DESASTRE Z [El Comienzo de Todo]

CAPITULO 2

Mientras conducía a toda velocidad podía observar a varias personas como yo pedirme ayuda o algún aventón mientras algunas escapaban otras estaban siendo atacadas por esos seres que parecían de película, pero yo solo tenía cabeza para mí familia en ese instante.
Llegando a mi casa, salgo del auto sacando las llaves y guardando las en mi bolsillo de atrás. Abro las rejas de mi casa para luego cerrarla con seguro y dirigirme a la entrada de la misma.
Observo mi alrededor, por lo visto está todo en orden, el jardín intacto, las cocheras cerradas solo con el auto de mi mamá afuera, las ventanas no están rotas. Entro a la casa, lo primero que veo es la gran sala de estar con el patio de fondo. Camino hacia la derecha donde está la escalera para ir en busca de mis hermanos a sus habitaciones, paso por el pasillo y veo un rastro de sangre dirigirse a sus cuartos, mi mente solo me da imágenes de ellos muertos como todas las personas afuera... Es inevitable no llorar. Abro la primera puerta que es de mi hermano mayor, su habitación ordenada y apestando a sudor es lo único que veo, buscó la siguiente de mi hermano menor. Encuentro su consola de juegos encendida con la partida en pausa, alguno que otro libros tirados en su escritorio pero nada fuera de lo normal. No entro a mi habitación y me voy hacia el cuarto de la menor, apenas abro la puerta salen los cuatro sirvientes de la casa convertidos en en, ni siquiera se que son pero están como todo el mundo. Retroceso y corro escaleras abajo en busca de algún arma o la primera cosa que vea para entregarles en la cabeza, uno me tira del cabello y caigo pero solo lo pateo para alejarlo, los otros tres caen con el que acabo de patear, entrando a la cocina agarro el cuchillo más grande que encuentro y por orden de llegada los voy matando, son torpes pero fuertes intenté darles en otras partes del cuerpo pero ni sé inmutan solo es darles en el cráneo o quitarles la cabeza. Escuchó ruidos arriba y voy corriendo sujetando muy fuerte un cuchillo en cada mano. De nuevo en el pasillo voy caminando en silencio revisando todo otra vez, dejando mi cuarto para el final cuando voy abrir mi puerta. Alguien la abre primero y me tiran toda mi ropa. Junto mis cejas confundida y escucho a mi hermana menor decir.
Melanie: Ya no hay más ropa, ¡Agarra los tacos! —Le grita a mi hermano que sin verme, voltea agarrando los tacos y lanzando un par hacia mí—

— OUCH, ¡BASTA..! ASÍ QUIEREN MATAR A ESAS COSAS? PAR DE IDIOTAS... —Les digo grito enojada pero al mismo tiempo llorando por verlos vivos.
Ambos gritan mi nombre y corren a abrazarme, ambos llorando y la menor no sin dejar de temblar por lo asustada que está. Les correspondo el abrazo sin soltarlos, queriendo que este momento dure para siempre.

Santiago: ¿Cómo- Cómo es posible que estás viva? —Es el primero en hablar sentándose en mi cama.

—Ni yo misma lo sé, fui de emergencias a qué atiendan a Fran cuando todo comenzó, lo perdí de vista y lo primero que hice fue regresar a casa —Digo mientras camino con mi hermana abrazada a sentarme en medio de los dos, abriendo mis brazos para tenerlos a los dos muy cerca a mi, como si alguien me los fuera a arrebatar.

Melanie: Yo tenía mucho miedo... Juan el jardinero regresaba de pasear al perro cuando lo mordió una de esas cosas en la entrada, soltó al perro que salió atacandolos. Logró cerrar la reja y Esther que estaba conmigo en la cocina lo vio sangrando trajo la caja de primeros auxilios mientras yo solo observaba como iba cambiando de color de piel y sus ojos se volvían blancos, le dolía así que solo gritaba retorciéndose en el piso. Fui en busca de Esther totalmente espantada por lo que estaba presenciando, ella me dijo que esperará sentada desde el comedor mientras ella trataba de ayudarlo. Pero fue en ese momento que se agachó que Juan ya había cambiado, y se levantó comenzando la a atacar. Grité que se detuviera pero no me hizo caso, llame a los otros dos sirvientes para que los detengan pero paso lo mismo con ellos, cuando bajo Santiago a ver lo que sucedía vio que estaba en estado de shock, solo me arrastró sin dudarlo hacía arriba, vio que nos estaban siguiendo y tiro su celular con el volúmen al máximo llamando su atención de todos hasta el final del pasillo, mientras nosotros nos encerramos en tu habitación... —Termina de contar limpiándose sus ojos que dejaron escapar un par de lágrimas, les doy un beso a ambos en sus cabeza.