—Mucha suerte Osamu, nos vemos en un año.— Le dió un fuerte y cálido abrazo. —No olvides llamarme solo para decirme cómo te encuentras y no olvides mandar postales, te extrañaré.El chico de mirada vacía le dedicó una sonrisa de lo más fingida, con las comisuras de sus labios casi temblando, debido al frío —Eso ya no se utiliza hoy en día, pero, gracias tío, yo también te extrañaré.
Sabía que no sería así, no sentía nada en realidad, solo quería a su amigo de vuelta y poder abrazarlo una vez más, mientras le dice lo mucho que agradece su compañía. Extrañaría todo, menos a su tío.
De camino al aeropuerto, nada se veía igual, pensando en que podría enviar postales a su nombre que quizás nunca recibiría o grabar notas de voz cada vez que se sienta solo. Nada de eso lo vería Odasaku, pero, ayudaría un poco a recoger cada fragmento de su alma que quedó esparcido en el suelo cuál cristal, por su muerte.
Una pérdida nunca es fácil y más ahora que su tío Mori optó por mandarlo lejos, en vez de hacerse cargo o lidiar con su sobrino. Pero, en parte, Dazai tampoco quería sentirse una carga para nadie, mucho menos para la única persona que le quedaba desde que sus padres murieron. Era tan agotador el hecho de tomar ese vuelo y cuidar de sí mismo en un lugar totalmente desconocido, cuando no sabía cómo hacerlo, Odasaku se había ido sin enseñarle algo tan básico como ser independiente o como seguir sin su compañía.
La noche que murió, era demasiado tarde: su enfermedad lo había matado. El castaño solo abrazó el cuerpo del pelirrojo con el suyo mientras gritaba y lloraba de lo impotente que se sentía. Aún recordaba haberse despedido el día anterior con la promesa de leerle "Stories of Osaka Life", pero el pelirrojo ya no tenía signos vitales cuando llegó.
—¡ODASAKU!— Corrió y lo tomo en brazos confirmando así que ya no respiraba —No me dejes, no aún, por favor despierta, yo...
El castaño había gritado de una manera como nunca lo había hecho en su vida hasta sentir su garganta rasgada y que no podía más. En el funeral seguía en un estado de shock, todos hablando de él como si no sintiera nada al estar en el funeral de su amigo y no llorar o soltar ni una sola lágrima, pero lo que no sabían es que no le quedaban fuerzas para seguir haciéndolo, estaba tan roto que incluso respirar le lastimaba, seguir vivo lo mataba aún más.
El vuelo a Londres era de demasiadas horas, en las cuales Dazai se la paso dormido, leyendo o escribiendo el como se sentía, para no sentirse tan solo en el proceso. Quería ser escritor, Odasaku le había enseñado lo poco que sabía de literatura y lo ánimo constantemente a serlo.
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Habían aterrizado después de varias horas, Dazai se despertó abriendo los ojos con cierto cansancio como si le pesará seguir en su propio cuerpo. Se levantó de su asiento con cuidado de no molestar a los demás pasajeros, bajando sus maletas y saliendo del avión. Dónde una vez en el aeropuerto lo estaría esperando Ango Sakaguchi, el que trataría de cuidarlo en la medida de lo posible mientras Mori no estaba.
—¿Qué tal el vuelo Dazai-kun?— Preguntaba el hombre mientras lo ayudaba con su maleta.
—Decente supongo, aunque no pude evitar notar que el clima es horrible.— Miró a través de los ventanales
—Nunca hay días soleados...Pero de igual forma deje de disfrutarlos—. Pensó esto último para si mismo.—Me alegra que el vuelo estuviera bien, verás que lograrás adaptarte.—Se acomodó mejor los lentes mirando al castaño — Solo te quedarás un tiempo, un año, según órdenes de Mori.
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No surprises - Soukoku
FanfictionDazai Osamu, era un chico de 17 años que tomaba un vuelo a Londres para irse de intercambio; se encontraba bastante deprimido debido a la pronta partida de su mejor amigo Odasaku. Todo había sido tan repentino, que no lograba asimilarlo y las ganas...