Extra

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Baekhyun estaba feliz recogiendo los juguetes de madera que su niño había dejado tirado, le encantaba ver a su bebé feliz jugando; ya habían pasado dos años desde que llegaron al pueblo de su antigua amiga, Sanha. Ahora podía salir sin problema y aunque seguía usando su velo por hábito, cuando hacía calor simplemente lo dejaba en casa y nadie lo miraba raro o con asco en la calle; de hecho, se llevaba bien con sus vecinos, dos de ellos siendo Kyungsoo y su alfa.

―Baek, no hagas eso, ―escucha la voz preocupada de Chanyeol.

―No te preocupes, no pasa nada, ―sonríe tratando de calmar a su alfa.

―Ven acá, ―toma con facilidad a Baekhyun por la cintura para levantarlo y llevarlo a un sofá donde lo sentó. ―Estás embarazo y no quiero que les pase nada, yo recogeré los juguetes, ―deja un beso en los labios dulces de su omega para luego empezar la labor inconclusa.

―Eres muy sobreprotector, ―se ríe para luego girar los ojos y se echa en el sofá mientras su bebé jugaba con una pequeña carreta que su papá le había hecho.

Chanyeol cuidaba cada paso de Baekhyun porque era el segundo embarazo de Baekhyun y aún se sentía culpable de no haber cuidado bien a su omega en el embarazo anterior; no quería que su pequeño vuelva a estar en peligro así que él se encargaba de todo. Aunque tuvo que calmarse cuando no quiso que el omega haga cosas como cocinar o atender a su hijo ya que había querido contratar a alguna beta y Baekhyun se enojo diciendo que no lo trate como a un inútil.

El abdomen de Baekhyun aún no era tan grande así que el omega seguía haciendo su rutina normal, pero algo molesto en ocasiones ya que Chanyeol parecía una garrapata estando todo el tiempo encima de él; era decir, no le molestaba que su alfa lo cuidará, pero lo sentía exagerado en ocasiones, además que a veces se encontraba estresado por el cuidado del bebé y justo Chanyeol venía a querer ayudar, pero en realidad solo le hacía sentir como si no fuera capaz de cuidar de su cachorro.

―Ven acá, mi amor, vamos a que comas tu merienda, ―Baekhyun se levanta para amarcar a su niño.

―Espera, yo- ―Chanyeol guardo silencio cuando vio la mirada afilada del omega, ―omega testarudo, ―murmura entre dientes.

Baekhyun había preparado unos bollos rellenos de salmón que Chanyeol había pescado, lo partió en pequeños pedazos para luego darle de comer con cuidado. Yeolsuk mastica lentamente ya que le encantaba saborear todo lo que su mamá cocinaba, luego cuando terminó de comer recibió un beso en su mejilla así que gorgojeo feliz.

―Vamos a bañarte, ―despeina su cabello. ―No, Chanyeol, yo soy lo suficientemente capaz de bañar a Yeolsuk, ―lo mira atentamente cuando el alfa abrió la boca para hablar.

―Bueno, ―rueda los ojos, ―no me gusta que hagas todo tu solo, ―coloca una mano en el hombro del omega, ―sé que eres capaz de lo que sea, pero soy tu compañero de vida y me gustaría poder ayudarte, ―abraza su cintura.

Baekhyun se quedo en silencio por un momento y luego suspira mientras su hijo juega con una pelotita que había estado en el mesón; deja caer sus hombros para luego darse media vuelta viendo a su alfa.

―Lo sé, es solo que... ―desvía la mirada, ―toda mi vida me he sentido como un inútil, dependiendo de otros para no morir, ―levanta la mirada hacia Chanyeol, ―pero supongo que es cierto, ―sonríe levemente. ―Si deseas, recoge la ropa para doblarla y guardarla; la cena ya está hecha.

―Bien, ―asiente y luego besa la nariz de su omega. ―Serviré la cena también.

Baekhyun fue al cuarto de baño de su hijo donde estaba una tina alta para que no tuviera que agacharse y quito la ropa de su hijo para meterlo en el agua tibia. Chanyeol dejaba varios baldes de agua en el patio para que el sol la calentara con el transcurrir del día y en la noche la usaban para bañarse.

Velo del Destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora