[32] 𝐋𝐀 𝐏𝐑𝐎𝐌𝐄𝐒𝐀

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¡Viejo! ¡¿A qué rayos viniste?!

¿A quién estas llamando viejo? — Aplastó su cara en el suelo — Cuida tu boca. Aun eres un niño de 200 años.

Los demás demonios miraban la escena sin decir nada, de todas formas, no podían hacer nada más que mirar. Metawin estaba paralizado. Para él, todo estaba transcurriendo como en una película, es que ¿Bright en el suelo, herido y sin pelear? ¡Ja! Eso no podía ser posible.

El de hoyuelos trató de sacar la espada que aún atravesaba a Bright en el piso — ¿Uhm? ¿Se clavó en el suelo? — puso un pie sobre la espalda de Bright y tiró con fuerza para sacarla.

¡Nhg! — más sangre salió con la espada y también de su boca.

Tómalo con calma, Vachirawit — Tiró la espada hacia atrás rápidamente, de la nada, apareció un demonio totalmente vestido de blanco que la atrapó. Era el mismo que lo acompaño aquella vez — Maldición, no has gritado ni una vez hasta ahora. Estoy aburrido — miró a los dos demonios ahí parados y sonrió alegre — ¡Suppasit! ¡Coates! Ha sido un largo tiempo el que no los veo ¡Se ven muy bien!

Los nombrados hicieron una reverencia.

Usted también se ve excelente, rey demonio.

Por favor, levántense — Hizo un movimiento con la mano, como restando importancia — Pueden llamarme Khun Nanon, está bien.

Metawin parpadeo un par de veces, saliendo de su ensoñación — ¿Rey... Demonio? — cayó en cuenta de que Bright seguía en el suelo — P'.... Bright... ¡P'Bright! — corrió hacia él y se agachó a su lado, pero no se atrevió a tocarlo, podría dañarlo aún más.

M-Metawin... Regresa a tu cuarto — Win estaba dudando — ¡Apúrate y ve! ¡¿No me oyes?!

¡De acuerdo! — iba a levantarse, pero notó a alguien a su lado. Lo miró y el contrario a él.

¿Tan importante es para ti este chico, Vachirawit? — Metawin solo podía mirarlo con los ojos bien abiertos. No le daba temor o desconfianza, pero su cuerpo no reaccionaba — Nos volvemos a encontrar, Metawin — sonrió.

¿Eh?

V-Viejo... — Bright trató de levantarse, pero solo pudo apoyarse sobre sus rodillas. Se posicionó delante de Win y estiró su brazo para cubrirlo — Solo intenta poner un dedo en él ¡Y te cortaré en pedazos! — escupió más sangre.

¿Tú? Te ves en un problema, no deberías sobreexigirte — aún mantenía esa sonrisa en su rostro — ¿No sabes que mi espada suprime los poderes curativos de los demonios? Es por eso que no sanas. Probablemente esa herida sane a velocidad humana — se levantó — Chimon, tráelo — Nanon sostuvo la espada y abrió un portal.

Sí señor — el hombre de la espada se acercó a Bright por detrás — Perdón, Khun Bright — antes de que pudiera siquiera parpadear, aquel demonio golpeó certero a su nuca y este se desmayó. Lo sostuvo en brazos y entró primero al agujero.

Metawin — Nanon se volteó antes de entrar y dejó caer la espada al suelo — Si quieres salvar a Bright, trae esta espada y ven al mundo de los demonios. Te estaré esperando — entró y desapareció.

Win lloró.
¿Qué iba a hacer sin Bright?
No era nada sin él.

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Es que no lo entiendo ¿Por qué dejo que le clavara la espada? Debió haberlo tomado por sorpresa.

Una flor para un demonio (BrightWin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora