Capitulo 14

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Mia, ¿qué opina de estos ?Anastasia se llevó los pendientes a las orejas.
   Mia Grey la miró y la gravedad de sus ojos grises se pareció mucho al habitual de su padre.
--- Son muy bonitos-- dijo educadamente.
--- Vamos, ¿ qué opinas de verdad?
Después de dos días y medio en compañía de la chica,  Anastasia había descubierto que la única manera de romper ese muro de Educación era atacarlo violentamente.  Estaba muy lejos de ser la aburrida y mimada niña rica que Anastasia se había imaginado.  La hija de Christian Grey había demostrado ser un adolescente tranquila, respetuosa y bien educada.  Ciertamente,  tendía a tomarse la vida demasiado seriamente.  Le recordaba mucho a sí misma a su misma edad.
--- Bueno,  son un poco llamativos. ---¿ Verdad ? Hacen juego con el vestido.  Me los me los quedó ---le dijo Anastasia a la dependienta.
Entonces oyó una leve suspiro a su lado.
--- Parecen muy pesados.  No te lo vas a poder poner hasta que no tengas bien los agujeros de las orejas.
  Ciertamente, era digna hija de su padre, veia los problemas antes de que se produjeran. Ahora fue Anastasia la que suspiró.
---Oye, ¿ no quieres que te perforen las orejas a ti también?
----Uh, no , gracias.
----¿ Por qué no? Muchas chicas más jovenes que tú llevan agujereadas las orejas. Está muy de moda.
----No creo que le gustara a la abuela. Y en mi colegio no se permite llevar joyas.
----La señora Jerome te lleva dos  generaciones y, por supuesto, tenéis gustos distintos. Y,  con respeto al colegio, te quedan dos semanas para volver. Para entonces, te podrás quitar los pendientes durante el dia. Y , si decides que no te gusta como te quedan o te causan demasiados problemas,  siempre te los puedes quitar.
---- Mi madre tenia las orejas perforadas
--dijo Mia de repente, echándole un vistazo a los pendiente más clasicos---. Tenia montones de pendientes. Papá me guarda todas sus joyas en la caja fuerte.
----Bueno, ya lo ves, ¡ es el destino!
----A lo mejor deberia preguntárselo antes a papá.
---Creo que ya eres suficientemente mayor como para tomar decisiones como esta por ti misma. Son tus orejas, no las suyas.
   Mia se rió y, por primera vez, pareció una autentica adolecente en presencia de Anastasia.
----Él tendria un aspecto curioso con pendientes.
----Oh, no lo sé--dijo Anastasia haciendo como si se lo pensara seriamente--- . Depende de con cuales.  Un aro de oro en una oreja y otro en la nariz le podrían dar un aspecto más vivo al viejo. ¿ tTú qué opinas?
----Nadie le dicw a mi papá lo que tiene que hacer.
----No te lo creas, chica. Le gusta que pienses que es omnipotente. La verdad es que somos las mujeres las que dirigimos el mundo. La señorita Broadbent, por ejemplo. ¡ Ella se pasa todo el tiempo diciéndole lo que tiene que hacer!
--- Solo porque es ella la que le organiza las actividades diarias .
----Oh,  eso  es lo que él se cree.  Ni siquiera se da cuenta de que es una marioneta en sus manos.  ¡La pobre marioneta de una mujer !
   Ambas se rieron , pero luego Mia  le dijo insegura:
----Realmente no crees que mi padre sea viejo, ¿verdad?
----Bueno, ya no es exactamente un jovencito. Pero no es viejo. Y está muy en forma y lleno de energia.
---Si, ¿verdad? Necesita muy pocas horas de sueños. Sólo cuatro o cinco horas cada noche. ¡ Dice que eso volvia loca a mamá! También dice que es por eso por lo que ha triunfado, porque con todas esas horas de más, no tiene otra cosa que hacer más que leer o trabajar.
   A Anastasia se le ocurrió que Christian no le iba  a contar a su hija lo demás que podia hacer con  esas horas libres, asi que dicidió cambiar de conversación.
----Mira esos pendiente, Mia--dijo señalandole unos en el mostrador---. Son perfectos para ti y no demasiado llamativos. Vamos, ¿ por qué no te perforas las orejas? No duele. Bueno, sólo un poco.
---Bueno...
Tardó un poco en convencerla, pero diez minutos más tarde salieron de nuevo a la calle con sus respectivos pendientes. A Mia le brillaban los ojos.
----¿ A dánde vamos ahora?
Mia se miró el reloj.
----Sólo nos quedan diecisiete minutos. Tal vez sea mejor que volvamos a la oficina---dijo acomodandose las gafas en la nariz----. Todavia no  hemos comido nada.
----Comprar es mucho más importante que comer. Podemos llevarnos unos sandwiches para comerlos alli.
   Entonces un coche último modelo pasó a su lado y Anastasia tuvo una idea.
----¡ Ya lo sé! Volvamos al coche.
----¿Por qué? ¿ A dónde vamos? ¿ A comprar más cosas? No tardaremos mucho, ¿ verdad?
  Anastasia se rió y caminó apresuradamente, dándose cuenta de la atracción que estaba ejerciendo sobre los hombres con los que se cruzaba.
----No, no tardaremos mucho. ¡ Sé exactamente lo que quiero y dónde comprarlo!
  No lo tenian en verde para que hiciera juego con el color de su vestido, asi que se lo tuvo que comprar en blanco, lo que, según  el aturdido vendedor, le vendria bien con cualquier color que se pusiera.
   Anastasia seguia riéndose del apuro del hombre cuando estaban entrando en el aparcamiento de la empresa y Mia se apoyaba contra el salpicadero del Porche como si esperara salir despedida por el parabrisas en cualquier momento.
----Relajate, nunca he tenido un accidente en los diez años que llevo conduciendo--le dibo Anastasia.
  Era un Porche Carrera Cabrio. Habian hecho el viaje con la capota bajada y su cabello se habia revuelto de la misma forma que sentia su espiritu.
---- Si, pero nunca antes habias conducido un Porsche.
   Anastasia se volvió a reir.
----¿Viste la cara del vendedor cuando le dije que lo queria cambiar por mi Mazda?
   El coche habia sido el de su madre y le tenia mucho cariño, pero era innegablemente viejo.
----Se pensó que estabas de broma, hasta que sacaste el talonario de cheques---dijo Mia, relajandose un poco ---Y luego, cuando le preguntaste si te hacia un descuento por pagar al contado, casi se desmayó.
----Eso sólo prueba el dicho que dice que el que se atreve, gana.
Encontraron un sitio libre y Anastasia se metió en él sin dudarlo.
----No puedes aparcar aqui--dijo Mia señalándole el letrero que decia: reservado para el director.
--- Acabo de hacerlo--dijo Anastasia saliendo del coche----. Vamos, no lleguemos más tarde de lo  que lo estamos haciendo ya.
---- Pero...
Entonces una voz de hombre les llamó la atención.
----Perdón, ¿ puede quitar el coche? Este espacio está reservado,  como puede ver por ese cartel.
   Ana se volvió y le sonríó brillantemente al irritado conductor que se asomaba por la ventanilla de un Volvo verde.
----¿Si? Vaya, qué tonta. De todas formas, el que llega el primero, se lo queda, eso es lo que he dicho siempre.
   La expresión del rostro de Christian Grey no tenia precio.
----¿ Anastasia?--exclamó mirando boquiabierto el Porsche---. ¿ De donde has sacado eso?
Anastasoa se quitó las gafas de sol.
----El hada que regala Porsche me lo dejó bajo la almohada. ¿ No crees que tengo mucha suerte?
----Lo hemos comprado ,papá-- intervino Mia al tiempo que salia del coche----. Ahora mismo...Bueno, Anastasia lo ha hecho. ¿ No es bonito? Es completamente nuevo.
---- Eso ya lo puedo ver . Este coche es demasiado potente para lo que tú necesitas.
---- Hum, me suena a un típico caso de envidia,  Christian--- murmuró  ella provocativamente y él la miró fijamente .
---- Resulta que yo no  suscribo ese mito de que un coche es una metáfora sexual.  Si yo hubiera querido tener uno,  me lo habría comprado . Pero me parece algo completamente inútil tener un coche que corre tanto cuando la velocidad máxima en la ciudad es de cincuenta  kilómetros por hora.
----Anastasia ha venido un poco más deprisa, ¿no? Casi le han puesto una multa, pero el policia que nos paró fue muy amable y nos dejó marchar con sólo una advertencia.
   Anastasia deseó que Mia fuera un poco menos sincera cuando Christian la miró secamente.
----¿Qué?
----Bueno, iba un poco deprisa en mal momento. El policia fue muy considerado cuando le expliqué que no me habia acostumbrado todavia al cambio de marchas.
----Seguro que si lo fue--gruñó Christian----. Debió preguntarse quién  estaba más fuera de control, tú o el coche.
----No estuvimos en peligro en ningún momento--respondió Anastasia acaloradamente----. Sabes que no conduciria sin cuidado viniendo Mia conmigo.
----¿ Ni siquiera para hacer una pequeña exhibición?
----Cuando se conduce un Porsche no hay que hacer exhibiciones. Eso es lo bueno de tener uno.
   Él la sorprendió entonces riéndose abiertamente.
----Es cierto. Y si, eso lo sé, por muy descuidada que puedas parecer, tu conciencia no te dejaria arriesgar la vida de otra persona. Bueno, ¿ cuánto te ha costado el flamante coche?
----Eso no es cosa tuya--dijo Ana en el mismo momento que a  Mia se le escapaba la cifra.
   Christian levanto las cejas.
----Ha sido una buena compra, ¿ no te parece?
----Si me hubieras dicho que estabas buscando un  coche nuevo, yo te lo habria conseguido mucho más barato a través del concesionario que nos proporciona los de la empresa.
----No estaba buscando nada. Me lo he comprado siguiendo un impulso.
----Un impulso--repitió él.
----Si. ¿ Sabes lo que es eso? Algo que no está planeado.
----Sí, sé lo que es. Es quitarle la plaza de aparcamiento al jefe de delante de las narices. Quita el coche de ahi, Anastasia, o llamaré al encargado para que te lo quite él.
   Sorprendida de verdad , Anastasia extendió los brazos protectoramente sobre el coche.
----¡ No lo harias! ¡ No con un Porsche!
-----Por lo que a mi respecta, no es más que un coche como cualquier otro. Y recuerda lo que te he dicho Anastasia.
----De acuerdo, sólo era una broma. Sabia que era tu coche el que estaba detrás del  mio.
----Eso ya me lo he imaginado. ¿ Por qué habeis comido tan deprisa hoy? Cuando he llegado al restaurante, no estabais. Os iba a invitar a almorzar.
  Mia intervino entonces.
----No lo sabiamos. Pero es que ayer ya nos invitaste y Anastasia dijo que no era necesario que lo hicieramos dos dias seguidos.
----¿ Si?
  Anastasia levantó la barbilla retadoramente.
----Ayer me dijiste que tu hora del almuerzo estaba muy ocupada durante el proximo par de semanas, asi que no se me ocurrió que pudieras comer con nosotras.
----Resulta que he  reorganizado mi agenda desde entonces--dijo él suavemente---. Me he encontrado inesperadamente con algo de tiempo libre.
----Entonces, es una pena que se haya terminado la hora del almuerzo. Ya sé lo escrupuloso que eres con los horarios y sé que no quieres que Mia reciba ningún tratamiento especial sólo por ser tu  hija. Sacaré mi coche y ahora mismo nos vamos a la oficina.
   Ana se tomó la inclinación de cabeza de él como un signo de aceptación y se metió en el coche.
   Lo metió en otro de los espacios vacios y salió de nuevo. Christian ya habia aparcado el suyo y estaba hablando con su hija. Cuando ella se acercó, los dos se volvieron.
----Mia me ha dicho que habeis estado tan ocupadas haciendo compras que no habéis tenido tiempo de comer.
----No...bueno, ibamos a pedir que nos subieran unos sandwiches a la oficina.
----Tengo una idea mejor. Yo tampoco he comido, asi que, ¿ por qué no tomamos juntos un almuerzo rapido y compensamos el tiempo trabajando un poco más tarde? ¿ Trato hecho?
   Poco más tarde, estaban los tres sentados a la mesa de un restaurante de lujo de las cercanias y Anastasia estudiaba la carta con verdadera ansia.
----¿ Tienes apetito?--le preguntó Christian.
----Me muero de hambre.
----Muy bien. Parece como si se te fuera a llevar una racha de viento. ¿ Qué te parece una sopa para empezar y luego algo más fuerte?
----Hace demasiado calor para tomar sopa.
  Entonces le echó un vistazo de nuevo a la carta y eligió lo que le pareció más caro de todo. Al fin y al cabo, iba a pagar él.
----¿ Anastasia? ¿ Quieres que te explique alguna cosa?
El camarero estaba esperando al lado de la mesa. Ella miró a Christian y se preguntó si se creia que era tan poco sofisticada como para no entender el francés, idioma en que estaba escrita la carta.
----Si . Me puedes explicar por qué los hombres se están quejando siempre de lo habladoras que somos las mujeres, pero insisten en interpretar los silencios pensativos como si estuvieramos confundidas.
   Luego, cerró la carta y dijo lo que queria sin dejar de mirarlo retadoramente a los ojos.
   Le encantó cuando fue él quien apartó primero la mirada. Christian miró el menú y una leve compresión de los labios fue lo único que indicó que se daba cuenta de lo que ella acababa de hacer.
----¡ Vaya! ¿ De verdad que te vas a comer todo eso?---dijo Mia, impresionada, después de decirle lo que iba a comer al camarero.
----Por supuesto que se lo va a comer--afirmó Christian, cortándole cualquier clase de retirada digna que le quedara----. Anastasia es una mujer gobernada por sus apetitos. Para mi sólo la sopa del dia y pescado a la plancha, gracias Sean.
   Luego le dio también el menu al camarero sin apartar la mirada del rostro ruborizado de Anastasia.
----¿ No es eso correcto, Anastasia?
----¿ La sopa y el pescado? --le preguntó ella malinterpretándolo intencionadamente---. Tú sabrás, ya que es evidente que vienes a menudo por aqui.
----¿ Por qué dices eso?
----Porque has llamado al camarero por su nombre.
---Lo llevaba escrito en una tarjeta de identificación. ¿ No te has dado cuenta?
   Por supuesto que ella no se habia dado cuenta.
Christian tenia la particularidad de hacerla fijarse sólo en él cuando lo tenia delante. Entonces, tomó la carta de vinos y le echó un vistazo distraidamente.
---Sé algo de lo que no te has dado cuenta--- dijo  entonces Mia a su padre.
----¿ Qué?  --le preguntó Christian dedicandole inmediatamente toda su atención---. ¿Qué te has gustado tu primera paga incluso antes de haberla recibido? ¡ Qué propio de una mujer!
   Ana parpadeó, pero Mia no pareció darse cuenta del evidente machismo de la frase. Tal vez.

Continuara

Una Rubia muy especialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora