Acercamientos

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El día de hoy he descubierto que le tengo terror a las arañas.

Estaba ayudando a limpiar el ático de la casa cuando sentí un cosquilleo en mi hombro.

Al centrar mi vista en este pude observar al insecto de ocho patas caminando a mi cuello.

Un grito se escapó de mis labios antes de que pudiera pensar y fue cuando de nuevo apareció, aquel gigante gentil.

De un manotazo derribó a la araña y la pisó, terminando con el problema.

Él siempre está para ayudarme e incluso me acompañó ante las burlas de Hoyt y Nubbins.

Muchas veces me pongo a pensar en como ha cambiado mi vida, antes solo podía ver el cielo e imaginar como sería mi vida al salir de ahí.

Me hacían pensar que el mundo era un lugar horrible, muertes por todos lados, gente muy mala y peligrosa en el poder.

Me decían que solo serviría como carne de cañón para algún rico que me comprara.

Lo peor es que yo estaba de acuerdo con eso.

Pero ahora que conozco todo esto, el sol, los atardeceres, la rica comida que hace Mae-Mae, los momentos en familia cuando vemos televisión, vaya incluso pasar tiempo con Bubba hace una gran diferencia.

Espero poder dejar esa vida en el pasado y concentrarme en mi presente, este presente maravilloso donde puedo ver arcoíris o incluso viendo arañas porque sé que él va a venir de inmediato a salvarme.

Con ellos realmente me siento viva...

-Cariño- Mae-Mae acaricia mi cabello -Te veo muy pensativa, ¿Estás bien?- asiento.

-Solo estaba recordando algo- respondo escondiendo el rostro en su regazo.

-Recordar no te hace mal, mi niña- levanto la mirada -Nos ayuda a saber de donde venimos y a donde vamos.

-Es una frase muy sabia.

-Es la verdad- responde tarareando aquella canción, mi favorita.

Secundo su voz repitiendo aquella melodía hasta que Drayton irrumpe en la sala.

Me obligo a guardar la compostura para verme tranquila cuando en realidad quiero salir huyendo de aquí.

-¿Esa canción es nueva?

-La escuché en el radio hace algún tiempo- responde Luda y cuando la mirada del hombre se posa sobre mí bajo el rostro, evitando todo contacto con él.

Me levanto llamando la atención de ambos.

-¿Harmony?- pregunta extrañada.

-Voy a darme un baño- explico -Ya vuelvo- subo las escaleras lo más rápido que puedo y al entrar al baño me encuentro con aquel chico de mirada azabache y cabello largo.

Este da un respingo al ver como abrí la puerta.

-Thomas...- me doy la vuelta -Lo siento, no sabía que estaba ocupado- abro la puerta pero logro divisar a Drayton subiendo por las escaleras -Rayos...- cierro de nuevo pegando mi frente a la madera.

¿No se supone que iba a seguir con Mae-Mae?

Los ruidos en mi espalda me indican lo nervioso e incómodo que debe estar Bubba, no era mi intención meterlo en esto.

-Perdona...- hablo escuchando como se queda inmóvil -No quiero ponerte incómodo, en cuanto Drayton se vaya saldré y te dejaré tomar tu baño- explico -No miraré, solo finge que no estoy aquí.

Su respiración hace eco en las paredes del baño, escucho como sale de la bañera y camina hacia mí, seguro para reclamar por mi comportamiento infantil.

Un pequeño toque en la espalda me hace voltear, se puso una toalla rodeando su cintura aunque sigue mojado, tanto así que algunas gotas caen de su cabello directo a mi cara.

-¿Bubba?- instintivamente bajo la mirada a su cuerpo, no es un hombre delgado, eso me queda claro aunque nunca esperé que se viera así de bien, su abdomen y pecho están cubiertos por una fina capa de vello, su pecho es amplio, sus brazos son gruesos y bien detallados como si los hubieran esculpido, sus piernas son grandes y musculosas.

Al escuchar un gruñido vuelvo a levantar la mirada, su rostro se ve serio, sigue teniendo esa máscara que cubre desde su nariz hasta la barbilla, su cabello se pega a su frente con la humedad y sus ojos negros están fijos en mí.

Desvío la mirada al sentir de nuevo mi cara arder, recordando las palabras de Luda.

Eso suele pasar cuando te avergüenzas por algo o porque te gusta alguien.

La situación me confunde mucho, no sé lo que es gustar de alguien por lo que mi respuesta debe ser solo vergüenza por verlo así.

-¿Pasa algo?- pregunto mirando la pared pero unos toques en la puerta me hacen dar un respingo.

-¡Bubba!- es la voz del hijo mayor de Mae-Mae -¡Date prisa! La niña quiere tomar un baño.

Mi corazón late con mucha fuerza, tanto así que siento que en cualquier momento va a salirse de mi pecho.

Thomas toma con suavidad mis brazos, viendo con detalle mis gestos de terror.

Trago saliva pegando mi cara a su pecho en busca de protección, cierro los ojos esperando que no abra la puerta hasta que Bubba toma mi mentón, obligándome a levantar el rostro.

Niega con la cabeza haciendo un gemido y pone seguro en la puerta.

Al principio miro este acto confundida pero en cuanto lo veo sentarse en el suelo entiendo que quiere quedarse conmigo hasta que esté segura.

-Bubba...- me mira con atención -Gracias- le dedico una cálida sonrisa poniendo instintivamente una mano en mi pecho, sintiendo los latidos de mi acelerado corazón.

¿Qué es esta sensación que tengo en el estómago?

Luego de un rato de silencio, Thomas abre la puerta por lo que salgo atrás de él, yendo a mi habitación por ropa para después de mi baño.

El día transcurre con relativa tranquilidad hasta que llega la noche.

De nuevo el insomnio se apodera de mi ser, doy vueltas en la cama y harta de la situación, me siento sobre esta.

La luz de la luna se filtra por mi ventana formando algo de luz natural en el cuarto.

La imagen de Bubba llega a mi cerebro, no quiero molestar su sueño en caso de que ya esté dormido, suficiente lo he molestado en su baño como para ir a ver si está despierto pero la desesperación me obliga a moverme hasta que estoy frente a su puerta.

Abro esta con cuidado de no hacer ruido encontrándolo recostado en la cama.

-¿Bubba?- susurro observando como levanta la cabeza -Perdona...- cierro la puerta detrás de mí -No quería molestarte pero no puedo dormir...

Se sienta haciendo que la cama cruja bajo su peso.

-¿Sería mucho pedirte que me quede contigo?

Juego con los bordes de mi camisón con nerviosismo y cuando al fin asiente me acerco, entrando en la cama justo en el espacio que me deja.

-¿Tampoco podías dormir?- niega viéndome directamente.

-Menos mal, me hubiera sentido muy mal si te hubiera despertado- suspiro.

Mueve su mano entre las sombras para que vea el ademán que hace con esta, dándome a entender que no me preocupe por eso.

-Ya que ambos estamos despiertos... ¿Puedo acariciar tu cabello?- asiente en un gesto relajado, acomodándose de una forma que su cabeza queda a la altura de mi cuello por lo que me acomodo abrazando su cabeza y comenzando con los mimos.

Siempre me ha llamado la atención su cabello azabache, sobre todo por esos pequeños rulos que se forman en este.

Es suave al tacto y tiene un olor muy tenue y relajante.

Siento que este acto nos relaja a ambos pues poco a poco ha dejado de moverse, su respiración se tornó pesada y en cuanto a mí, los párpados han comenzado a pesarme, me cuesta cada vez más durar despierta así que opto por cerrar los ojos, dejándome arrastrar por la oscuridad de mi inconsciente.

My dear presentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora