Día 26. Daisy

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¡Sigo aquí!

Pues les dejo este nuevo relatito. La verdad no es mi favorito, pero sí me gustó como quedó XD

Warnings!: Ninguno, de nuevo las relaciones son completamente platónicas (excepto el Donasy)

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Cuando Donald conoció a Daisy, supo que sus días de "Don Juan" habían terminado por completo. La pata era hermosa, elegante, sofisticada y, sobre todo, dulce. Él no tenía oportunidad de no salir aunque sea con un ligero enamoramiento.

Y así fue como Donald por fin se decidió a asentar cabeza, tras años de loquera, seguidos por años en los que se dedicó a ser padre soltero. Parecía que la vida le pagaba todos sus sacrificios en una sola exhibición. Daisy llegó como un ángel a su vida y se convirtió en uno de sus más grandes tesoros.

El día que el pato les llevó la noticia de que por fin había conocido a la Ideal, bueno, la sorpresa era palpable en sus amigos. Los latinos pasaron por las cinco etapas del duelo tres veces seguidas con intervalos de alegría por la sorpresa, y como lo dramáticos que son, se lamentaron por el fin del "gran trío pendenciero y coqueto" que habían formado antaño. Sin embargo, lo dramáticos no les duró mucho

Como las viejas chismosas que son en el fondo, querían conocer más acerca de la linda patita que logró atrapar y cautivar a su gran compañero. Y entre historias de aventuras, citas, romance y encuentros inesperados que el pato les cuenta, los otros dos no pueden evitar el desear conocer en persona a ese ente maravilloso.

Así es como convencen a Donald de regresar junto con él a Estados Unidos para conocerla. Sólo para cerciorarse que ella es real, no es para nada que querían estar completamente seguros de que es la indicada; ellos no son nadie para comportarse como mamás sobreprotectoras. Para nada.

Al llegar, los recibió una joven pata con una sonrisa amable y ojos vivos. De inmediato tuvo puntos positivos porque la sonrisa que apareció en el rostro de Donald era de lo más radiante que habían visto en sus vidas. En el camino a la mansión ganó otro par de puntos porque los dejó cantar y elogió sinceramente la voz del pato, además que se les unió en algunas canciones y experimentaron de primera mano el carisma natural que emanaba la joven.

Llegando a la mansión fueron recibidos con historias tan magníficas como las que Donald les había contado con anterioridad de Daisy por parte del resto de la familia. No sólo era bella, carismática, comprensiva y amable; también era valiente, ingeniosa, astuta y embonaba muy bien en la familia tan disparatada del clan McDuck. Sin embargo su investigación aún no acababa.

En los siguientes días se dedicaron a examinarla sutilmente, pero quedaron. Descubrieron que Daisy era muy bien estudiada y curiosa, llegando a platicar con José acerca del carnaval y sus orígenes. José terminó por enseñarle samba y dándole una lista larguísima de canciones de bossa nova, samba, bolero y carnaval; incluso hablaron de moda y conjuntos. Los latinos también aprendieron lo agraciada que era cuando le enseñaron a bailar todo tipo de bailes ¡incluso cuando algo no le salía tan bien se veía encantadora!

Pero lo que los compró por completo fue su carácter fuerte.

Habían decidido salir a una plaza para cambiar de escena. Se pasearon por muchas tiendas a petición de José y duraron casi una hora metidos en la tienda de mascotas por culpa de Panchito que estaba embelesado jugando con unos cachorritos antes de acercarse al comedor. Se disponían a comer, sólo faltaba el pedido de Donald que esperaba frente al local, cuando un hombre se acercó a la patita que platicaba alegremente con José, interrumpiéndolos como si nada.

̶ ¿Qué hace una lindura como tú con gente tan aburridamente promedio?

El tono parecía ser coqueto, pero a los oídos de todos los presentes sólo se escuchaba como el sonido castrante de uñas sobre pizarrón, haciendo que todos dirigieran señor fruncidos al recién llegado.

̶ ¡¿Disculpe?!̶ La voz de José era de indignación

̶ Estoy hablando con mi amigo.

̶ Vamos, lindura, podría ofrecerte un mejor entretenimiento

̶ No necesito nada de usted, puede retirarse.

Ante la respuesta tajante de la joven, el hombre no hizo más que sonreír socarronamente y acomodarse mejor en la silla que se había adueñado. La joven entrecerró los ojos a modo de reto.

̶ Oye, ella te ha dicho que te retires, amigo.

̶ Puedo invitarte a uno de los restaurantes de abajo ̶ el hombre continuó, ignorando al mexicano ̶ tienen más que hamburguesas.

̶ No, retírate.

̶ ¿Qué? Alguno de estos es tu novio o algo así.

̶ ...Algo así

̶ ¿Algo así?

Daisy sonrió con sorna sin dejar de ver fijamente al invasor. Éste parecía a punto de cuestionarla más, pero fue interrumpido por una voz ronca y gangosa detrás de él, sumamente molesta.

̶ Yo soy el novio, buddy. ̶ el hombre cruzo miradas con Donald ̶ y ella te ha dicho que No.

El interpelado miró unos segundos al pato que lo miraba con enojo y desagrado. Y acto seguido soltó unas carcajadas sonoras que descolocaron a los tres amigos. Detrás de ellos, Daisy entrecerró aún más los ojos.

Después de unos segundos de carcajadas, Donald parecía temblar de la ira, estaba a punto de espetar algo más cuando el sujeto volvió a tomar la palabra.

̶ ¡Oh, lindura! Pero si tú puedes apuntar a mejores cosas.

El tono condescendiente no ayudaba a que la ira en el pato disminuyera, éste casi se abalanzaba al idiota que tenía en frente, cuando el sonido chirriante de una silla rozando con fuerza el suelo resonó por el lugar, seguido de una Daisy tomando el saco del sonriente en un puño y tirando con fuerza de él hasta que su cuerpo golpeó con la mesa y su rostro quedó a un pie del de ella.

̶ ¡No me llamo Lindura! ̶ La joven gruño entre dientes ̶ Y yo sé elegir por mi cuenta a quienes quiero cerca de mí o no. Sé diferenciar entre la basura como tú y la gente buena y decente.

La sorpresa de todos los ahí presentes era palpable. La chica no le dio chance de recuperarse al hombre y le empujó con fuerza haciendo que este trastabillara hacia atrás para después dibujar una sonrisa en su rostro que no tenía nada de amable.

̶ Re-tí-re-se

Aun con el estupor presente, el hombre se retiró con paso apresurado ante miradas igual de estupefactas por parte de los otros tres hombres. Por su parte, Daisy volvió a su asiento sin apartar la mirada de la figura del huyente hasta que se perdió en una esquina para finalmente sonreír plenamente.

̶ ¡Bueno, estoy hambrienta! ¿Comemos?

Y así fue como Daisylogró tener a tres hombres adultos completamente a sus pies, comiendo de lapalma de su mano, caballeros protectores, títeres si quería incluso. Todo consólo dos días de convivencia.

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Listo. Espero les haya gustado :3

Como siempre, los votos, comentarios y correcciones son más que bienvenidos :)

Gracias por leer.

The Three Caballeros Covid-19 FestDonde viven las historias. Descúbrelo ahora