¿pueden bajar el volumen?

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Hyunjin volvió a bufar, eran las dos de la mañana y sus nuevos "vecinos" seguían con la música clásica a todo volumen, además de los incontables y estruendosos gritos provenientes de una voz femenina.

El pelinegro necesitaba trabajar, pero los horribles ruidos lo desconcentraban, además de que ya era extremadamente tarde para tener la música tan jodidamente alta.

A regañadientes, el de ojos negros cómo la noche, se levantó, de dónde se supone debería estar trabajando, para luego limpiarse con furia su ropa llena de petróleo y empezar a caminar por las escaleras del local de arriba. Una vez llegó a su destino en su panorama apareció una ventana con las cortinas bien abiertas, no dudo en meterse a observar que era lo que hacían los bailarines tan tarde.

 Una vez llegó a su destino en su panorama apareció una ventana con las cortinas bien abiertas, no dudo en meterse a observar que era lo que hacían los bailarines tan tarde

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— ¿y tú a eso le llamas girar? - la mujer apuntaba con un bastón al rubiecito, quién no podía dejar de respirar agitado y sudar. — desde arriba.

Los tres finalmente escogidos para participar en la competencia que los sacaría de la miseria habían sido Jisung, Felix y Jeongin, siendo este último por quién todos apostaban para el primer lugar. Luego de que les asignaran una variación a cada uno, habían empezado a ensayar y de eso habían pasado al rededor de dieciséis horas.

Sin parar.

Ninguno de los tres daba para más, estaban agotados, sin embargo, Seulgi no les permitiría holgazanear, ni ahora ni aúnque tuvieran diez años para prepararse.

Jeongin bailaría la variación de Acteon, de la obra de Diana y Acteon, mientras que Jisung haría de su opuesta, o sea; Diana, una variación que sí o sí, llevará zapatillas de puntas, por otra parte Felix interpretaría la variación de harlequinade, versión masculina.

Y juntos presentarían una danza contemporánea.

— ¡Estira las piernas!, ¡alárgate joder! - gritaba Seulgi, mientras la coreografía de Felix era presentada Justo frente a ella. — no has mejorado ni una sola pizca desde que empezamos, ¿y así piensas tú competir?, ¿crees que mágicamente te saldrán los pasos en el escenario?, por favor mirame a los ojos y dime que te estás esforzando porqué yo no lo noto. - tuvo el descaro de decir, teniendo al australiano sudado, cansado y deshidratado frente a ella.

Felix solo negó, no sacaría nada respondiéndole.

Jeongin y Jisung lo observaban desde el rincón con mueca tristes, por más que llevarán toda su vida bailando, Kang Seulgi nunca estaría conforme con sus resultados.

— ¿Te duelen demasiado? - Yang miró los pies de su amigo, intentando volver a ignorar los sonoros gritos que la maestra le dedicaba a Felix.

— Realmente arden, arden demasiado, es horrible.. - se sinceró Han. Llevaba puestas sus zapatillas de punta desde la mañana de aquel día, y ya no aguantaba más, sus pies estaban hinchados, adoloridos y tenía la desagradable sensación del palpitar dentro de aquella zapatilla.

— Hannie, aguanta un poco más, ya pronto se acabará.. - consolo cómo pudo, el también utilizaba ese tipo de zapatillas normalmente y conocía el tipo de dolor que se experimentaba luego de varias horas subiendo y bajando de ellas.

La puerta fue abruptamente tocada por alguien que parecía estar muy enojado, lo cuál descolocó rápidamente tanto a los bailarines cómo a la maestra quién se acercó sin muchas ganas hasta la puerta, abriendo está con el ceño fruncido, el mecánico de abajo, estaba ahora reposando en el marco de su puerta.

— ¿Que se le ofrece? - preguntó Seulgi, claramente molesta por la interrupción.

— Que dejará de gritar, no sé si esta enterada, pero con los vecinos tenemos un acuerdo de paz desde las doce de la noche, y usted ya pasó hace bastante el límite de horario, realmente es tarde y muchos de los que viven aquí desean dormir. - expresó, igualmente enojado.

— ¿Y quién se supone que debería haberme contado sobre este acuerdo del cual yo no estaba al tanto? - escupió con enfado.

— En el contrato de arriendo va incluida esa y todas las otras normas que pusieron los vecinos.

Y por primera vez Seulgi había quedado sin palabras, intimidada por los profundos ojos negros del más alto.

— Vístanse. - les índico a los tres bailarines quiénes rápidamente corrieron a sus pertenecías.

Hyunjin sonrió satisfecho y se fue, dejando a la maestra con las palabras de odio atoradas en su garganta.
Felix y Jisung fueron los primeros en bajar, ambos debían tomar la misma locomoción para llegar a sus hogares, así que aprovechaban de irse juntos, Seulgi abandonó la academia luego de ellos, dejando sólo a Yang.

El menor vivía al otro lado de la ciudad, nadie lo vendría a buscar mucho menos se preocuparían por su paradero, así que aprovechó de ensayar una vez más antes de comerse la camianta mas horrible de su vida, ya que afuera había empezado a llover.

Puso la música en un tono suave y empezó a dejarse llevar, saltando y cayendo con la gracia y elegancia que caracterizaba al personaje de Acteon.

Hyunjin por su parte se había quedado parado en las puertas de su taller, viendo cómo salían tanto los bailarines cómo la maestra, si embargo se le hizo extraño no ver irse al hermoso pelirrojo de ojos verdes. Luego de un par de minutos sin recibir señales de que bajaría, prefirió subir el mismo.

Se adentró por la puerta que estaba a medias abrir y pudo dar con el cansado cuerpo sobre el suelo, recargándose de uno de los tantos espejos que decoraban la sala.

— ¿Que haces aquí arriba? - por más que el pelirrojo no había despegado su vista de su botella con agua, pudo descifrar la entrometida presencia del pelinegro.

— Me dió curiosidad no verte bajar. - habló sincero. Jeongin elevó la cabeza extrañado. — ¿Cómo te llamas?

— Jeongin, ¿y tú?... - murmuro, empezando a levantarse y a quitarse las incómodas zapatillas de mediapunta.

— Hyunjin. - respondió suave. — ¿Cuántos años tienes, Jeongin?

— Dieciocho. - respondió, ya con su mochila lista y sus zapatillas de deportivas puestas. — ¿y tú cuántos?

— Tengo veintitrés. - habló calmado, sentándose a un lado de Yang. — ¿vienen por ti?

— No, debo caminar hasta casa.

— Llueve mucho afuera, ¿por qué no esperas en el taller? - murmuro, con una clara indirecta que Jeongin captó al instante.

La tensión sexual se podía sentir por los aires, sus miradas no se despegaban la una de la otra, ambos, solos en su mundo.

Yang acompañó a Hyunjin hasta el taller, dónde el mayor le enseñó que no sólo era un mecánico, si no, que tras la puerta del final, había un bonito comedor, era prácticamente una casa unida a un taller mecánico. El menor dejó sus pertenencias sobre un sofá muy bonito y se sentó.

Hyunjin tomó asiento a su lado, nuevamente sus miradas se conectaron, no tardaron demasiado en unir sus labios en un beso sumamente feroz, en pocos segundos Jeongin ya estaba sobre el regazo de Hwang, quitándole la camiseta con desesperación.

Oh jodida tension sexual, ¿qué los esperaría por la mañana?

balletⴰ༢ ( hyunin )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora