La nueva hija

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-¿Ya has comido, querida?- Luda me toma la mano en un gesto tranquilo.

-No, aún no- niego con la cabeza.

-¿Qué esperan? ¿Una invitación?- Luda Mae mira a los más jóvenes -Ayúdenme con la mesa que nuestra linda invitada no puede esperar más- empuja a Nubbins a la cocina junto con ella -Cariño, espera aquí y sé buena.

-Eh, no es necesario, yo puedo ayudar.

-Oh, preciosa- acaricia mi cabello -Acabas de llegar, descansarás hoy y no acepto un no por respuesta.

No me da tiempo de responder ya que sale disparada a la cocina, siguiendo a sus hijos y de paso dejándome ahí en el comedor.

-Oye, cara bonita- el hombre de uniforme me señala -Debes conocernos si es que vas a quedarte aquí- suelta una carcajada y sigue hablando -Me llamo Hoyt y soy el sheriff de este sitio así que solo me llamarás sheriff, ¿Entiendes?

-Entiendo, un placer en conocerlo, sheriff.

-¡Así me gusta!- carcajea y luego señala al hombre en silla de ruedas -Él es el tío Monty.

-Hola- saluda viendo su periódico.

-Un gusto- inclino la cabeza.

-Aún falta el idiota de Drayton pero él debe estar trabajando- explica con simpleza pero antes de que haga otra cosa una cuchara de madera le da de lleno en la cara -¡Agh!- se frota la cara con ambas manos -¡Por favor, mamá!

-Te has olvidado de mi Tommy- regaña la mujer -Ven, cariño- obedezco caminando hacia ella -Vaya expresión más fría tienes en la cara, ¿Nunca sonríes?

-¿Sonreír?- ladeo la cabeza -Hace mucho que no lo hago.

-Pronto arreglaremos eso, muñequita- pone varios platos en la mesa y mi nariz se deleita con el delicioso olor que inunda el comedor.

-Te gusta, ¿Eh?- asiento cerrando los ojos para solo prestar atención al olfato -Que buen gusto tienes- felicita el sheriff.

-Siéntate junto a mi muchacho- Luda señala al hombre de la máscara el cual voltea en un gesto exagerado solo para acomodarse la máscara con nerviosismo.

-Claro mi Lady- me siento en la silla junto al hombre y se siente su inquietud justo donde estoy.

-Por favor, llámame mamá o Mae-Mae.

-Gracias... Mae-Mae- comenzamos a comer con tranquilidad.

En el recinto jamás me dejarían comer algo como esto, tiene una sensación satisfactoria pero a la vez provoca un poco de cosquilleo en mi boca. No sé bien como explicarlo.

Termino de comer a la vez que la mujer me arrebata el plato para llevarlo a la cocina.

-Ven, nena- la sigo y observo como lava los trastes -Así es como tienes que hacerlo, ¿Ves?- miro con atención sus movimientos tomando notas mentales.

Escucho pasos pesados en el pasillo y luego un portazo que me hace dar un respingo.

-Lo lamento, Tommy es algo brusco- se disculpa sonriendo con amabilidad.

Suelto un suspiro sin tomarle tanta importancia.

-Háblame de como son las cosas en tu hogar- termina secándose las manos con una toalla pequeña y me mira sonriendo.

-Es muy diferente que aquí- miro el techo -No tenemos tanta libertad.

-¿Libertad?- me mira con confusión.

-Aquí hace calor- escucho su risa baja -Hay muchas salas de donde vengo, tenemos varias cuidadoras pero ninguna tiene esa relación como la que tiene- la señalo con la mirada -Con sus hijos, nadie nos trata así.

My dear presentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora