LiamHabía cosas que detestaba de Theo, a lo largo del mes viviendo juntos, había cosas que comenzaban a sacarme de quicio, como el hecho de que acomodara mi escritorio de tareas, o quisiera mantener en orden todo lo que estaba a su alcance, o tuviera que ser simplemente muy puntual para la escuela. Simplemente era todo un fanático del control.
Detestaba la forma en la que se volvía quisquilloso y molesto cuando se trataba del orden, cuando resolvía mis lápices de colores o movía de lugar mis libros, detestaba que recogiera mi ropa, que acomodara mis sudaderas de lacrosse, odiaba la forma en la que le ponía la tapa a la pasta de dientes o me despertaba en las mañanas, detestaba la manera en la que me arrastraba por los pasillos para llegar temprano a clase.
Odiaba cuando me ignoraba en la clase de biología, cuando no leía las notas o respondía los dibujos que dejaba en su libreta, detestaba que en historia se durmiera y luego me copiara los deberes, no era un total fanatico de Theo, porque siempre supe que tenía un total descomunal de defectos detrás de el, apilados unos sobre otros, como cuando sorbía de sus batidos demasiado fuerte, o la cosa rara que hacía con sus dedos.
Theo era una persona que ciertamente no era perfecta, que lo parecia, pero si lo observabas bien, notarías que no lo es, no cuando era molesto, idiota, sarcástico y completamente con un complejo presumido, notarías que se cree superior a ti, o notarías que es burlón y quisquilloso cuando las cosas no salen como quiere, notarías que tiene un problema con el perfeccionismo y notarías que es un idiota gigante, que no tiene un humor agradable, es odioso y simplemente un dolor de trasero.
Luego estaban las cosas buenas, como el hecho que luego del viaje a Miami Beach, Theo había estado más abierto en cuanto a sus sentimientos y pesares, lo cual era mucho mejor, hacía mucho más fácil comprender todos los asuntos y arreglarlos con conversaciones simples, me dejaba con un buen sabor de boca saber que Theo estaba poco a poco derrumbando sus paredes para dejarme entrar a su lugar seguro, poco a poco dejando ver sus inquietudes e inseguridades, porque regularmente pensaba demasiado y eso lo hacía volverse loco, pero ahora solo lo decía y hacía preguntas y podía lograr que su mente se apaciguara.
Estaban esos aspectos que dejaban mi corazón latiendo rápidamente, como su sonrisa y la risa que soltaba, la manera en que me decía hechos científicos con ese tono de suficiencia en su voz, la forma en la que su rostro se pintaba cuando hablaba de cómics nerds que amaba, la única manera en la que soltaba idioteces que te hacían reír por lo malas que eran, o incluso la responsabilidad y dedicación a sus nuevas actividades, en cómo era tan inteligente, lo bonito que podía ser somnoliento.
Theo no era agradable, era mucho mas encantador, porque podías enamorarte fácilmente de alguien como el, si no lo conocías bien, porque cuando estabas llegando a conocerlo bien, era muy difícil amarlo, más aún cuando era inseguro de si mismo, levantaba esas grandes paredes y comenzaba a ser doloroso quererlo, porque se comportaba como un escudo.
Era fácil enamorarte de el, tan inteligente, sarcástico y burlesco, era fácil querer a alguien como el, a alguien que era tan honesto, que podía ser brutalmente coqueto y estupido a la vez, podrías quererlo tan fácil porque siempre cuidaba de ti y se preocupaba aún más de lo que dice no hacerlo, lo difícil era poder hacerlo sin sentir que no Hacías lo mismo por el. Él no hacía la tarea fácil, pero ahora lo estaba intentando.
Podías enamorarte de él porque robaría una hamburguesa a un hombre calvo para defender tu honor, y luego te daría la mitad de ella.
Luego de descubrir que dormir conmigo lo dejaba dormir mejor, Theo había estado activamente durmiendo mucho, estaba obsesionado con dormir, se había convertido en probablemente un hobbie para Theo.