Capítulo 13 -. Galletas

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Liam

Anoche el pensamiento de despertar solo me revolvió el estómago, porque deseaba con mi alma que él se quedara durmiendo junto a mi hasta las 12 del medio día para que su olor se quedara en mi cama por semanas. Porque me gustaba sentir que el estaba ahí.

Abrí los ojos ante la luz que se estaba colando por la ventana, la luz se sentía como el fuego en mis párpados. Respire profundamente con dificultad, estaba algo confundido mientras miraba la ventana demasiado brillante para mi gusto, ahora lamentaba no haber cerrado las cortinas anoche. Luego la imagen mental de Theo al salir del baño con mi ropa regreso golpeándome fuerte, mis sentidos reaccionaron sintiendo como primera instancia pequeños cabellos cosquilleando mi barbilla ridículamente, agache la mirada para encontrarme al asesino que destruyo mi manada durmiendo en mi pecho tan tranquilamente, su expresión relajada con la respiración calmada, los latidos del corazón eran rítmicos y normales, sus ojos cerrados cubiertos por una hilera de pestañas tupidas y oscuras, con la boca entre abierta soltando jadeos mientras seguía descansando tan plenamente. Mi corazón se acaloró de pronto y no pude evitar enviarle una mirada llena de cariño, deje caer mi cabeza nuevamente en la mullida almohada mientras mi mano libre se dirigía a su cabeza para meter mis dedos entre las hebras de su crecido y suave cabello.

¿Como jodidos lograba tenerlo así? Parecía que usaba millones de productos caros en el cabello, pero era Theo y estaba seguro que solo usaba jabón barato y era su increíble genética que lo hacía verse así de perfecto aún con cualquier shampoo en oferta que consiguiera, lo que sea que el usará luciría extraordinario en el y lo haría lucir como si fuera el producto más increíble del mercado, porque tenía un brillo excepcional ante cualquier cosa, quizás por eso me gustaba, hasta cuando se burlaba de mi tenía un brillo excepcional para hacerlo, sus palabras estupidas sin un trasfondo aún así podrían sonar quizás algo divertidas solo porque él las dijo.

Agache mi cabeza para oler su cabello, olía bastante bien, podría apostar 20 dólares a que yo ahora mismo apestaba a sudor.

Las caricias seguían continuas brindadas por mis dedos en la cabeza de Theo, donde poco a poco hacían que Theo se empezara a remover despertando de su sueño, abriendo los ojos lentamente en dirección a la ventana donde el sol brillaba demasiado para ser invierno, sus ojos se arrugaron en el proceso de acostumbrase a la iluminación, aún desconcertado sin darse cuenta apretó más su agarre a mi cintura sacándome el aire en el proceso, quizás imaginado que yo era una mullida almohada, cuando mis huesos eran los que estaban siendo contracturados ante su implacable abrazo.

Solté un quejido bajo que por poco no pude soltar porque mis pulmones apenas si contenían algo de aire en ellos. Theo levantó la cabeza dirigiendo sus ojos grisáceos a mi cara que podría jurar parecía la de una persona estreñida. Probablemente era porque por poco me quedaba con el cuerpo sin aire con pulmones perforados por los huesos rotos alrededor de ellos. El suavizó el agarre y por fin respire profundamente llenando mi anatomía de oxigeno.

Theo se levantó un poco con ayuda de sus codos para observarme mejor, pero no por completo. Su cabello estaba en todas direcciones por el sueño, plasmando que acababa de despertar hace menos de dos minutos, quizás con la contribución de que lo revolví en un intento de ser reconfortante mientras aún dormía. Me sonrió somnoliento, aún con sus ojos aún un poco pegados por el sueño y restos de saliva en la comisura de sus labios, se veía increíble con esa sonrisa que mostraba sus perfectos dientes que yo apenas conseguí con ortodoncia. Le sonreí de vuelta, dejó caer suavemente su cabeza de nuevo en mi pecho y suspiro.

Normalmente odiaba los aromas de cualquier persona pero el de Theo me gustaba, a decir verdad adoraba ahora la mezcla de nuestros olores en mi propio espacio personal como lo era mi habitación, lo hacía completamente íntimo que parecía un sueño, no hacía mucho que había descubierto que Theo me gustaba pero totalmente el sentimiento había estado ahí desde hace meses, siempre me había agradado su aroma más que otro incluso antes de esta mierda romántica, y probablemente ahora mi sueño culposo estaba siendo realidad cuando los olores se habían vuelto una mezcla poderosa por las horas en convivencia continua de nuestros cuerpo juntos dejando las feromonas fluir a lo largo de una noche entera.

DISASTER [THIAM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora