Veintiuno

2.9K 357 88
                                    

Esa mañana Baekhyun fue a doblar la ropa que había recogido la tarde anterior, se encontraba sentado pensando en que debió haberse quedado en su antiguo hogar, aunque sinceramente no sabía si podría vivir con saber que el padre de su bebé estaba haciendo una vida aparte tan cerca de él y su cachorro; pensaba que le dolería en el alma cuando su pequeño supiera que su papá prefería estar con otra familia que con ellos, pero era mejor a vivir con un maltratador asesino. 

Aunque no era notorio, se había fijado en que su pequeña pancita tenía una leve curva, acaricia su piel pensando en que era tan feliz de saber que estaba albergando vida en su cuerpo… un cachorro que el amor de su vida dejo fecundando en él. Suspira mientras dobla una camisa, ahora que lo pensaba, el aroma de JoonGi comenzaba a marearlo de mala manera.

Luego de terminar, fue a preparar el almuerzo; después de un rato pudo percibir aquel aroma a mandarinas y luego escuchó como la puerta se abría. Nunca pensó que él le había estado mintiendo todo ese tiempo, ahora se sentía tonto por haberle creído, por haber caído entre todas esas palabras bonitas.

—Hola, pequeño, —saluda JoonGi mientras lo abraza por la espalda y luego besa su nuca.

A Baekhyun le había comenzado a dar asco los besos del alfa, la sensación de su saliva fría sobre su piel era sumamente molesta, sin embargo lo aguantaría por ahora; sabiendo lo que JoonGi había hecho antes, no haría nada que lo pusiera en peligro.

Sin embargo, cuando la mano de JoonGi se metió por la falda de su vestido para acariciar su muslo fue donde sintió arcadas, respira profundamente y se separa para coger el aceite que estaba en la esquina.

—¿Algo que contar? —pregunta Baekhyun intentando actuar normal.

—Lo normal, —se encoge de hombros algo hastiado mientras recarga su cadera contra el mesón, —trabajar y trabajar, —se encoge de hombros mientras coge una manzana para darle una fuerte mordida.

Baekhyun solo asiente para luego comenzar a cortar las verduras, mientras el filo rebana el tomate en su mano, se imagina a sí mismo tomando aquel objeto y clavandolo en el pecho del alfa, pero luego sacude levemente su cabeza. Él no era un asesino.

Ambos comieron en silencio y luego JoonGi salió diciendo que debía hacer algo, Baekhyun por su parte también salió para encontrarse con Kyungsoo. Este se encontraba con su niño en aquella parte del bosque donde habían estado la última vez, estaban lejos del pueblo.

—¿Listo? —pregunta Kyungsoo mientras deja a su niño comiendo una paleta roja de miel.

—Sí, —asiente mientras comienza a quitarse la ropa quedando completamente desnudo.

Kyungsoo hizo lo mismo y luego los huesos de ambos comenzaron a crecer, romperse y acomodarse mientras su piel se partía dejando un manto ligero de sangre sobre el pelaje. Baekhyun se imponía en elegancia con su color blanco mientras que Kyungsoo impartía un seductor color rojo que haría babear a cualquier macho alfa que pasará cerca de él.

Eran más pequeños que los alfas como era natural, así que no podrían nunca cazar un oso o un alce, nada demasiado grande, pero tenían más agilidad para poder atrapar animales rápidos o escurridizos.

Kyungsoo comenzó a enseñarle a agazaparse, a gruñir cuando era necesario y también a como mantenerse en silencio absoluto; lo que se le dificultó más a Baekhyun fue reducir su aroma, sin embargo ponía empeño.

Habían pasado casi dos horas y ahora ambos estaban en su forma humana, se encontraban bañándose en el río ya que se habían cubierto de lodo y hojas. Baekhyun no había podido cazar nada, pero Kyungsoo le dijo que no había problema, que era normal. Incluso a los alfas se les dificultaba cazar al principio, eso reconfortó a Baekhyun.

Velo del Destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora