Quizá es que soy demasiado joven,
lamento sea el momento equivocado
para de ti haberme enamorado,
al final sólo las estrellas saben.
Entiendo es momento de despedirnos,
esta daga en mi corazón duele,
yo se que si un corazón de oro fuere
te quedarías, nos quedaríamos.
Pero esta hecho de sangre e ilusiones,
que es casi como vivir en la nada,
este amor es una daga afilada,
la penitencia de los perdedores.
Ojala tuviera un corazón de oro,
Dime, ¿así te habrías quedado conmigo?
porque si es así yo aquí sigo,
lamento si a veces lloro y desespero.