Como lanzar estrellas al cielo
y ver mientras caen sobre ti de nuevo
mientras se desbarata un recuerdo,
así, como los granizos al suelo
como sentir que eres del dolor siervo.
Que más da si ha dejado de llover
si mi corazón aun muere de frío,
si mi lago sigue cubierto de lirio,
qué más da si yo quisiera volver,
aquel cielo igual se quedó vacío,
y las estrellas, jamás volveré a ver.
El olor dulce de la canela,
el sabor de aquel puñado de besos
y aquel par de pensamientos presos
bajo la penumbra de una vela,
sólo eran ellos, éramos nosotros.