Tu sonrisa ilumina mi historia,
tus besos, la cura a todas mis penas,
tu, mi felicidad, mi melancolía,
tu, el hombre detrás de mis poemas.
Fuiste como mi héroe de guerra
cuando escapamos en tu corcel azul,
queriendo ganar una carrera
a la luna que nos miró con quietud.
Te mire al dormir, me vi en tus brazos,
entonces me sentí tan vulnerable;
una flor, que ha crecido en tus manos.
Sólo pido que quieras que me quede,
que quieras que sea el niño de tus ojos,
yo quiero que seas de mis ojos el verde.