En mis sueños me besas bajo un durazno,
me quieres como despierto no lo haces,
me besas y me tomas de la mano,
me quitas de la espalda tantas cruces
que despierto haces que pesen demás,
en mis sueños ni siquiera tengo cicatrices.
Vienes y despiertas mis mariposas
sabiendo que no les darás un flor
para revolotear, sólo rosas
que siempre han sido más espina que flor,
no es que no puedas amarme, no quieres,
y sólo me encadenas al dolor.
Y como si no existiera un mañana
quise amarte, que triste que en realidad
jamás nos esperara un mañana,
que sólo me esperara la crueldad
de imaginar y nunca sentir,
me dejaste perdido en la oscuridad.