Día 21. Trillizos

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Siempre digo que ya sólo los tengo que subir a la plata forma y siempre se me olvida o no lo hago.

Bueno, aquí está otra de las partes de este listado bonito de prompts. Esta vez algo más doméstico. Espero que les guste. :)

Beware: Contenido de Three Gay Caballeros (OT3), porque el poliamor es una cosa bien bonita si se hace de forma correcta.

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Ninguno de los tres había estado listo para ser padres. Nunca surgió el tema de la paternidad en sus largas pláticas de media noche. Ni siquiera se habían permitido el pensar en la posibilidad de algún día iniciar una familia.

Muy difícilmente podían verse casados con todas las de la ley. Con justa razón. Jamás les pasó por la cabeza que podrían llegar a convertirse en figuras paternales de alguien.

O alguienes.

La desaparición de Della trajo consigo muchos cambios en las vidas del trío.

Primero la distancia que se formó entre Donald y su familia. Si ya era algo común que el pato estuviera un poco apartado, el accidente sólo lo empeoró y culminó con el intercambio de gritos entre el patriarca y el joven pato una vez que decidió llevarse a sus sobrinos.

En segundo lugar, el nacimiento de un Donald más taciturno y ansioso. Esto ya se lo esperaban, y tanto el loro como el gallo supieron manejar la situación con la gracia nacida de los largos años de relación que llevaban.

Y en tercer lugar, y más importante de todas, la entrada triunfal de tres pequeños seres a sus vidas. Triunfal porque las primeras semanas fueron toda una odisea para los tres adultos que no sabían nada de cómo cuidar de forma correcta a un huevo. Así que, cuando los tres cascarones se abrieron, no pudieron más que celebrar de alegría y alivio.

Con tres nuevos y pequeños seres en casa bajo sus cuidados, las vidas de las tres aves dieron un giro de 180°.

Donald se tomó tiempo para tratar de forma clínica su ira y se volvió la imagen de la ansiedad paternal. José dejó de lado sus fiestas y su barullo para poder enfocarse en los pequeños patos, incluso tomo varios cursos sobre el cuidado de infantes y dejó el tabaco (muy a su pesar y con muchas, MUCHAS, recaídas). Panchito, por su parte, comenzó a nivelar su voz y comenzó a gastar su interminable energía en la organización de horarios para los pequeños y tareas del hogar; incluso se consiguió una caja fuerte donde guardar su par de pistolas para evitar accidentes y con el tiempo se acostumbró a no llevarlas en su persona.

Los tres hicieron sacrificios que volverían a hacer sólo para poder compartir la dicha que era tener bajo su cuidado a tres patitos traviesos. Donald dejó la marina y volcó sus energías en buscar un trabajo que le permitiera cuidar de los pequeños, José también se dedicó a eso y, eventualmente, logró obtener un puesto en una estación de radio donde logró colocarse como un locutor con el tiempo. Incluso Panchito dejó de lado su hambre de aventura y viajes, dejando que por fin su padre le dejara el cuidado administrativo de la hacienda en Jalisco para que pudiera trabajar a distancia, con la condición de enviar muchas fotos de los escuincles.

Con el tiempo esta nueva vida se convirtió en norma. Y lo más sorprendente para los tres era lo fácil que les resultó aceptar en paz esos cambios. Sobre todo porque jamás habían visualizado algo como esto; A lo mucho, se habían resignado a una vida en la que ante el mundo se presentarían como "los amigos solteros extravagantes que viven juntos desde la universidad" y jugarían las piezas que les "correspondían".

Y, sin embargo, los tres patitos que los correteaban por toda la casa, los que lograban que Donald entrara en un estado de pánico en segundos, los que se reunían en las noches antes de irse a dormir alrededor del estéreo para escuchar la voz de José despidiendo su programa de radio, a quienes llevaban al parque y les hacían jugar como críos en los juegos. Ellos habían hecho que todo fuera más claro.

Para los mayores, esa vida caótica que llevan los padres les era más clara que todos los años anteriores a su llegada.

Jamás se vieron como figuras paternas de nadie. Jamás se vieron compartiendo esto entre ellos, mucho menos creyeron poder formar una familia en general. Y, a pesar de todo, ahora eran una familia de seis.

No se habían visto nunca como prospectos padres. Pero que un rayo los partiera si los trillizos no hacían que ese anhelo aflorara en ellos como si para eso hubieran nacido.

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Gracias por leer. Como siempre, comentarios y correcciones son más que bienvenidos.

The Three Caballeros Covid-19 FestDonde viven las historias. Descúbrelo ahora