Doce

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Chanyeol se encontraba cortando leña para su casa mientras el sol se levantaba en el cielo; limpia su frente llena de sudor con su dorso y luego tensa sus músculos para dejar caer el hacha en otro tronco. Pensaba en llevar algunos para Baekhyun.

Sonríe al recordar al pequeño y deseaba poder pasar más tiempo a su lado, pero sabía que no podía ya que temía que el pueblo hiciera algo contra él. Dejo de pensar en ello y prefirió concentrarse en la leña frente a él.

En cuanto terminó fue a dejarla a su casa y se tomó un baño ya que se encontraba apestando. Cuando bajo a comer con su familia, se encontró con unas miradas bastante extrañas por parte de sus padres y hermanos.

—¿Sucede algo? —pregunta mientras se sienta frente a la mesa para tomar sus cubiertos. 

—Hijo, queremos hablar de algo contigo, —empieza su madre de una manera algo cautelosa como si fuera a decir algo malo.

—¿Sobre qué? —pregunta sintiendo algo agrio en su estómago.

—Algunas personas te han visto por el bosque, —dice su padre un poco más severo.

—Bueno, es normal, vivimos alrededor de uno y cazó ahí, —suelta una ligera risa aunque guardó silencio cuando vio que todos estaban serios.

—Te han visto cerca de las viejas cabañas, —continúa el padre. 

Chanyeol se congelo en ese momento y su sangre bajo a sus pies de golpe, siempre había sido cuidadoso para que nadie sospechara y ahora escuchaba eso. Ni siquiera podía pestañear en ese momento, pero trato de calmarse y respiro profundamente.

—¿A dónde quieren llegar? —pregunta entrecerrando sus ojos.

—¿Te estás viendo con aquel ser maldito? —pregunta de manera directa su hermana, propio de ella. 

—¿Qué? No entiendo de qué hablas, —frunce su entrecejo aparentando desagrado, —jamás podría si quiera acercarme a él, simplemente me enoje porque el líder le estaba enviando carne gratis así que fui a reclamarle y estaba con mis compañeros, —explica bastante ofendido.

—Uhm… ¿Seguro no quieres decirnos nada más? —su padre lo mira directamente a los ojos. —Sería peligroso que estuvieras demasiado cerca de él.

—Padre, él me da mucho asco, es un ser repugnante, —se levanta golpeando la mesa con sus palmas, —¿Cómo se atreven a culparme de algo así? 

—Ya, cálmate, —le dice el mayor, —simplemente son rumores, pero trata de no perderte demasiado tiempo. No queremos que la gente siga con ello, —habla de manera más severa.

—Yo no tengo nada que ocultar. La gente habla porque no tiene oficio, —desvía su mirada a su plato para luego hacer una mueca con su boca. 

—Eso espero, —finalmente termina de hablar su padre.

Luego de eso todos empezaron a comer, pero había aquella tensión en el ambiente que provocaba incomodidad. A Chanyeol ya se le habían ido las ganas de comer porque le sabía a arena. Ahora tenía más difícil poder visitar a su pequeño… Le dolió haber dicho todas esas mentiras a su familia, él jamás sentiría asco por aquel pedacito de amor tembloroso.

Al día siguiente decidió salir de su casa para pasear un rato por el pueblo, se sentía demasiado vigilado con su familia alrededor. Mientras caminaba pensando en lo que pasaría con su relación con Baekhyun, vio algo que lo hizo sonreír; una corona alta que sujetaba un velo largo de color azul celeste al igual que los ojos del omega.

Tocó la suave tela y quiso comprarlo para él, así que lo hizo. No tenía porque darle cuentas a nadie de lo que hacía o dejaba de hacer. Fue algo costosa, pero no le importó.

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