Capítulo 6

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Todo estaba previsto y organizado. Paylor lo había preparado todo para nosotros: Un tren vendría a las 19:00 horas con una enviada especial: una tal Effie Trinket que al parecer Katniss y Peeta conocían; recuerdo haberla visto en algún video de los Juegos del Hambre. Una vez montados en el tren, tardaremos 2 días en llegar al Capitolio, sin hacer ninguna parada.

Teníamos dos horas para llegar a nuestra casa, hacer las maletas e irnos a la estación. No teníamos que comprar tickets ni nada; dentro del sobre había uno por persona con una habitación para cada uno, y las comidas estaban incluidas.

Parecía que la presidenta estaba muy generosa. Demasiado, a decir verdad.

-Chicos, ¿estais preparados? -dijo Katniss desde el vestíbulo.

-Aún no -dije, intentando cerrar la maleta. La cremallera se atascaba,porque la maleta estaba muy llena, ya que, como no sabía que llevarme, cogí todo lo que había en el armario y lo metí dentro.

-Haber, deja que te ayude -dijo Jeff, dejando la suya encima de su cama. Cogió impulso y se sentó en mi macuto, juntando así la cremallera para que fuera más fácil correrla-. ¿Ves? Siempre funciona. En ocasiones, lo que uno necesita es fuerza, y no maña.

-Tú lo has dicho -dije, sonriente.

-¿Habéis acabado ya? -dijo Prim, pasando al lado de nuestra habitación.

-Qué va, todavía no hemos empezado -dijo el chico en tono burlón.

-Ja, ja, muy gracioso -puso los ojos en blanco-. Será mejor que vayais bajando, alguien tiene que ir a avisar a Haymitch.

-¿Haymitch? ¿Viene con nosotros?

Haymitch era el antiguo mentor de Katniss y Peeta, un hombre que le encantaba el alcohol y que casi siempre estaba borracho.

-Sí, había otro ticket en el sobre a su nombre; al parecer Paylor quiere que venga con nosotros.

Jeff no parecía muy dispuesto a ir a su casa, por lo que dije:

-¿Qué tal si voy yo a avisarle mientras bajais las maletas?

-Me parece bien -dijo él.

-Vale -dijo ella, dedicándome una sonrisa complaciente.

Salí de la habitación, descendí por las escaleras, llegué al vestíbulo y salí por la puerta principal.

Alguien puso su mano en mi hombro justo cuando bajaba las escalinatas, y me di la vuelta para saber quien era.

-¿Adónde vas? -preguntó Katniss, llevando una maleta añil.- ¿Has acabado de hacer tus maletas?

-Sí; iba a avisar a Haymitch. Alguien tiene que hacerlo.

Katniss me dedicó una sonrisa.

-Qué servicial eres, pero creo que no va hacer falta, ya va a ir Peeta. Además, seguramente estará borracho, inconsciente o dormido, y no es seguro despertarle; siempre descansa con un cuchillo en la mano, y cada vez que le despiertan se pone a dar cuchilladas a diestro y siniestro. No creo que sea buena idea.

- No te preocupes Andrew -dijo Peeta apareciendo por la puerta arrastrando unas bolsas que parecían muy pesadas-, puedo ir yo.

-Pero vosotros no habéis acabado de hacer vuestras cosas. -Ellos abrieron la boca para replicar, pero continué antes de que pudieran decir nada-. No os preocupéis, estará todo controlado.

Se volvieron y se mirararon largamente, como si estuvieran evaluando mi proposición telepáticamente.

Finalmente Peeta habló.

El Final de las HistoriasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora