Una flor para un demonio (BrightWin)

[26] ¿𝐏𝐄𝐐𝐔𝐄𝐍̃𝐎 𝐑𝐈𝐕𝐀𝐋?

— ¡Lukie! ¡Lukie! — el niño llegaba a su casa, corriendo hasta donde estaba su irritante hermana llamándolo.

— ¡No me sigas llamando por ese nombre!

— Entonces deja de estar desapareciendo de la nada. Recuerda que tienes que ayudarme con la tienda — ella acomodaba unos floreros.

— Hermana, ya tengo suficiente con la escuela. No me quedaré horas parado frente a una tienda de flores.

— Jaja, como si fuera a dejarte solo en la tienda — le entregó un paquete con flores — No tendrás que pararte ahí, Lukie — lo miró con sonrisa macabra, como si lo que estaba a punto de decir no tuviera lugar a discusión — Ve por ahí vendiendo estás. No estamos vendiendo mucho en la tienda, así que no vuelvas hasta que las hayas vendido todas.

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— Maldición ¿Por qué debo hacer algo tan poco genial? — murmuró. En su camino pudo divisar el castillo del que tanto se rumoraba en la ciudad — Me pregunto sí ese tipo compraría todas estas flores — miraba lo que traía en brazos. Recordó al hombre sombrío que pisó la tienda aquella vez.

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— P'Bai, P'Mew ¡Hola!

— ¡Hola, WinWin!

— ¿Terminaste de estudiar?

— ¡Sep! ¡Oh! Y Win ayer hizo una pintura de todos — traía una hoja de dibujo sosteniéndola en su pecho.

— Oh, definitivamente quiero verla — el peliplateado extendió su mano para que se lo diera.

En la hoja se veían tres manchones, uno negro, uno café y otro plomo, por separado. A decir verdad, se parecían a los círculos que el niño de "Ring" (El aro) hacía. 

Mew sonrió por cortesía, en cambio Bright ensombreció la mirada.

— Ehm... Por curiosidad ¿Dónde están "todos" en este dibujo? — Mew pensó que tal vez estaban ocultos por ahí... por ahí, en algún lado.

— ¿Ah? Pues, ese negro es P'Bai — señaló.

— ¡Oh! ¿Estos manchones son gente?

— ¡Ajam! Mew es el plomo y Gulf es el café.

— Ah... ¡AH! ¡El color de nuestro cabello! Ya veo. Entonces es un dibujo visto desde arriba ¿O no?

— No, Phi ¡¡Es un dibujo abstracto!!

— Sí, pero es el color de nuestro cabello — Bright seguía mudo en su lugar, hasta que se levantó.

— ¿Bright?

— ¡¡GULF!! — el gritó sorprendió a todos. Gulf ya se encontraba en la sala en un abrir y cerrar de ojos.

— ¡¿Qué paso?! — llegó agitado y preocupado por semejante llamado.

— ¡Consigue un tutor de arte inmediatamente, no hay tiempo que perder!

— ¿Qué?

— ¡AHORA MISMO! — el rizado asintió y salió corriendo de la sala a cumplir con el encargo.