A través de tu mirada

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"no me quieras como yo te quiero. Porque aunque me gustaría, no te lo recomiendo. Quererte como yo te quiero duele, como un buen amor sabe doler, como duele el alma cuando ama en silencio, como duele una lágrima justo antes de nacer. No me quieras como yo te quiero amor. Mejor quiéreme de lejos, como tu bien sabes hacerlo"

-Brando. Cartas al tiempo.

Aún recuerdo como inicio todo, reconozco el momento preciso en que deje de ser quien era para convertirme en lo que soy, en lo que se observa, y sinceramente, no me arrepiento de nada, ese momento llegaría tarde o temprano y los sucesos no podrían ser detenidos por nada, el plan se puso en marcha y no le pidió opinión a nadie, ese fue el momento en que todo cambio, ese pequeño instante seria el que me volcaría de bruces contra todo lo que había evitado por años, sobre aquello a lo que más temía y así sin poder evitarlo la vida me alcanzo y me cobro una factura muy alta, cambie, deje de ser quien creía ser para ser quien soy y en quien creo firmemente ahora.

Los matices ocultos de mi personalidad, mis creencias, mi fe, todo se transformó moldeando un nuevo individuo, forjando a un hombre dentro de la desgracia, dejándole ver los tesoros ocultos ante los mortales.

Quien diría que un suceso, sería capaz de cambiar por completo a una persona, llevándola hasta el punto de parecer otra totalmente diferente.

Aún recuerdo como sucedió todo, recuerdo con suficiente claridad cómo se puso en marcha ese cambio, como engrasaba los engranes que pondrían en movimiento una oleada de emociones y sucesos que me harían ver el mundo de otra manera.

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