Capítulo 15

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—¿Dónde encontraste un rancho con tan poca antelación? — preguntó Jennie.

Lisa no pudo evitar sonreír al ver la forma en que la señorita Kim estaba feliz y sorprendida a la vez.

Lisa le entregó una correa atlética para llevar las gafas, ya que tratar de montar a caballo sin ver a dónde iban sería desastroso.

Ruby Jane es única, además de seductora con su mirada. —Pensó Lisa.

Había tenido algunas novias en su vida. Nunca había engañado a ninguna, pero sí se había liado con más de una a la vez, como en el caso de Sana y Somi.

Pero cuando tenía una relación estable, se comprometía, aunque no había habido ninguna desde su primera novia y el caos que había ocasionado.

Lo que sentía por Ruby Jane, incluso antes de haber hecho el amor ayer, era algo más profundo en su corazón, era como si el destino las había unido inesperadamente.

Era esa maldita conexión que no se podía explicar.

Era incapaz de dar un motivo racional de por qué sus sentimientos eran tan fuertes y todo había ocurrido tan rápido como un flechazo directo al corazón.

Puede que fuera por lo que le ofrecía Ruby Jane: Libertad, entusiasmo y bondad.

Era una chica tan increíble y quería que formara parte de su vida cuando regresaran a su hogar, después del viaje.

Y si dependía de ella, el amor duraría durante mucho tiempo.

— Encontré este rancho porque el padre de Moonbyul es un viejo amigo de la familia.

Cuando mi padre trajo por primera vez a mi madre a otro país, echaba mucho de menos el circuito de caballos.

Era campeona, compitió en los Juegos Olímpicos y obtuvo medalla de bronce.

Mi madre echaba de menos montar a caballo, así que papá hizo algunas llamadas y encontró este rancho.

El papá de Moonbyul cría caballos que ganan carreras en todo el mundo.

Algunos son descendientes de los ganadores de la Triple Corona.

Jennie soltó un silbido. —¿Como la Belmont Stakes?

Lisa levantó una ceja al mirarla. —Pensé que no montabas a caballo.

Jennie acercó la mano para acariciar la larga melena del caballo. Era tan oscuro como la medianoche.
—No, pero me gusta ver ese tipo de competencias.

Nos encanta celebrar el Belmont. En el instituto nos gustaba verlo por televisión.

Lisa asintió y la ayudó a preparar su montura, colocando las correas y la seguridad mientras hablaba.

—Sí, mi madre ya no competía ni montó estando embarazada, pero lo echaba de menos.

Cuando nací, me trajo aquí de pequeña en cuanto fui lo bastante grande como para montar en pony.

Tuve mi propio caballo cuando cumplí siete años.

Se volvió hacia su propio caballo, una gran bestia de casi dos metros y lo ensilló.
—Solo saldremos al ruedo. No creo que siendo tu primera vez debamos salir al campo. Gran parte del terreno es montañoso, y cuando vas a caballo es todo un reto.

—¿Por qué? — preguntó Jennie, mirándola fijamente con inmensa curiosidad en sus ojos mieles oscuros.

—Porque ir cuesta abajo puede ser aterrador para una jinete sin experiencia.
El peso cambia y tienes que evitar resbalarte.

Destino Inesperado (Adaptación Jenlisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora