balletⴰ༢ ( hyunin )

te lo advertí

Por más molesto y herido que el pelirrojo pudiera haber estado luego de acabar con sentimientos encontrado en la última reunión con el mecánico, esto no le limitó a volver a follar con el, una.. un par de veces más.

Y es qué, era la única forma que consiguió para desatar su estrés, no podía llorar, ni en su casa con sus padres, ni en en la academia frente a Seulgi, ahora mucho menos con Hyunjin, ¿a dónde se irían todas esas lágrimas perdidas?

Aún así, le siguió su jodido juego de fuera sentimientos ya que al parecer, era una regla que no había quedado del todo clara.

— ¿Quieres agua? - el más alto le ofreció. Acaban de follar una vez más en la casa de aquel pelinegro, Yang solo asintió calmado, poniéndose las prendas de las que Hyunjin se había deshecho hace unas horas.

Cuándo el mayor volvió con el vaso de agua, Jeongin suspiró, maldiciendose a si mismo.

Le gustaba, le gustaba el maldito mecánico asqueroso y no sabía que mierda hacer.

Decírselo no era opción, alejarse de el mucho menos.

— Hey, ¿te comió la lengua el ratón? - se burló el alto, prendiendo un cigarrillo. — antes eras más conversador.

— No tengo ánimos hoy, dudo que te interese. - soltó el pelirrojo.

— Tienes razón, no me interesa. - el de ojos negros se encogió de hombros, revisando su celular de forma desinteresada. Aunque si pudo apreciar de reojo la lastimada mirada del menor. — Jeongin. - llamó.

— ¿Qué? - alzó la mirada del chicle que estaba por meter a su boca.

— Te lo advertí. - se burló el más alto.

— ¿Que cosa? - el pelirrojo frunció el ceño sin entender.

— Te gusto, más allá de lo sexual, te atraigo de una forma equivocada, te dije que si eso pasaba esto se acababa. - sonrío ladino.

— Hyunjin, realmente a veces me cuestiono si realmente quieres follar conmigo o deshacerte de mi. - murmuró. — ¿de dónde sacaste esa mierda de que estoy enamorado de ti?, ¡por favor!, que chiste.

— Deja de excusarte, puedo verlo en tus ojos, estás jodidamente enamorado, te brillan los ojos con desilusión cuando te ignoro. - se burló, dándole otra calada al cigarrillo de menta.

— ¿Y que?, ¿sólo dejáremos esto hasta aquí y ya está?, ¿eso fue todo?, ¿terminaremos esto sólo porqué te gusta jugar a leer mentes? - Jeongin miraba al mayor con lástima, el realmente no quería dejar todo hasta ahí.

— Si, vete. - señaló la puerta.

Jodido insensible de mierda, ojalá te atropelle un tren.

El de ojos verdes se levantó tomando su bolso y se dirigió a la puerta sin pensarlo.

— Es lo mejor para ti, no quiero que te hagas ideas erróneas, yo nunca te vi, ni te veré con esos ojos.

Jeongin se sintió tocar fondo una vez la puerta azoto contra su cara.

Los chasquidos obscenos hacían ruido por todo el pequeño departamento, el rubio sobre las piernas ajenas se montaba con energía, mientras que aquel afectado por los roces apretaba la cintura contraria con fuerza.

— Sungie.. - Minho detuvo los movimientos con cuidado. — ¿cuándo dijiste que tienes ballet? - susurró sobre los labios contrarios.

— Todavía falta mucho.. primero tengo la clase del nivel uno.. - habló de igual forma por lo bajo.

— Bien.. pero aún así debo ir por Sunhee a la escuela. - puchereo el más alto, aferrandose a la cintura ajena. — tal vez podamos mañana..

— Tengo ensayo todo el día.. - susurró el de ojos azules, descansando sobre el pecho de Minho. — el jueves tengo libre toda la tarde luego de las cuatro.

— Sunhee estará aquí el jueves, Mina me a pedido que la cuide. Tendrá un viaje a japón hasta el próximo mes. - informó despacio.

Minho era un empresario divorciado, el cual por errores de la vida, dejó embarazada a su novia durante el último año de instituto, tuvo que poner toda su juventud en aquella niña que  creció fuerte a lo largo de seis años.

Lee no se enorgullecía de todo lo que sucedió durante su etapa en el instituto, sin embargo no podía negar que la mayor bendición que pudo haber tenido en su vida, fue definitivamente tener a Sunhee. Era su princesa, la amaba con su vida, aunque tuvieran la custodia compartida, el no dejaría de consentir a su princesa.

— ¿Cuándo le dirás a Sunhee?.. - suspiro Jisung, bajándose de su regazo.

— Jisung, tú sabes lo que es tratar con niños, no es fácil.. - se excusó el más alto.

— Se lo que es tratar con niños, es por eso que también se que debes ser concreto y sencillo de entender, le dices "papá tiene novio" y lo entenderá, los niños no son idiotas, no se porqué siguen tomándolo así. - se expresó el rubio.

— ¿Quien te dijo que somos novios? - Minho alzó una ceja.

— ¿No quieres?

— No es momento aún. - susurró.

— Pues bien, me voy. - anunció Jisung, ya cansado de la situación en general, sólo quería llegar a su casa, recostarse en la cama y tal vez llorar un poco.

Justo cuándo abrió la puerta, un chico se hizo presente al otro lado. Ambos conectaron miradas.

— Seungmin.. - bufó Jisung.

— ¿que mierda haces aquí? - el mayor tampoco se quedó atrás.

Lee Seungmin, uno de sus compañeros en la academia de danza y se podría decir que su "competencia"

Jeongin siempre sería el primer lugar, eso ya todos lo tenían admitido, sin embargo el segundo lugar siempre se lo peleban Jisung y Seungmin, ambos bailarines siempre terminaban peleando luego de cada competencia o recital, se odiaban y no había manera de apaciguarlos cuando de ballet se trataba.

— ¿Se conocen? - la voz de Minho les hizo ver hacía dentro de la casa.

— Sí.. - los menores hablaron al unísono.

— Jisung, Seungmin es mi hermano.. Seungmin, Jisung es un amigo. - presentó incómodo.

Han no sabía que era peor, que Seungmin, su enemigo mortal fuera el hermano de quién le gusta.. o haber sido presentado cómo un amigo.

— Yo estaba yéndome. - con lágrimas retenidas, Han abandonó el departamento dónde hace unos minutos compartía besos con el hombre de sus sueños.

O bueno, tal parecía que ya todo era un sueño.