onceavo dia

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"él había puesto tres puntos suspensivos en la historia... Ella borro dos"

-anónimo


El amanecer llego como un intruso, alegrando con su brillo todo a su alrededor, me sorprendió sentado en los mosaicos de mi piso a un costado de la cama, viendo hacia el pequeño balcón de mi habitación, justo como la noche anterior.

La noche había llegado y partido sin apenas inmutarme, no lo note, me había quedado perdido en el limbo, como un niño pequeño y no sabía a donde ir, estaba estancado y temía moverme, temía seguir porque eso lo volvería real y si era real, estaría muerta, si estaba muerta no lo soportaría, le amaba y ya no estaba.

Mi celular sonó obligándome a volver, conteste y apenas logre articular una disculpa, era óscar, el silencio se instaló en la línea sin duda noto que me sentía mal.

----dime que pasa, puedo llegar a ti en veinte minutos, solo dime que estas bien--- la preocupación invadía su voz

----estoy bien, solo...---mi voz se quebró, el habla me abandonaba

-----imagino que paso, ¿estás bien?, todo estará bien, la vida sigue, debes seguir, levantarte y continuar----- óscar no sabía lo que pasaba en realidad, sabía que era una mujer, creía me había abandonado, estaba casi en lo cierto, me había abandonado, pero lo había hecho porque había muerto y eso él no lo sabía.

------gracias---- susurre apenas de manera perceptible, unas pocas palabras más, él se encargaría de que me disculparan el día y asegure me presentaría el día siguiente.

Apenas solté el teléfono me perdí nuevamente, escondiéndome de mi temor, de esa realidad desgarradora que amenazaba con destruirme por completo.

No pude más, debía enfrentar la realidad, saber si era cierto, me cambie sin animo alguno y salí al centro, tome un autobús y espere, el trayecto me dolía, abría de apoco la herida, esa que jamás sanaría.

Llegue a las calles del centro, mi paso acelerado me llevaba hacia la estación esperando encontrar la respuesta a todo esto, desenado que todo fuera mentira, sin duda debía serlo, entraría al andén y la vería tan hermosa como siempre, si, ahí estaría esperándome, negándose a abordar solo para verme, para permitirme observarla.

Llegue al andén, apenas había notado lo que me rodeaba, era la primera vez que pasaba por el centro sin admirarle, la primera vez que no veía la festividad típica del mexicano, mi corazón estaba de luto y me negaba ver más allá de eso.

Mi mirada viajo, buscándola, buscando respuestas, no estaba y las respuestas tampoco, el vigilante me vio y negó, aun así me acerque,

-----dime, dime que no es verdad, dime que le has visto estos días, por favor... por favor... apiádate de mí, ella debe estar aquí...por favor...Qué es lo que sabes---- grite y caí de rodillas ante él, las lágrimas volvieron y en un sollozo me deje caer ante el hombre, sin duda las personas nos observaban con curiosidad, eso era lo que menos me importaba.

-----Nada--- susurro y su mirada vago por el andén buscando respuestas, algo que pudiera servirme de consuelo.

-----solo sé que ya no está, el ultimo día que le vi me entrego ese sobre, me pidió que llegado el momento y si era necesario te lo entregara, te señalo cuando no veías, te describió y no me dejo opción, le pregunte como sabría que era el momento, dijo que me avisarían... así fue, ----- se sentó a mi lado aun viendo hacia el andén.

------su amiga me lo pidió, ella vino y me dijo que era el momento, me agradeció lo que hacía por ellas y se fue, lo lamento----- su voz se enterneció ayudándome en mi pena, no me compadeció, reconoció el dolor que me afligía y me invito a soportarlo como un guerrero.

Volví a mi casa, no soporte subir al tren y volví andando desde el centro hasta mi casa, el trayecto era largo, cuando llegue pasaban las doce de la noche, me había pasado todo el día caminando, recordándola, pensando en todas esas veces que quise hablarle y no lo hice, sabiendo que rompería la promesa que me había hecho, era la segunda vez que rompía una promesa, y las dos las había hecho por ella.

Entre en la oscuridad de mi hogar, se sentía vacío y lúgubre, no pude más y me derrumbe, deje salir todo, grite, maldecí, le maldije y le llore, le amaba y le odiaba por lo que paso, odiaba la vida por jugar así conmigo, por ser tan injusta con ella, odiaba al destino ese que me mostró su existencia solo para burlarse de mí en la cara, odiaba todo, pero sobre todo me odiaba a mí mismo por haberle perdido.

Deje que el llanto desgarrara mi alma, que le consumiera, me abandone al dolor que me estaba consumiendo poco a poco y no comprendía como en tan poco tiempo una persona me podría llegar a hacer sentir así, como se había logrado meter bajo mi piel, como me había hecho suyo con solo miradas y sonrisas, como marco mi final con un dulce beso que se deslizo por la carne de mis mejillas, no entendía como podía amarla así, sin mediar siquiera palabras, y así también sabía que le conocía como si la vida se me fuera en ello.

Llore, no sé cuánto tiempo lo hice, ahí tirado en el suelo de la sala, y cuando por fin sentía que el dolor cesaba por momentos supe que necesitaba consuelo.

Cogí el teléfono y marque, el sonido de espera sonó en mi oído, cada sonido marcaba el compás de mi latir, cada pitido me envolvía mas en la desgracia y la soledad.

Su voz me envolvió, le salude y su voz se mezcló de desconcierto, le dije quién era y le escuche llorar, le dije lo que pasaba, le conté cada detalle desde el día que le vi, mi madre era una mujer sabia, me consoló, escucho todo sin interrumpir, le conté de ella, de su risa, de su voz, de sus ojos y de esa sonrisa que me enamoro, le conté todo y ella entendió, me hablo de su amor, de su perdida, de mi padre, de mí, de cómo debía seguir a delante, de cómo la vida le encontró un nuevo amor, uno que no era como el anterior, uno que le permitió amar a ambos sin restricciones ni medida, nos despedimos sanando esa grieta que nos había separado tanto tiempo con la promesa de vernos en verano, sin duda así seria.

Ella me abandono, pero me reglaba la unión con mi madre, su perdida me acerco a ella, me regreso ese lazo que yo había soltado hacía tiempo, ella me había dejado pero yo le amaría siempre.

A través de tu miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora