y emocionado, impaciente y efusivo.

Se sentía bañado en colores calidos.


dedicado a @freeduck por seguir leyendo esto, tus comentarios me alegraron el día

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