llora niño pequeño

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Haberle dado una oportunidad a Seungmin, fue probablemente lo mejor que Jeongin hizo en el año, al principio las citas fueron incómodas por parte de Jeongin, pero pasadas las semanas el ambiente empezó a aligerarse y empezaron a conectar más.

Al fin de cuentas, Seungmin era un buen chico, se había disculpado tanto con Felix cómo Jisung por su error cometido, y le había abierto una puerta que jamás pensó que en algún momento se abriría.

Con el corazón latiendo a mil, Jeongin besaba con parsimonia los bonitos labios del castaño mientras Kim no desaprovechaba la oportunidad de manosear a su gusto al pelirrojo sentado sobre sus piernas.

Con delicadeza Seungmin bajaba lentamente sus manos por la pequeña y delicada cintura, susurrándole pequeñas dulces palabras al despegar sus bocas.

Jeongin ese día la había pasado muy mal en la academia, la maestra lo arrastró sobre horribles comentarios hacía su persona y sus "pies deformes", fue cómo si se hubiera agarrado de el para desahogar su ira durante toda la clase.

Y por más que el pelirrojo permaneció serio todo el tiempo, eso también le afectaba, pero odiaba que el mundo viera aquello.

Por eso en medio del beso que compartía con el castaño, se rompió, en mil lágrimas disueltas sobre sus mejillas, escurriendose hasta caer en la camiseta ajena.

— Ya.. Ya innie.. - Seungmin se aferró al pequeño pelirrojo triste y le empezó a acariciar su espaldita.

— Lo-Lo siento.. por ponerte en esta situación.. si-si quieres me voy.. - sollozó, haciendo el amagó de levantarse, cosa que Seungmin impidió de inmediato.

— No bebé, ven.. - Jeongin fue dejado sobre el regazo de Kim una vez más. — llora todo lo que necesites..

La habitación se inundó de fuertes jadeos y sollozos lastimeros del pequeño pelirrojo, quién se aferraba con fuerza a la camiseta del mayor, temiendo que este fuera arrepentirse de todo por verle en ese estado tan vulnerable, ese estado en el que pocos habían logrado verlo, ni siquiera Felix y Jisung.

Mientras aún acariciaba la espalda del menor, Seungmin no pudo evitar sonreír, lo estaba logrando, el serio e insensible Yang Jeongin lloraba en sus brazos cómo todo un niño pequeño, un niño pequeño roto e inestable.

Dentro de el, había una herida causada en su niño interior, la falta del cariño de sus padres. La presión de ser perfecto en la academia, y que hablar de sus trastornos alimenticios, Jeongin era la inestabilidad en persona, romperlo no iba a ser difícil.

Solo necesitaba que empezara a depender de el y de todo el afecto que estaba dándole, estaba dándole refugio, un hombro dónde llorar; lo que el nunca tuvo.

Y cuándo lo tuviera ahí, de rodillas, rogándole amor, lo destrozaría y ocuparía su lugar.

— Llora pequeño.. - susurró Kim en su oído acariciando los huesudos brazos del menor. — ¿comerás precioso?.. no te recomendaría hacerlo.. te vi comiendo galletas con Felix y tú abdomen esta un poco hinchado.. - el castaño acarició el abdomen ajeno.

— Tienes razón.. no-no comeré más por hoy..

— Así se habla, hermoso.. ven.. sigue llorando, allá afuera nadie te entiende cómo yo..

Abriendo grietas, heridas que ya daba por cicatrizadas, sacando a la luz lo más vulnerable de su vida, dándole el cariño que nunca recibió, así se ganaría hasta el último mechón del cabello de Jeongin.

Hyunjin acababa de terminar un largo trabajo de cambio de motor en un auto increíblemente viejo, no tenía idea de porqué los dueños seguían conservándolo a pesar de que estaba a un paso de caerse en pedazos

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Hyunjin acababa de terminar un largo trabajo de cambio de motor en un auto increíblemente viejo, no tenía idea de porqué los dueños seguían conservándolo a pesar de que estaba a un paso de caerse en pedazos.

Pero lo bueno es que ya acabó y por fin podría sentarse y tomar una cerveza con tranquilidad, sin clientela desagradable que atender.

Había estado reflexionando sobre todos los acontecimientos que habían sucedido en su vida desde que Jeongin llegó a ella y era definitivo, le gustaba, Chan le había dicho que estaba enamorado, pero para el eso ya era una exageración.

¿Le gustaba Jeongin?, sí, ¿ya había imaginado una vida entera con el?, sí, ¿su orgullo no le permitiría decirle nada?, exactamente.

Había caído tan tarde a sus sentimientos que ya no le veía fruto a una relación que ni siquiera empezó.

Decidió dejar pasar esa etapa de su vida y seguir adelante, olvidar que existió alguien que le movió hasta el suelo y continuar siendo una persona desinteresada en la vida.

Pero que difícil fue para Hyunjin ver llegar a la academia a Jeongin de la mano de un castaño alto, quién le robaba besos repentinos al de ojos verdes mientras caminaban, dejándole en claro que eran algo más que simples amigos.

Hwang y el pelirrojo chocaron miradas, el mayor estaba bebiendo de su botella de cerveza mientras le alzaba una ceja al más bajito.

Y Jeongin se sintió volver a caer con tan solo un simple gesto.

Cómo si toda su memoria se borrara y ese momento se quedará enmarcado en sus pensamientos.

Aunque no duro por mucho, Seungmin lo trajo nuevamente a la realidad con un bonito beso en sus labios, susurrándole un "te amo" sobre estos, a lo cual Yang no pudo evitar sonrojarse.

Siguieron caminando hasta adentrarse a la academia juntos, Hyunjin bufó frustrado, observó a lo lejos a uno de los amigo de Jeongin y corrió a interceptarlo, en su defensa, fue un gran impulso.

— ¡Hey! - le llamó la atención al rubio quién se volteó.

— ¿Qué? - Jisung alzó una ceja viéndolo de arriba a abajo, sabía quién era y sabía que le había hecho a Jeongin.

— ¿Quién es el alto castaño de ojos cafés que entró de la mano de Jeongin? - consultó rápido.

— ¿Seungmin?, ¿para que quieres saber sobre el? - Hab frunció el ceño, Hyunjin solo sonrío.

— Gracias por la información.

Y Jisung cayó muy tarde que ya le había dado respuesta al más alto.

balletⴰ༢ ( hyunin )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora