En ausencia de primavera los sauces
sollozan hasta quedarse sin hojas,
las jacarandas, hasta quedarse grises,
y yo me marchito como las rosas.
Pienso en ti bajo la sombra de un ciprés,
corono a la melancolía de olivos,
me voy con mi bandera blanca entre los pies
dejando un par de flores a mis recuerdos.
Poeta derrotado y exiliado,
sometido por esta melancolía,
más olvidado de lo que fue amado,
en una caja rosada noche y día.
Marioneta de madera de roble,
perteneces a todos y a nadie,
obligado por tu nombre a ser noble,
una bailarina encadenada de un pie.