Diesiseis

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La mañana saludo al pueblo con una lluvia torrencial que formaba pequeños arroyos en el suelo; era gris y fría así que la mayoría de personas prefirieron quedarse en su casa. Sabían que pronto llegaría el invierno.

Chanyeol había seguido sintiéndose incómodo cuando su familia estaba a su alrededor, pero trato de no prestarles atención así que se quedó en su habitación junto a su ventana comiendo panes dulces y calientes junto a una taza grande de chocolate humeante.

Cierra los ojos viajando mentalmente hacia la cabaña junto al río donde seguramente su pequeño amor se encontraba descansando, sonríe imaginando que lo abrazaba debajo de las mantas mientras acariciaba su piel y se embriagaba en su aroma dulce.

Suspira cuando una ráfaga de viento entro a su habitación enfriando su cuerpo; abre sus ojos viendo a algunas personas corriendo de un lugar a otro para escapar de la lluvia. Levanta su mano a modo de saludo cuando una de sus excompañeras de escuela le saludo.

Él no era muy amigable, pero tampoco era grosero; recuerda a la pequeña Minha, siempre andaba detrás de los niños alfas diciendo que ella iba a ser su omega. Era un poco irritante, pero no era mala persona.

Lo malo de la chica es que era bastante fácil, no porque él juzgará eso, sino porque ella se solía enamorar, era demasiado ingenua creyendo las promesas falsas de los alfas así que debido a su reputación ningún alfa la quería para algo serio, nadie quería a un omega que pasó por medio pueblo. 

Respecto a él, nunca le atrajo la niña, era demasiado… dulce, se sentía empalagado cuando estaba cerca de ella, pero nunca había dejado que le faltaran el respeto ni a otro omega. Solo deseaba que hubiera un alfa que la amara para que se enlazará y fuera feliz.

Ella se marchó abrazándose a su abrigo mientras la lluvia la empapaba, no entendía porque había salido sin algo que la protegiera. Dejo de pensar en ella cuando escucho un relámpago que casi provoca que tire su bandeja de panes al suelo.

Los días anteriores había buscado en la biblioteca algún pueblo que no tuviera creencias idiotas y que recibiera extranjeros, pero no había encontrado. Al parecer era común relegar a las personas que nacían con marcas, con ojos de diferente color o con los genitales de hombre y mujer, él no conocía sobre eso último; aunque era peor si nacían con alguna discapacidad ya que su madre se convertía en lobo para devorar al recién nacido.

Necesitaría más tiempo para poder encontrar un lugar, sin embargo tenía miedo del líder, no quería darle la oportunidad de seguirle haciendo daño a Baekhyun. No quería terminar arrancando el cuello de aquel alfa porque sino él mismo moriría y su familia también.

En cuanto bajo al primer piso para dejar la bandeja y la taza en el fregadero para lavarlo se sintió tranquilo escuchando el agua fluir, sin embargo se tenso cuando escuchó unos pasos detrás de él, era el aroma a romero de su madre.

—Buenos días, —saluda él mientras coloca las cosas donde eran.

—Necesito hablar contigo, —dice ella con un semblante serio.

—¿Pasa algo? —frunce su ceño viendo como ella estaba seria.

—Solo sígueme, es importante, —dijo ella antes de dar la vuelta para ir a la sala.

Chanyeol no entendía que podría haber hecho ahora para que su madre actuará así, pero decidió obedecer y simplemente seco sus manos para seguir a la mujer.

🌹

Baekhyun había sacado un par de baldes al jardín para que estos se llenarán de agua de la lluvia; estaba feliz ya que se ahorraría ir al río. Incluso se quitó la ropa y saco el jabón y shampu en barra que le había traído Chanyeol, para luego empezar a bañarse debajo de la lluvia, era frío, pero podía soportarlo.

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