7.- Sangre

809 122 13
                                    

—¡Auxilio! — a quien voy a engañar, aquí en esta zona nadie puede escucharme.

Corro lo más rápido que puedo, pero mis piernas se enredan en una raíz oculta y caigo de bruces al suelo. Me giro sobre mi espalda justo a tiempo de ver al lobo saltar sobre mí. Estiro una de mis piernas intentando golpearlo, pero su zarpa termina en mi muslo rasgando la tela del vestido y enterrándose en mi piel, abriendo la carne a su paso.

—¡Ahhhh! —grito de dolor mientras llevo una de mis manos a la pierna herida intentando contener la sangre que comienza a brotar a borbotones.

El lobo salta otra vez sobre mí. Suelto la pierna herida y justo a tiempo sostengo su cabeza. Lo agarro fuerte por el pelaje, por ambos lados de su hocico, manteniéndolo lejos de mi cara, evitando que me muerda. El lobo continúa lanzando mordidas y dejando caer su baba sobre mi rostro con sus gruñidos, mientras yo intento contenerlo con todas mis fuerzas. Otra de sus zarpas me alcanza el brazo.

—¡Ahhhh! —grito, pero no lo suelto. No sé cuánto tiempo más pueda contenerlo. Ni siquiera sé como es posible que pueda con él.

Y entonces, de repente, el lobo desaparece de mi agarre y se estrella contra un árbol a unos diez metros de distancia. Solo entonces me percato de una figura vestida de negro que se materializa frente a mí.

—¡Lizzy! ¡Estás bien! —me pregunta preocupado.

—¡El lobo! —le grito cuando veo que salta sobre él.

El lobo entierra su mandíbula en el hombro de Aren haciéndolo gritar de dolor. Este lo agarra por la cabeza y le abre la mandíbula antes de lanzarlo lejos de nosotros una vez más. Pero al parecer él está decidido a no dejar escapar a su presa.

A mí.

Se lanza al ataque contra Aren, lanzando zarpazos y mordidas mientras yo me aprieto la herida de la pierna con una mano y la del brazo con la otra. No puedo contener la sangre, es imposible de lo profundas y grandes que deben ser las heridas, apenas y puedo verlas bien en esta oscuridad.

Aren no deja escapar al lobo esta vez, lo gira sobre él y lo agarra por el cuello haciéndole una llave. El lobo lanza mordidas y zarpazos mientras poco a poco va dejando de respirar. Cuando Aren lo suelta, el lobo cae inconsciente en el suelo. No se mueve. Solo entonces se acerca donde yo estoy. Cuando dije que tenía ganas de encontrármelo nuevamente, nunca imaginé que fuera en estas circunstancias.

—¿Puedes moverte? —me pregunta mientras evalúa los daños que ha dejado el lobo en mí cuerpo.

—No creo. — le digo temblorosa aguantando el dolor y tratando de contener la sangre que brota de mis heridas.

—Voy a necesitar que te sostengas de mí. Necesito curarte y aquí no puedo hacerlo. Aren me ayuda a ponerme en pie mientras yo grito de dolor y mi cuerpo comienza a temblar mucho más. Apenas puedo apoyar la pierna. No sé porque tengo frío. Pero quizás es la cantidad de sangre que he perdido—. ¿Puedes mantenerte en pie? —me pregunta otra vez.

—Eso creo. — le contesto mientras él se mueve tan rápido que mis ojos no lo captan. Y un segundo después lo tengo frente a mí con el lobo sobre uno de sus hombros.

—Sostente de mi cuello, debo llevármelo también a él—me dice señalando al lobo con su cabeza—. Ven, pasa el brazo sobre mi hombro y sostente con fuerza. — me dice mientras yo hago lo que me pide y él con el brazo libre me carga. Cuando nos tiene acomodados y sujetos a los dos me mira a los ojos—. Espero no le temas a las alturas. — y diciendo esto da un salto hacia arriba y sale volando.

No le temo a las alturas. Pero no es como si pudiese abrir los ojos. Todo mi cuerpo duele y estoy tiritando, ahora sí de frío, a pesar de la chaqueta de cuero negro que llevo. El viento azota mi cabello y hace que mi cuerpo se estremezca.

Puro Deseo©✔️(+18) #1 (#PGP2024)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora