EL DESTINO, UN ANDÉN, UNAS BOTAS Y EL DULZOR DE SU MIRADA ENTRISTECIDA

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"cuando te vi me enamore y tu sonreíste porque lo sabias"

---- William Shakespeare


Salía tarde de la escuela, los trabajos me habían estado absorbiendo, eran los finales y aunque aún estaba en lleno semestre quería apurarme y terminarlos, era el último semestre y quería lograr sacar mi calificación, no quería dejar las cosas a medias, todo debía estar en su sitio y no quedaba mucho tiempo.

Mi amiga me observaba y nuevamente me regañaba, e preocupaba bastante que esto me hiciera más daño, aunque sabía que no lograría convencerme de nada mas, al final de todo era mi vida y yo tomaría las decisiones, me observo y supe que no estaba feliz, yo aún no terminaba

 —deberías irte, se te hará tarde y a mi aún me falta un ratito más — la idea no le parecía nada bien pero trate de ponerle mi mejor cara. 

—ya es tarde June deberías dejar esto por la paz y seguir adelante

Sabía a lo que se refería y mi mirada se ensombreció, pareció notarlo puesto que elevo las manos y se retiró, odiaba molestarme con ella, pero estaba agotada, cansada y no necesitaba mas recordatorios para saber que no podría terminar todo a tiempo, mi lista de cosas por hacer estaba inconclusa y no podría realizarla jamás, al menos no sola.

Había paso más de una hora desde que mi amiga se había ido, tome mis cosas y camine al tren, hacia días que observaba discretamente aun chico, era media semana y moría por hablarle pero me arrepentía a cada momento, no era justo para el me lo repetía una y otra vez, aunque esto me dolía aún más que no hablarle.

Llegue al andén y un rostro familiar me detuvo, llego y me abrazo, suspire y le devolví el abrazo, sabía que no podríamos enojarnos, pagamos y entramos, mi vista vagaba por el lugar en busca del chico, Coss lo noto, ella sabía que no era casual que declinara el llevar el coche a la escuela, le encontré recargado en la pared, nuestras miradas se encontraron un segundo, mis labios tiraron tímidamente hacia arriba en el intento de una sonrisa pero Coss me jalo disimuladamente el brazo, sabía que diría, yo misma me lo decía a diario.

—basta, sabes que no debes, será más difícil para ti, y para él.

—vamos, el me gusta y no hay ni siquiera una posibilidad de que yo le guste— ella negó con la cabeza y suspiro.

—sabes que no es verdad, le gustas, te sigue viendo, no deja de voltear esperando que vuelvas a verle, apuesto que si le sonríes él lo hará también— gire mi rostro disimuladamente y le vio observándome, sonreí tímidamente y el sonrió de vuelta.

—ves, le gustas june, por favor no te lastimes y o le hagas daño, ninguno lo merece, te amo, lo sabes pero no puedo fingir que todo está bien — su voz se quebró al final de la oración, le tome el brazo temiendo que llorara, no quería que nadie se enterara de lo que sucedía, menos el chico del tren, pues si era verdad lo que Coss decía, él tendría que terminar mi lista, él era mi destino, creí que no podría llegar al final y lograr mi cometido, pero el apareció para salvarme.


* * *


Los días pasan y yo empeoro, sabía que así seria cuando deje los medicamentos pero era lo mejor, odiaba esa versión de mí, odiaba sentir como dejaba de ser útil, podía lidiar con el cansancio y el dolor en casa, tome papel y mi pluma favorita y me dedique a escribir, tarde todo el día, escribía y botaba la hoja, eran ideas tontas, logre formar una carta decente y le suplique a Coss que me ayudara, sería la última vez, después de mucho rogar acepto, solo faltaba un intermediario más y esperar.

El guardia fue fácil, le explique todo y asintió, era un hombre sabio, había hablado con el antes, pero cuando sucedió todo me aleje de la gente, ahora entendía porque yo estaba dispuesto a ayudarme, solo esperaría y Coss le avisaría.

Pague y entre al andén, escuchaba música cuando le vi llegar, el tren llego y abordamos, el camino fue mágico, él me sonreía, me arrebataba sonrisas, pero en realidad no podía resistirme, era hermoso, me dolía pensar en que no podía ser mío, sabía lo que pasaba y me odiaba por hacerlo, pero no podía dejarlo, el me gustaba, y así con simpleza supe que era más que un simple gusto, él también lo supo.

Las estaciones pasaban el no bajo, se quedó hasta el final, bajamos juntos casi rozándonos, deseaba hablarle, no era correcto, pero si él me hablaba podría contestarle, técnicamente no estaría quebrantando mi regla, aunque eso jamás paso.

El sol se ocultaba tras el horizonte y moteaba su rostro con destellos rojizos, era una obra de arte, era un espectáculo digno de admirar, sin duda podía tachar eso de la lista, ver una belleza natural, él era eso, eso y mucho más.

No volví al tren, el cansancio y el dolor impregnaron mi cuerpo, el conocimiento iba y venía como la luz del sol. Coss se presentó con el guardia, la señal se dio, todo estaba en marcha, y yo estaba lista....

Más allá, sobre el firmamento, le volvería a ver

Y tal vez, el me estaría buscando...


A través de tu miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora